Dentro de las razones de que los jóvenes que se registraron para el examen no ingresan a este nivel escolar, están: no haber presentado el examen, no haber concluido el nivel anterior y no haber sido aceptados en la institución solicitada. Sobre esta última razón, está claro que las matriculas ofertadas son insuficientes, tan solo en el caso de la UNAM se presentaron 174 mil 279 aspirantes que solicitaron su ingreso como primera opción sin embargo, en sus planteles de educación media superior solo se ofertan 35 mil lugares. A pesar de que este año el registro para el ingreso al bachillerato aumento un 2.38%, según los datos de la Comipems, la matricula en las instituciones más demandadas no lo hizo.
A la exclusión de los jóvenes de las instituciones de educación media superior se suman los jóvenes que desertaron en niveles educativos anteriores o aquellos que no se registraron para su ingreso. Únicamente cuatro de cada diez jóvenes entre 16 y 18 años están cursando el bachillerato. Retomando el informe de la SEP del año 2013, los datos oficiales implican que solo el 36% de los estudiantes que ingresaron a la primaria concluyen en bachillerato.
Además de acuerdo a los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) del año 2013, México ocupa el primer lugar en deserción escolar entre jóvenes de 15 a 18 años. La causa más frecuente de la deserción son las dificultades económicas, que los obligan a los jóvenes a sumarse a las filas de la precarización laboral.
Según los datos retomados por Contralínea del estudio El presupuesto público federal para la función seguridad pública 2014-2015, mientras el gasto federal en seguridad pública ha crecido desde 2006 un 301.19%, el aumento del presupuesto para educación del 2014 a este año solo aumento un 4.39%.
La inversión del gobierno en gastos de seguridad ha permitido aumentar la militarización del país como estrategia de la llamada guerra contra el narco y permitir así la estabilidad del régimen político mientras se aumentan las condiciones de explotación y la subordinación al imperialismo. Los jóvenes de los sectores más precarios han sido la principal víctima de esta guerra, son los mismos jóvenes que sufren la exclusión de la educación, la criminalización por parte de las fuerzas represivas del Estado y el trabajo precario. |