Del 12 al 23 de abril el sindicato ELA ha llamado a la huelga a la plantilla de CIE Mecauto, una planta en Gasteiz de la multinacional CIE Automotive. El motivo es la nueva negociación del convenio, el cual llega con más de un año de retraso. No sólo se paralizó la negociación, dejando de aplicar el convenio, sino que en 2020 la empresa obtuvo unos beneficios de 115 millones de euros sólo en Euskadi mientras cubría con dinero público un ERTE.
Ya existe una previa sentencia de Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) en la que la empresa se ve condenada a pagar 135,9€ al día durante el tiempo que dejó de aplicar el convenio.
La propuesta de la multinacional es la firma de un convenio de 6 años en el que se plantea la subida hasta el 25% de la cantidad de personal de ETT y que se tarde más de 20 años en llegar a la Categoría media a través de la promoción interna, entre otros aspectos. La convocatoria denuncia que frente a estas propuestas es necesario “conseguir el fin de las dobles escalas en las categorías” y “limitar el abuso de las ETT”.
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Respecto a las negociaciones, ahora retomadas, destaca “la prohibición de la empresa a asistir al asesor de ELA a las reuniones de Convenio, cuestión que no ayuda para la resolución del conflicto”. A día 12 de abril la plantilla está llamada a una huelga que se ha previsto hasta el día 23, proponiendo “repartir la riqueza por los y las trabajadoras de CIE Mecauto de la siguiente manera”:
Subir la categoría de peón a un salario digno.
Terminar con las dobles escalas en las categorías y tener una promoción interna justa
Limitar el abuso de las ETT
Crear un calendario anual a turnos
Régimen de trabajo a turno partido.
Mejorar las licencias y permisos actualizándolas a la realidad actual.
Subida acorde a las ganancias de la empresa.
No es la única huelga por un convenio digno en estos días. Desde el 13 al 16 la convocatoria de huelga de la limpieza, un sector esencial, en Navarra también exige un convenio digno frente a unos servicios mínimos abusivos.
Mientras ejemplos como los que hemos visto se encuentran con la barrera del aislamiento y la desinformación, en el resto del Estado la burocracia sindical lleva meses de avisos de movilizaciones que aún no se han cumplido a gran escala, siguiendo con la línea de mantener la responsabilidad ante el Gobierno y no ante la necesidad de un plan de lucha de la clase trabajadora.
Es urgente denunciar esta política cómplice y exigir a las direcciones de los grandes sindicatos que convoquen verdaderas jornadas de lucha por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, que preparen el terreno para una huelga general por la derogación de las reformas laborales y de pensiones.
A su vez la izquierda sindical, con los sectores críticos dentro de CCOO y UGT, los movimientos sociales por la vivienda, contra los cortes de luz o en defensa de los servicios públicos, y junto a la izquierda anticapitalista, tenemos por delante la responsabilidad de avanzar en organizar la solidaridad con las luchas en curso, la coordinación y apoyar la organización de los sectores precarios que salen a luchar.
Sólo así podremos imponerle desde abajo a las burocracias sindicales salir a luchar por un programa de salida a esta crisis en favor de la clase trabajadora. Porque en esta crisis o se salvan ellos, como en la anterior, o nos salvamos nosotros y nosotras. |