El Plan Paso a Paso no sólo regula las restricciones sanitarias para la población trabajadora, sino que también implica Orientaciones Técnicas desde el Minsal para el funcionamiento de los centros de salud pública como Hospitales y CESFAMs. Y de la misma manera que este plan ha significado un total fracaso en la contención de los contagios y muertes, en el sector de la salud municipal está generando estragos con el aumento de brotes en sus funcionarios de salud que se suman a “la ola” de otras patologías como burnout, sobrecarga laboral y enfermedades físicas o mentales.
Con fecha del 5 de abril pasado desde el Servicio de Salud Metropolitano Sur enviaron el Ord.N°479, cuya directriz “es continuar entregando prestaciones manteniendo la mayor dotación posible, contando con todo el personal disponible para enfrentar las distintas necesidades de la red en estas instancias”. Es decir, llevar adelante la vacunación para COVID-19, Influenza, Estrategia TTA, enfermos crónicos, área de enfermos respiratorios y la atención de las distintas etapas de la vida; manteniendo así, una intensa presión laboral que aumenta al tener que cumplir metas sanitarias para mantener el financiamiento en la Atención Primaria de Salud.
A pesar de que declarativamente el documento establece velar “por la seguridad de nuestros funcionarios y su acceso a EPP” ya asoman preocupantes casos como los que se han suscitado en la comuna de El Bosque (administrada por el Partido Socialista), donde la Dirección de Salud Municipal ha implementado hace meses esta plenitud en las dotaciones trabajando en los CESFAM, generando importantes brotes en algunos de sus centros.
Tal es el caso que se denunciaba en el programa “El Mañanero del D13” donde fue puesto en evidencia (desde la Agrupación Abran Paso) el brote en el CESFAM Haydeé López que implicó la cuarentena de más trabajadores contactos estrecho, reduciendo las ya escasas fuerzas de la primera línea de la pandemia. O recientemente y de mayor gravedad, en el CESFAM Dr. Carlos Lorca, donde se notificaron 21 casos confirmados de COVID-19 y otros más contactos estrechos, todos en cuarentena, según un comunicado público de ayer 11 de abril.
Sin embargo, de parte de sus direcciones y jefaturas se ha tendido a responsabilizar a sus funcionarios y dejar en segundo plano la angustia que significa para ellos el padecer o estar en riesgo de COVID-19: “en los rostros de los compañeros y compañeras se observa el temor a las represalias y la desazón por no sentir ni el apoyo de las jefaturas ni de las dirigencias de asociación, quienes ponen toda la responsabilidad en quienes se desempeñan atendiendo y combatiendo la pandemia, sin siquiera sensibilizarse con nuestra salud en riesgo” nos refieren desde uno de los CESFAM.
Es por esta realidad que ya han surgido respuestas por parte de las mismas bases – ya que la CONFUSAM lenta y tardíamente está reaccionando- que desde el CESFAM Alejandro del Río en Puente Alto vienen exigiendo aumento de personal y rotaciones preventivas mediante la campaña #NoSomosRobot, hace ya 2 semanas donde se han levantado junto a la Coordinadora contra la represión de la misma comuna, contando también con el apoyo de usuarios que ven cómo se ha deteriorado el servicio público de salud.
Es por esto que desde la Agrupación de trabajadores y usuarios de la salud “Abran Paso” creemos que sigue estando vigente la necesidad de organización entre usuarios y trabajadores de salud mediante comités por el derecho a una salud pública de calidad, por comisiones de higiene y seguridad ante la nula atención de las mutuales y, por sobre todo, por un Sistema Único de Salud que integre infraestructura y recursos públicos y privados gestionados por funcionarios y la comunidad; ya que mientras se revientan trabajadores de ambos sectores y decenas de miles mueren por COVID-19 y otras enfermedades no atendidas, los gerentes y holdings de la salud privada sacar grandes tajadas de dinero de esta crisis y poco aportan a las estrategias de salud pública para contener la pandemia.
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