La puja judicial entre Nación y Ciudad por la presencialidad en las escuelas pone sobre la mesa numerosos debates que la docencia advierte hace tiempo. A los miserables presupuestos destinados a educación, se suman miles de familias y docentes que no acceden a equipos tecnológicos y no cuentan con conectividad gratuita. La infraestructura escolar insuficiente y los protocolos que no aplican a la realidad sanitaria y epidemiológica, tampoco garantizan una educación segura y en condiciones.
Pero hay un tema que recorre las aulas y escuelas, ¿qué pasa con los planes de vacunación para las y los trabajadores esenciales? Las medidas de Alberto Fernández parecen más cercanas a un manotazo de ahogado que a una verdadera solución de emergencia para los millones que salen día a día a trabajar, en medio de una crisis social y económica extraordinaria y con un aumento exponencial de los contagios en la segunda ola.
Ninguno de estos temas parece conmover la agenda gubernamental y mediática. Más allá de los artilugios legales sobre las clases presenciales y las maniobras de una justicia que nunca está del lado de las y los trabajadores ¿qué podemos decir sobre la “falta de vacunas” en el país? ¿Esto es así? ¿No hay vacunas suficientes para los docentes? Veamos.
Hace tiempo que en Argentina se produce el principio activo de la vacuna Oxford AstraZeneca, sin embargo, son enviadas al exterior donde se envasa y se distribuye. Las dosis fabricadas en el laboratorio mAbxience en su planta de Garín -Provincia de Buenos Aires-, fueron enviadas para su envasado a México y luego a EEUU pero no volvieron a la Argentina, incluso habiendo pagado desde el Gobierno el 60% de su valor. Si bien el presidente anunció que “hará cumplir los compromisos acordados” aún no hay noticias alentadoras.
Hace unos días, el empresario farmacéutico intentó dar explicaciones a través de un largo hilo en Twitter, oscureciendo más que aclarando, sobre las exportaciones de millones de dosis… mientras en Argentina faltan vacunas. El diputado del PTS/FIT fue contundente al responderle que se trata de una “estafa criminal”.
En medio de una segunda ola con circulación comunitaria de cepas más agresivas, se podría declarar de utilidad pública dicho laboratorio, así como el que hoy anunció que fabricará en el país la vacuna Sputnik V. Junto a otras instituciones del Estado, como el Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad de Córdoba, que tiene la capacidad de envasar 300 mil dosis en 10 días, se podría garantizar un plan masivo de vacunación para toda la población.
Esto es lo que están proponiendo los diputados del Frente de Izquierda, quienes han presentado en el Congreso un Proyecto de Ley para que se liberen las patentes y se declare de utilidad pública el laboratorio que hasta ahora ya produjo más de 40 millones de dosis.
Mientras la docencia porteña es señalada en medio de un debate superficial, crece la organización de la comunidad educativa para exigir un plan de vacunación masivo que alcance no sólo a los trabajadores de la educación, sino también al resto de los trabajadores: las familias de la escuela pública. La multitudinaria asamblea de Ademys, que convocó a más de mil docentes este lunes, mostró que fuerzas hay para pelear por esta demanda, impulsando una gran campaña activa en todos los lugares de trabajo. Se vuelve una necesidad urgente que las conducciones de los sindicatos la tomen en sus manos porque las vidas trabajadoras importan.
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