Hace un par de semanas el alcalde de Rancagua Eduardo Soto hacia alarde a través de sus redes sociales de la inversión que habían hecho desde el municipio. Se trató de $88 millones destinados a la compra de vehículos policiales para tres comisarías de la ciudad, las que luego son utilizadas para reprimir a la comunidad.
El pasado 28 de marzo la Municipalidad de Rancagua hizo entrega de tres vehículos policiales para la ciudad: tres automóviles Nissan para la subcomisaría Diego Portales, otro para la primera comisaría (donde se cometieron y permitieron abusos sexuales en plena revuelta popular), y otro para la tercera comisaría de Rancagua Oriente.
Dejamos aquí la Orden de Compra de estos vehículos:
Enlace
Fuente imagen, Gobernación Cachapoal
https://twitter.com/Gob_Cachapoal/status/1376217451491385345
En palabras del Alcalde Eduardo Soto (no olvidemos que también acusado de cohecho y abuso sexual), esta compra “va en beneficio de la labor de prevención, de la labor de protección que corresponde a Carabineros de Chile (...) son vehiculos financiados con recursos municipales, y es parte de nuestro programa de seguridad que incluye también la instalación de cámaras de vigilancia, formación de comités de seguridad y también la entrega de alarmas comunitarias”
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Por su parte, Carlos Arellano Baeza (Democracia Cristiana) también estuvo presente en la entrega de estos vehículos y agregó “Agradecer nuevamente al alcalde, al general, por la disposición que han tenido para recibir este aporte aprobado por el concejo municipal”.
¿Quién debería realmente administrar estos ingresos considerando su origen?
Es urgente inyectar esos 88 millones —y más— en el fortalecimiento de la educación pública, para que ningún profesor o trabajador de la educación sea despedido, para fortalecer además la calidad educativa en contexto de pandemia, dónde la educación ahora depende de una conexión a internet, de aparatos tecnológicos y otros elementos que no todas las familias poseen. Sobre todo en un colegio municipal como el Carlos Miranda, con alto nivel de vulnerabilidad, y cuyo sostenedor es directamente la CORMUN (Corporación Municipal), se podría haber financiado muchas más tables y chips para les estudiantes, pero no, los recursos se van para la podrida institución policial.
¿Seguridad ciudadana? si tan solo hace una semana atrás llegaba una patrulla de la policía a reprimir una manifestación que protagonizaban las y los apoderados del colegio Carlos Miranda, que reclamaban y continúan reclamando por el derecho a la educación de sus hijes, y también en apoyo a las y los profesores que han sido despedidos. Justo habían acabado la protesta cuando llegó la policía a hostigarlas.
El alcalde Eduardo Soto intenta anexar la seguridad ciudadana al hablar de la policía, pero esto no es más que la repetición del discurso neoliberal, del empresariado que controla el Estado y del resto de lacayos de derecha como él. Discurso muy alejado de la realidad, porque la policía viene a cumplir tan solo un rol, el de ser el brazo represivo del Estado, y en este escenario, ser el brazo represivo de la Municipalidad de Rancagua, de la Gobernación Cachapoal, y de la Intendencia que son los organismos del Estado en la comuna.
Lo preocupante de la situación es cómo se gastan nuestros recursos, que podrían ir a financiar pensiones, la educación, la salud en este complicado momento donde el gobierno reparte aplausos a les trabajadores de la salud ¿Quienes administran y distribuyen esos recursos? No es solo el alcalde Eduardo Soto quien está a la cabeza de defender los intereses empresariales en la región y de fortalecer su aparato represivo, pues esta Orden de Compra debe necesariamente aprobarse con el visto bueno del Concejo Municipal, una serie de cargos que pronto serán sometidos a elección popular.
(link de integrantes del concejo municipal)
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Surge una última pregunta: ¿Aportar más dinero al aparato policial será una solución real a los problemas de delincuencia generados por la desigualdad económica y social del capital? Como lo hemos visto alrededor de los múltiples periodos de este alcalde ex UDI, para quienes quieren seguir reproduciendo este sistema capitalista y reprimir a quienes el sistema va dejando marginados, más policías es la solución, por eso múltiples candidatos actuales a Alcalde repiten la consigna, porque en realidad no quieren que nada cambie.
La solución claramente no viene con más represión, sino con educación gratuita y de calidad para nuestra clase, con oportunidades reales de trabajo y en condiciones dignas, con acceso universal a una vivienda que no sea lo que coloquialmente se conoce como “cajitas de fósforo”. Teniendo los recursos como los del cobre a nuestra disposición, y que hoy saquean los grandes empresarios para llenar sus bolsillos, esos mismos que defiende este alcalde, podríamos financiar todas las necesidades esenciales de la población y no estar recibiendo migajas, donde se siguen profundizando las brechas educativas.
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