La llegada a la Argentina del jefe del Comando Sur, el almirante Craig Faller, ha pasado desapercibida y reducida a un mero intercambio de ayuda protocolar. Formalmente, el jefe militar norteamericano entregó al ministro de defensa Agustín Rossi y la ministra de salud Carla Vizzotti “donaciones humanitarias en representación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos para apoyar a Argentina en los esfuerzos conjuntos para combatir la pandemia del COVID-19”, según informa un comunicado de la embajada de los EEUU.
Por debajo de esa fachada, la del almirante Feller no se trataría de una simple visita protocolar y de ayuda humanitaria, sino que su misión sería la de plantear frente al ministro de defensa las preocupaciones geopolíticas de la administración Biden.
No esta demás señalar que la visita se produce una semana después de que el canciller argentino, Felipe Solá, mantuviera conversaciones telefónicas con el secretario de Estado del gobierno de los EE.UU., Antony Blinken y en medio de las negociaciones sobre la deuda externa con el FMI.
Un criminal de guerra
El ilustre visitante recibido con pompa y honores por la ministra Vizzotti y el ministro Rossi, es nada más y nada menos que un criminal de guerra. Faller fue comandante del destructor USS Stethem, que durante la guerra del Golfo Pérsico participó en operaciones de interceptación marítima para garantizar el bloqueo y las sanciones económicas de la ONU contra el Irak de Saddam Hussein. Luego como comandante del portaaviones Carrier Strike Group 3, participó brindando apoyo aéreo en la Operación Enduring Freedom en Afganistán y apoyando las Operaciones New Dawn en Irak. Los costos en vidas humanas y las consecuencias sociales de dichas intervenciones, han sido devastadores.
Al frente del Comando Sur, Faller actúa como garante militar de los intereses imperialistas en la región. Bajo su órbita se encuentra nada más y nada menos que la base de Guantánamo, en territorio usurpado a Cuba, donde funciona un infame centro de detención para los sospechosos de “terrorismo” sobre quienes se practican torturas y abusos de todo tipo.
En fin, el almirante enviado por Joe Biden, es un típico criminal de guerra imperialista. En sí no es ninguna novedad. Lo que resulta novedoso es el silencio sepulcral del progresismo y los defensores del “proyecto nacional y popular” ante la presencia de un símbolo de la injerencia imperialista y de la violación sistemática de la soberanía de las naciones y los derechos humanos. No es de extrañar el silencio progresista. En febrero de 2020 el Frente de Todos impulsó en el Congreso la votación de la ley Ley 27.543, aprobada a través del Decreto 138/2020 el Poder Ejecutivo que autorizó la participación militar argentina junto al Comando Sur en el simulacro denominado Gringo Gaucho, permitiendo la presencia de un portaaviones norteamericano con 5000 efectivos a bordo en aguas territoriales de nuestro país. Las maniobras militares conjuntas fueron propuestas durante la gestión del macrista Oscar Aguad. En aquella ocasión, solo los diputados del Frente de Izquierda votaron en contra, mientras que el Frente de Todos voto sin fisuras a favor de la presencia militar imperialista.
Advertencia imperial contra la diplomacia de las vacunas
Según diversos analistas de la política exterior norteamericana, la presencia de Faller tiene un estricto objetivo que debe interpretarse en el actual contexto geopolítico. La administración Biden tiene su mira en lo que definen como la “Diplomacia de las Vacunas” que tiene en nuestro país uno de sus epicentros. La dependencia argentina de las vacunas china y rusa, Sinopharm y Sputnik V, en medio de una crisis de la vacunación con la segunda ola golpeando, sería el tema que el jefe del Comando Sur vendría a plantear ante el ministro de defensa de Alberto Fernández. Tanto para el Departamento de Estado norteamericano, como para el Pentágono, se trata de poner un coto a la influencia de Vladimir Putin y Xi Jinping.
El almirante advirtió contra la influencia de Rusia y China el ultimo 24 de marzo, en una conferencia del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry. Allí sostuvo que: "No hace falta más que ver los abusos a los derechos humanos, la corrupción, los tratados preferenciales, la diplomacia de las vacunas que tienen ahora. Y buscan convertirse en un socio ante la necesidad". Para Faller "la influencia china excede la asociación comercial" y la pandemia ofrecería "la tormenta perfecta para ser aprovechado por Rusia, Irán y China para aumentar su influencia en la región".
El viaje de Faller culminaría en Tierra del Fuego. El sitio elegido respondería a una estrategia de intervención contra la pesca ilegal y la depredación de los recursos marítimos, que https://www.laizquierdadiario.com/Silencio-progresista-frente-a-la-visita-de-Craig-Feller-jefe-del-Comando-Sur adelante los pesqueros chinos. El comandante militar quiere promover la llamada operación Cruz del Sur, que busca construir asociaciones regionales de seguridad marítima y contrarrestar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada en el Atlántico Sur.
El otro punto de la agenda sería Venezuela. El jefe militar señalaría a Rossi que no ven ningún problema en la retirada Argentina del Grupo de Lima, que fue el instrumento diplomático del trumpismo contra la república bolivariana. Feller fue opositor a la política de John Bolton de derrocamiento de Nicolas Maduro mediante la designación del gobierno paralelo de Juan Guaido. Sin embargo, eso no implica renunciar al objetivo de derrocar al gobierno chavista y establecer la bota de la dominación imperialista. En una intervención en un seminario organizado por The Atlantic Council, el almirante sostuvo “Lo que mantiene a Maduro en el poder son los intereses que atentan contra los derechos humanos y contra nuestra seguridad común. Pero estamos trabajando para interrumpir el centro de gravedad alrededor de Maduro”. En la visión del jefe del Comando Sur el centro de gravedad, serian Cuba, Irán, China y Rusia, a quienes considera los aliados estratégicos de Maduro.
Injerencia imperialista y cipayismo
La visita de Craig Faller es una muestra del ejercicio de la injerencia imperialista. El personaje elegido como mensajero, un criminal de guerra, y la institución a la que representa, el Comando Sur, son toda una muestra del desprecio por parte del imperialismo a la soberanía de las naciones y los derechos humanos. Que la misma sea disfrazada de ayuda humanitaria, no cambia la realidad de la visita.
El gobierno de Alberto Fernández acepta la injerencia del enviado norteamericano como parte de sus negociaciones con el FMI, quien a su vez le exige un ajuste que va a recaer sobre las espaldas del pueblo pobre y trabajador. El sometimiento a los mandatos del imperialismo mediante la aceptación de los mecanismos de expoliación nacional y del régimen del FMI, es lo que caracteriza los esfuerzos del gobierno peronista de Alberto Fernández. Recordemos que el gobierno argentino ni siquiera ha solicitado la derogación de las patentes de las vacunas para el libre acceso a su producción.
El silencio del progresismo frente a la presencia del personero de la bota militar imperialista en la región, habla de su capitulación a las perspectivas del cipayismo. |