El diario Estado de São Paulo en su editorial “Lula pone al PT contra Lava-Jato” (nombre con el cual se conoce el escándalo de corrupción en Petrobras) desarrolla toda una argumentación apuntando a que la nueva política expresada por el PT no deja de ser un plan orquestado por Lula para impedir que las investigaciones lleguen a los agentes políticos (y al propio Lula) y que por eso habrían argumentado en defensa de los contratistas (pues podría verse afectada la economía, generar desempleo, etc. según el PT). Esta política tendría el objetivo de “satanizar” al juez de la Operación Lava-Jato, Sergio Moro, e impedir que la investigación avance.
El diario O Globo es más “cuidadoso” que el Estado de São Paulo al tratar este tema. Esto es así porque es parte de una tendencia dentro del establishment burgués de “separar la paja del trigo”, buscando defender a los contratistas inmersos en los escándalos al mismo tiempo que defiende el supuesto combate a la corrupción. El diario trató el tema en su editorial del sábado, dedicando la del domingo a otro asunto: elogiar el ajuste fiscal. Es una forma más selectiva de abordar el problema en un momento en que Marcelo Obedrecht, uno de los más importantes representantes de las empresas contratistas en Brasil, se encuentra con prisión preventiva.
En este sentido, el editorial del sábado de O Globo que mencionamos, cita la Operación Manos Limpias italiana y sus métodos, haciendo algunas analogías con aspectos de Operación Lava Jato actual. Coincide en que “Es un hecho que la prodigiosidad con que Moro decreta prisiones preventivas y temporarias preocupa a juristas y magistrados de instancias superiores”, y que el PT debería preocuparse en hacer esas críticas sobre la operación Lava Jato pues “se ubica del lado equivocado”, al tomar a los electores en su totalidad.
Llama la atención lo siguiente: el pasado viernes el archi-reaccionario Reinaldo Azevedo escribía contra los métodos del “vale todo” para dejar pegado a Lula si eso implicaba detener a empresarios contratistas. Su artículo era ya emblemático desde el título: “Así no, Moro, la gramática de la ley”, en el que se oponía a las prisiones preventivas y al método de Moro. Curiosamente es la misma argumentación que el PT utiliza en la resolución de su último Ejecutivo del miércoles pasado, en defensa de las instituciones del “estado democrático de derecho”, contra el “Estado de excepción”.
De palabra todos hablan contra la corrupción pero al atacar el corazón de las más importantes empresas contratistas, la forma de reaccionar confundió a la opinión oficial burguesa, pues finalmente estarían dispuestos a llevar “toda la pandilla de corruptos” a prisión, afectar a los principales “agentes políticos” y modificar el tablero del régimen político brasilero. Todo indica que no, e incluso columnistas del ala “rabiosa” de la burguesía como Azevedo, están dispuestos a ponerle paños fríos.
Aún está por verse hasta qué punto el juego político puede pasar a la política del juego, contra los “grandes agentes políticos”. El PT ya puso un límite con la defensa de Lula; seguirán los próximos capítulos.
Este es el punto de mayor interés, pues el resto de las editoriales del domingo abordan temas de actualidad pero sin grandes novedades. Folha, por ejemplo, critica la política económica de Dilma, la caída salarial, la inflación en aumento y la total falta de horizonte y constata que las cosas tienden a empeorar, sin señales de mejoras. Lo novedoso en las discusiones es que ahora se plantean más críticas a la Cámara de Diputados porque sus votaciones ampliarían aumentos de presupuesto en las jubilaciones. El gran problema, argumentan los periodistas, es que además del ajuste a los trabajadores, los congresistas deberían haber tenido una línea más dura con los jubilados. Este es el punto al que llegamos.
En la editorial de O Globo se da otro análisis sobre el sistema carcelario. Afirma que el sistema carcelario está fracasado pero no puede tolerarse la supuesta impunidad. Hacen coro con Cunha (PMDB y presidente de la Cámara), que afirmó que la reducción de la mayoría de edad penal no terminará con la violencia, pero aquí lo verdaderamente importante es que la sed de punición sea satisfecha. Finalmente ofrece una “fórmula decisiva” para este problema: “Por eso, independientemente de que el poder público se ocupe de este tema, es inevitable que, si hay falta de capacidad, es necesario construir más prisiones. “
Es una síntesis de las opiniones de este último fin de semana: apoyar los ataques contra los trabajadores (ajustes); las demandas conservadoras del Congreso (reducción edad penal); hacer odas al combate a la corrupción pero con una dosis de parsimonia para que este juego no afecte a los grandes burgueses de las empresas contratistas. Y como bien saben los grandes diarios, son mucho más que grandes empresarios de la construcción, son agentes fundamentales en diversos ramos de la economía nacional. |
