Desde primeras horas de esta mañana unos 13 millones de ecuatorianas y ecuatorianos están habilitados para votar en la segunda vuelta electoral que decidirá el próximo presidente del Ecuador.
Tras una primera vuelta el 7 de febrero donde Arauz se impuso por más de 13 puntos porcentuales, y luego que la justicia electoral desplazara del segundo puesto al candidato por el movimiento indígena, Yaku Pérez, y colocara en su lugar al banquero Guillermo Lasso, Ecuador se prepara para el ballotage que definirá al próximo presidente este 11 de abril.
Andrés Arauz, un economista de 35 años es el candidato del correísmo y representa al Movimiento Centro Democrático y la Unión por la Esperanza. Guillermo Lasso, la unión de partidos de derecha. Es el candidato del movimiento CREO (Movimiento Creando Oportunidades) y del Partido Social Cristiano, representa la opción conservadora de centro derecha.
Ecuador ha venido siendo gobernado por Lenin Moreno, que llegó al poder de la mano del propio Rafael Correa luego de haberlo acompañado durante seis años como vicepresidente, de quién rápidamente se distanció en un giro brusco en su orientación política. Se ha caracterizado por ser un gobierno claramente antipopular y fuertemente represivo, como todo su gabinete y de pactos con el FMI con quien acaba de negociar un acuerdo.
Luego de las sorpresas de la primera vuelta electoral, donde tanto el candidato indigenista Yaku Pérez y el representante de Izquierda Democrática, Xavier Hervas, consiguieron una cantidad considerable de votos, que expresaban el descontento por parte de sectores de la juventud hacia los candidatos tradicionales y sus propuestas políticas cargadas de conservadurismo.
Los candidatos se han concentrado, de acuerdo por el comportamiento de las campañas, en obtener ese porcentaje indeciso de voto, haciendo “concesiones” de último momento y agregando en sus agendas y propuestas temas con enfoque de género y diversidad sexual, pero que por el mismo hecho de ser de último momento e improvisadas no han logrado convencer a nadie y más bien han despertado gran indignación en los sectores activistas por los derechos de las mujeres y personas LGTBIQ+ quienes siguen exigiendo sus plenos derechos.
Dado que sus propuestas de última hora en temas de género y sexualidad no dieron el resultado esperado, sino que más bien empezó a jugarles en contra, las campañas empezaron a girar alrededor de dos ejes: culpar al adversario de ser cómplice del gobierno actual, y desestimar al opositor.
Como muestra de lo anterior podemos hacer alusión a lo ocurrido en el debate obligatorio organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) donde parte de la estrategia de Guillermo Lasso, fue posicionar la frase “Andrés, no mientas otra vez” la cual tuvo bastante acogida en redes, y cuyo fin era hacer alusión al hecho de que sus promesas tienden a demagogia. Asimismo, en este debate refutó la posición del candidato frente a la “justicia social” acusándolo de ser una persona con “privilegios” por haber estudiado en un colegio con un pago mensual alto, y haber sido becado en universidades extranjeras.
Sumado a lo dicho en el debate, pocos días después mediante redes denunció el contrato que Arauz consiguió en el Banco General del Estado a los 21 años, puesto que casi no ejerció por estar con licencias por estudios o para ejercer en otras instituciones, siendo esto algo bastante complejo de conseguir para un empleado del Estado sin contactos. Arauz por su parte en ese mismo debate acusó a Lasso de priorizar “la banca” frente “al país” y de cogobernar con Lenin Moreno.
Dentro de las campañas los dos candidatos han recurrido a artistas y personajes conocidos en los medios para publicitar el voto a favor de su partido. Parte de la estrategia también es expresar un mensaje negativo hacia su contrincante. Una serie de fotos circularon por redes sociales donde se evidenciaba a familias venezolanas que viven en extrema pobreza con carteles con mensajes haciendo referencia a la situación de Venezuela acompañado de un “Vota Bien”.
Cabe recalcar que, aunque "vota bien" no es un eslogan oficial del partido de Guillermo Lasso sino un eslogan adoptado por sus simpatizantes para hacer campaña por él desde la primera vuelta, nadie se declara responsable de dicha acción, pero lo que no queda duda es que el discurso electoral está marcado, además de todo, por discursos y actos de xenofobia, la misma que divide a nuestros pueblos y reafirma la hipocresía de los gobiernos.
Otro impulso que han buscado los partidos han sido las alianzas con sectores políticos fuertes de Ecuador, la candidatura de Lasso consiguió el apoyo del candidato de Izquierda Democrática, Xavier Hervas, aunque no del partido que se desligó de dicha postura, rechazando un respaldo a la candidatura de Guillermo Lasso. Así mismo, consiguió el apoyo de Virma Cedeño quien fue candidata a vicepresidenta de Yaku Pérez.
El partido correísta por su parte, realizó un meeting político donde Jaime Vargas, líder indígena de PACHAKUTIK, y una de las caras del levantamiento popular de octubre del 2019, anunció que la CONAIE respalda la candidatura de Arauz. Dicha acción significó un gran revuelo en el movimiento indígena ya que durante toda la campaña hacia la segunda vuelta venían llamando al voto nulo ideológico bajo el lema "combatiremos a la derecha venga de donde venga". Luego de las declaraciones de Vargas, PACHAKUTIK se pronunció y expulsó de sus filas a Vargas y Cedeño rechazando las posturas de ambos y reafirmando su postura y llamado por el voto nulo ideológico.
Las últimas encuestas publicadas muestran aún una diferencia a favor del candidato representante del Correísmo frente al candidato Lasso, sin embargo, la diferencia respecto a las semanas ha ido disminuyendo y en un par de encuestas calculan un posible empate técnico. La ley ecuatoriana prohíbe la divulgación de nuevas encuestas en los diez días anteriores a la elección.
En cualquier caso, la situación política más general, que sigue marcada por las consecuencias políticas del estallido popular de 2019, prevén un gobierno débil ya sea del correísmo o de la derecha neoliberal. El parlamento ha quedado dividido, por lo cual el próximo presidente deberá encarar duras negociaciones para conseguir aprobar leyes. La situación económica sigue en franco deterioro y la deslegitimación popular que afecta a ambos proyectos políticos, ninguno de los cuales representa una alternativa para las masas trabajadoras, hacen pensar en un pronto retorno a la inestabilidad política tras el trámite electoral. |