Este lunes nos enteramos del fallecimiento de Luis Pasquín, trabajador de la línea D, por covid-19. Y ya es la novena muerte en el subte por coronavirus, y ya van 431 compañeros contagiados desde que comenzó la pandemia, de los cuales 359 se recuperaron, y el resto nos encontramos atravesando el virus o aislados por ser contacto estrecho.
No nos terminamos de recuperar de la pérdida del compañero Jorge Pacci, que falleció hace unos días a causa del asbesto en el subte, que hoy nos enteramos lo de Luís. Y la bronca se resiente porque Metrovías viene sin respetar los protocolos, rompiendo las burbujas, y exponiendo a los trabajadores y a los usuarios del subte.
En el medio de la segunda ola, donde cada día se rompe records de contagios, la empresa nos deja a los trabajadores expuestos, sin ningún control, compartiendo los espacios. Incluso frente a casos estrechos entre compañeros con covid-19, la empresa quiso dejar aislado a un trabajador en la boletería.
Encima cuando los trabajadores nos resistimos a esto y a qué la empresa haga volver a trabajar a los mayores de 60 años, la respuesta de Metrovías es la persecución. Como en caso de los delegados de la línea B, que se inició una causa judicial para sacarles los fueros y despedirlos, luego de una medida de los trabajadores en reclamo de cuidados necesarios para la salud.
Mientras Metrovías pone en riesgo a los trabajadores y a los usuarios sin protocolos para seguir obteniendo las ganancias, el boleto aumentó en marzo, y en abril vuelve a subir hasta los 30 pesos. Lo que expone claramente las prioridades de la empresa y la complicidad del Gobierno de la Ciudad para conseguirlas.
Por todo esto exigimos, basta de muertes obreras. Basta de compañeros que mueren por ir a trabajar. Si somos esenciales, y nunca paramos en la cuarentena, tendríamos que ser uno de los grupos prioritarios en ser vacunados. Sin embargo, aún cuando están en Garín disponibles las vacunas AstraZeneca que se podrían usar, ni siquiera la totalidad de los trabajadores de la salud fueron vacunados.
Por todo esto es necesario también que desde el sindicato llame a asambleas para que se vote un paro y todas las medidas necesarias para que la empresa garantice la salud de todos los trabajadores y los usuarios del subte, tanto frente al crecimiento de casos de covid-19, como en relación al asbesto que sigue enfermándonos día a día.
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