El pasado 16 de marzo, estalló el paro de docentes universitarios de asignatura en exigencia del pago de salarios vencidos y en contra de la precarización laboral; este sentir se replicó en profesores de diversos estados dejando en claro que la inestabilidad laboral es una situación existente para la gran mayoría de trabajadores de la educación, pero que también es parte del ataque sistemático en contra de la educación pública.
A continuación, compartimos las voces de profesores normalistas con su visión crítica y en su calidad de trabajadores de la educación al frente de quienes serán docentes del nivel básico.
¿Cuál es su opinión sobre la lucha actual de los docentes de la UNAM?
Profesor Alfredo Villegas: La situación de los docentes de la UNAM es un ejemplo de lo que ocurre en muchas universidades e instituciones de educación superior del país. Los profesores asistentes y de asignatura son, muchas veces, quienes acaban llevando el peso mayor a la hora de impartir clases. Sus salarios son de miseria y se requiere una organización muy fuerte para que la voz de ellos sea la voz de todos los maestros y maestras.
Debemos hacer una propuesta para modificar esa situación de precariedad laboral, de raíz, desde las modificaciones legales e institucionales a que haya lugar.
Profesor Alejandro Miguel: Todo movimiento de trabajadores que esgrimen demandas de clase se suman al proceso histórico de convertirse en sepultureros del capitalismo. Por eso, es un regocijo la movilización de los trabajadores de la UNAM, que tienen un rasgo específico: su condición de intelectuales, además de trabajadores en sentido económico.
Profesor Roberto Monroy: Quienes sacan adelante el trabajo duro en las universidades son los profesores de asignatura, cuya lucha por su basificación y pago de salarios atrasados es justa. Estoy en contra de la precarización, sobre todo del outsourcing, que también es trabajo precario porque con este modelo los trabajadores no tienen acceso a la basificación y a sus derechos laborales. Hay que declararse anticapitalista y posicionarse de manera crítica en contra del neoliberalismo, que quiere imponer la subcontratación como forma de trabajo; pero que es, en la realidad de los hechos, más precarización, hambre y pobreza para la clase trabajadora.
Profesor Ricardo Martínez: Me parece inconcebible que se siga castigando a los catedráticos de nuestra universidad más representativa, con mayor tradición académica y con reconocimiento mundial. Esto era de esperarse en gobiernos abiertamente neoliberales, pero no de un gobierno que se declara fundamentalmente contrario a los principios y objetivos de dicha doctrina. ¿Cómo podemos confiar entonces en que se esté llevando a cabo una transformación del país? ¿De qué transformación nos están hablando?
¿Qué opinas sobre la precarización de los docentes en las Escuelas Normales?
Profesor Alfredo Villegas: En el caso de las escuelas Normales se deben exigir más plazas de tiempo completo para que muchos maestros jóvenes que tienen la preparación y la experiencia necesaria accedan a plazas de mayor categoría y no queden atorados en plazas de asignatura, por horas, que los hacen buscar trabajo en otras escuelas para compensar un poco el salario miserable que reciben.
Esa falta de plazas de tiempo completo y los mecanismos complicados de movilización interna, hacen que los maestros se desencanten de su trabajo y, eventualmente, abandonen la institución para buscar mejores horizontes y condiciones laborales en otras instituciones.
Profesor Alejandro Miguel: La precarización del empleo en el subsistema de educación normal cae sobre maestros interinos o de contrato por horas. Los maestros de tiempo completo ingresaron bajo la modalidad de “homologación” y sin concurso de oposición (sino de papeles o recomendación) y tienen salarios de 25 mil pesos mensuales para arriba. La homologación fue una conquista de las luchas revolucionarias de 1979-1983 en le ENSM. Reyes Heroles aplastó el proceso democrático y devolvió la ENSM al charrismo sindical, que aceptó la precarización en las condiciones de trabajo; edificio, mobiliario, equipo. La derecha se apropia de las escuelas normales. Se establece el neoliberalismo, que es precarización.
Profesor Roberto Monroy: No tenemos datos duros, estadísticas, porcentajes, pero en líneas generales, menos del 20 % tienen tiempo completo, en cambio la mayoría no tiene acceso a las becas de desempeño, ya no digamos más horas laborales que significa mayor salario, porque para eso deben pasar muchos años de proceso (veinte o treinta y hasta más), entre concursos de oposición y horas que se reparten de profesores jubilados o que se mueren. Normalmente, los concursos no son abiertos, no son externos, pues la Normal es muy endógena, además que se reparten entre varios docentes dándoles las categorías más bajas. Aunado a la creciente forma de subcontratación con sus diferentes nombres como outsourcing –que es una figura empresarial cuya intención es resguardar los intereses particulares por encima de los trabajadores–, esto es trabajo muy precario en la UNAM, Normales, UAM, UPN, etc. ante los que debemos oponernos y luchar por mejores condiciones para nosotros. Nuestro trabajo es contribuir en la conciencia social.
Profesor Ricardo Martínez: En las Escuelas Normales hay una variedad de formas de precarización: hay gobiernos estatales que buscan arropar a los docentes de las Normales y hay otros, muchos otros, que buscan seguirlos dejando sin protección y con contratos precarios. Esto se observa, sobre todo, en los nombramientos temporales, los que están sin plaza fija y aquellos que cuentan con muy pocas horas, aunque tengan toda la formación requerida para una plaza de tiempo completo, mientras que gente que llega sin esa formación, pero con las recomendaciones o contactos necesarios recibe en muy poco tiempo tal nombramiento.
Otra acción de precarización, por su naturaleza mafiosamente monopolista, es el otorgamiento de premios al desempeño, a la investigación, o de becas para estudiar en otras instituciones, ya sean nacionales o extranjeras.
También, la precarización se refleja en las cargas de trabajo: a amigas y amigos del sistema solamente les asignan las horas frente a grupo que quieran aceptar, mientras que los demás, "simples mortales" debemos cubrir las cargas que nos corresponden más las que dichas personas dejen descubiertas "honoris causa", como si verdaderamente tuvieran honor. |