Con cotillón y carteles prolijamente producidos, sectores afines al macrismo combinados con grupos negacionistas se manifestaron contra las medidas decretadas por Alberto Fernández. Hubo forcejeos con la Policía y un grupo fue reprimido en Plaza de Mayo. Nuevo acting “libertario” de derecha, sin ningún reclamo popular.
A las 20 horas de este sábado, frente a la Quinta de Olivos, un centenar de personas comenzaron a cantar el Himno Nacional Argentino agitando banderas y pancartas celestes y blancas. Llevaban horas gritando “¡libertad, libertad!”, la gran mayoría sin barbijos y hasta con una actitud desafiante hacia el cordón de la Policía Federal que custodiaba el predio donde vive Alberto Fernández.
Tensión en Olivos: manifestantes afines al macrismo concentran en la residencia presidencial pic.twitter.com/fBBvw6e4cO
Paralelamente, desde las 17 otro grupo de manifestantes se concentró en el Obelisco, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires y más tarde una parte de ese grupo se dirigió a Plaza de Mayo para protestar frente a las rejas de la Casa Rosada, donde alrededor de las 21 un grupo fue reprimido por efectivos de la Policía Federal y de la Policía de la Ciudad.
En ambos casos, los objetivos de las movilizaciones fueron diversos y, en algunos casos, contradictorios. Hubo quienes rechazan la suspensión de la presencialidad en las escuelas del AMBA hasta el 30 de abril porque creen que allí la pandemia afecta menos que en otros lados, pero también quienes niegan la existencia misma del covid-19 y acusan al “nuevo orden mundial” de inventar el coronavirus y sus efectos. No faltaron, lógicamente, macristas y “libertarios” que focalizan su ira reaccionaria con expresiones contra el kirchnerismo.
Durante horas, las grandes empresas periodísticas oficialistas y opositoras hicieron su juego, contando “los porotos” de acuerdo a sus intereses. Mientras Infobae hablaba de “miles de manifestantes”, Página|12 hablaba de una “convocatoria reducida”. Más allá de las exageraciones de unos y la minimización de otros, el hecho causó la atención de todos los medios.
Sobre lo que nadie dudó es sobre quiénes estaban detrás de la convocatoria, más allá del camuflaje de “usuarios de las redes sociales”. Hasta el diarioLa Nación reconoció que “la marcha fue impulsada por diversos usuarios descontentos con las decisiones y también por autoridades de la oposición, como la presidenta del PRO, Patricia Bullrich”.
Y lo que más claro quedó es la “producción” de la convocatoria, que no escatimó en límpidas banderas argentinas y en carteles de idéntica factoría, que distan mucho de la improvisación y la creación individual de manifestantes “sueltos”.
Tras algunas pocas imágenes de “tensión” en las puertas de la Quinta de Olivos, donde los móviles televisivos esperaban escaramuzas entre “ciudadanos” y policías (sobre todo después de las 20), lo que quedó en evidencia es que la manifestación no tuvo nada que ver con un reclamo genuino de los sectores populares. Más bien los manifestantes, base electoral de Juntos por el Cambio, parecían representantes de los intereses empresariales.
Todo lo contrario a lo que plantea y exige el Frente de Izquierda, defendiendo los intereses de millones de trabajadoras y trabajadores que sin dudas sufren los embates de la pandemia pero también están siendo dejados a la deriva por el gobierno de Fernández, que restringe la circulación social con medidas represivas, sin ningún tipo de medida económica y social para la población empobrecida y precarizada.