Una foto vale más que mil palabras, dice el dicho popular. Y este es el caso más elocuente, mientras desde los medios masivos azuzan contra las pocas fiestas clandestinas, lo cierto es que millones se exponen al contagio viajando a sus trabajos.
Esta imagen del tren Sarmiento, se puede duplicar en todos los trenes, subtes o colectivos, donde no hay forma de mantener distanciamiento social e insisten con la “responsabilidad individual”.
Dicen que los trabajos son seguros, pero el viajar a los mismos es una odisea. Mientras sigue avanzando a diario los records de contagios, los gobiernos se niegan a tomar medidas de fondo para revertirlo. Desde los trabajos, escuelas y hospitales cientos son las denuncias de nuevos positivos de Covid-19, mientras empujan para que la rueda siga funcionando a costa de la salud de los trabajadores.
La imposición de Comisiones de Seguridad e Higiene en cada lugar de trabajo se hace mas acuciante, ya que desde los empresarios y gobiernos se niegan a defender nuestra salud. Así como en las escuelas se incrementa el pedido de suspensión de clases y una vuelta a la virtualidad cuidada e imponiendo conectividad para todas y todos.
La campaña por vacunas para todos, partiendo de la liberación de patentes y la fabricación en laboratorios nacionales, como pregona el Frente de Izquierda, es otra de las tareas que no pueden esperar. A meses de que se empezó la vacunación aún no están vacunados todo el personal de salud y entre los docentes esto es peor. Siguen faltando vacunas y en Garín se fabrican a pocos kilómetros del centro porteño.
El sistema de salud se acerca al colapso y la primera línea sigue remándola a pesar de no ser escuchados sus recamos. El cansancio del personal de salud luego de un año intensivo, se hace notar en los hospitales y clínicas. Mientras el gobierno sigue sin unir el sistema publico, con el privado y las obras sociales. Una medida elemental, pedida por los trabajadores de la salud, para poder hacer un plan único e integral de respuesta rapida. Testeos masivos para detectar la circulación del virus como la asistencia a los contagiados, debería estar entre las prioridades.
Los sindicatos porteños, en su mayoría conducidos por el kirchnerismo, no pueden seguir mirando para otro lado. A lo sumo se dedican a criticas parciales al Gobierno de Larreta y a campañas por las redes sociales, pero no ponen el peso de sus organizaciones al servicio de la salud de los trabajadores. Fallecen trabajadores en el subte, en docentes, solo hablando de los casos más emblemáticos que salen a la luz por la bronca e indignación de los trabajadores. No va más, o tomamos manos al asunto o el virus lo hará por nosotros.
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