Las familias de Magaldi están exigiendo: tierra con títulos, materiales para la construcción de viviendas, la construcción de un comedor con materiales y raciones de comida para una alimentación digna, materiales para reforzar los ranchos y un salario de emergencia.
El año pasado en medio de la pandemia, lo que era un basural, fue ocupado por familias que no tuvieron a donde ir a vivir. Se habían quedado sin ingresos. Muchos changarines no pudieron seguir saliendo a rebuscarse la vida como hacían, muchos obreros de la construcción estuvieron parados sin trabajo durante meses, las mujeres en su mayoría madres y muy jóvenes, algunas cocineras, otras emprendedoras de algún negocio como un quiosco, se quedaron sin el poco trabajo que tenían.
Encontraron tierras con 40 años en desuso, que intentan aún convertirla en un lugar habitable y resisten con sus ranchos ahí. Una historia que se agrava con la segunda ola de la pandemia y el aumento de desocupación que afecta sobre todo a las barriadas populares. Este terreno esta bordeado por el Jockey Club y el Cristo Rey, lugares lujosos y de ostentación, tan cerca y lejos de las 130 familias que allí habitan. Contrastes de clases sociales que se agudizaron en la pandemia.
Como plantean las familias, desde un principio construyeron sus ranchos de chapa y nylon para poder vivir, no tienen ingresos como para pagar los altos costos de lo que sale un alquiler. En el asentamiento no tienen luz, no tienen agua, no tiene gas, los pisos son de barro, cada lluvia moja todo, enferma a niños y adultos.
Un supuesto dueño reclamó esas tierras como propiedad privada y pidió el desalojo de esta gente. El propietario presento solo un boleto de compraventa y la justicia lo considero dueño, queriendo imputar a 92 familias, que con organización lograron frenar el desalojo.
Contra este avance sobre los derechos se pronunciaron importantes referentes de organismos de Derechos Humanos nacionales y de la ciudad, como también referentes políticos: el Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel, Nora Cortiñas, Celeste Lepratti, Norma Ríos, Myriam Bregman legisladora del PTS, Ronda madre de plaza 25 de mayo, Familiares de detenidos desaparecidos, Asociación Anahí filial rosario, Hijos rosario, Colectivo nacional de ex presos políticos, Mosp - movimiento de organizaciones sociales progresistas, CEPRODH, Octavio Crivaro del PTS en el FRente de Izquierda Unidad, Carlos del Frade, Familiares de Jonatan Herrera. Y sindicatos y centros de estudiantes como Amsafe, Aceiteros, FUR, Centro de estudiantes de la facultad de humanidades.
El Estado tiene que responder
Como dio cuenta el censo realizado por la Municipalidad de Rosario el día martes 6 de abril, en la toma de Magaldi viven más de 400 personas, de las cuales 180 son menores. Desde hace 7 meses que las familias de Magaldi se organizan en asamblea en el barrio, allí toman todas las decisiones. Además han puesto en pie una Comisión de Mujeres y una Comisión de Trabajo.
Desde el mes de noviembre tienen una mesa de diálogo con la Secretaría de Hábitat de la provincia y la Municipalidad de Rosario, en la cual han reclamado lotes sin pago y con títulos, materiales para la construcción de viviendas, y raciones de comida para el comedor. En esta instancia como en todo el recorrido de la pelea que están dando, los acompañan abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y abogados de la Casa de la Memoria. En las últimas instancias el gobierno les planteó conseguir otras tierras que deberían pagarlas. Le piden pagar a gente que no tiene nada.
Un equipo interdisciplinar de sociólogos, antropólogos y cientistas sociales llevaron adelante junto con delegados y vecinos del asentamiento un relevamiento con la colaboración y asesoría de Carina David, socióloga, trabajadora de la Dirección de Estadísticas Poblacionales del INDEC: “En cuanto a la situación socioeconómica de los habitantes se relevó un dato alarmante, el 16 % se encuentra desempleado. Además, un 26,5 % vive del trabajo informal a base de changas. La gran mayoría cuenta con ingresos menores a 20 mil pesos y un 15 % no percibe ingresos”. Esencialmente el único ingreso es la AUH, de carácter estrictamente alimentario.
Asambleas y comisiones para organizarse
Desde las primeras semanas de asentamiento, las familias de Magaldi se organizan en asamblea. Allí se reúnen la mayoría de los y las vecinas para tomar decisiones y discutir. Es mediante la asamblea que se definen los pasos a seguir, son las familias las que opinan qué y cómo hacerlo.
Pusieron en píe comisiones para que cada vecino y vecina vaya aportando a esta organización, algunos y algunas son parte de la Comisión de Trabajo y toman la tarea de ir acomodando el terreno, un trabajo que cansa el físico, después de tanto palear y picar.
Con la Comisión de Mujeres llevan adelante un comedor, que también es de chapa, tirantes y nylon. Con las donaciones que juntan de organizaciones y vecinos solidarios, cada 3 o 4 días hacen una merienda para el barrio. Tienen prohibido el ingreso de materiales, con una custodia policial las 24 horas, por lo tanto tampoco pueden acondicionar el comedor para que esté a la altura de ser un lugar digno para recibir a todas las familias y no tener que cocinar bajo la lluvia y dejar de hacerlo porque solo pueden cuando hay leña. Se la rebuscan para garantizar esas comidas, porque allí saben que hay hambre y la salud empeora.
Apoyos y solidaridad
A lo largo de estos meses han salido a las calles para manifestarse en innumerables ocasiones, con cortes y marchas, para hacerse oír porque allá en el fondo de la zona oeste parece que los gobernantes no escuchan. Así también como asamblea de Magaldi han acompañado otra luchas, como la de los trabajadores de la coopertativa RecTuel (ex Hey Latam), con quienes impulsarán un Encuentro de coordinación de la luchas en los próximos días. Reciben donaciones que organizan desde La Red de Trabajadorxs Informalxs, también de organizaciones de izquierda como el PTS en el Frente de Izquierda. Y ellas han llevado su solidaridad con los docentes en lucha y salidos a las calles contra la impunidad el 24 de marzo.
Y han recibido innumerables apoyos. Bajo la consigna Ni una menos sin vivienda referentes feministas y organizaciones de mujeres se sumaron a la solidaridad con las mujeres de Magaldi, entre ellas están Sonia Tessa periodista de Rosario 12, Mabel Gabarra de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Celeste Lepratti, Ayelén Beker, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito Regional Rosario y la Campaña por la Emergencia Nacional en Violencia contra las Mujeres. Además de los sindicatos AMSAFE- Rosario, ATE- Rosario, CTA A Regional Rosario, el Área de Mujeres, Géneros y Diversidad Sexual de COAD junto a las secretarías de géneros de las facultades de Humanidades y Artes, de Ciencias Médicas, Psicología, Ciencia Política, UTN, Arquitectura, Derecho e Ingeniería.
El derecho a la tierra para vivir debe ser para todos. La decisión de la toma de tierras, es sin dudas, la demostración más acabada de la desesperación de los excluidos, de los que sin nada que perder, apuestan a esa forma para visibilizar sus necesidades. Y es en ese punto que el Estado no puede demorar más una respuesta y solucionar una demanda por demás justa y contemplada en nuestra constitución Nacional como uno de los derechos inalienables de todo habitante. |