Este lunes el gobernador Juan Manzur se reunió con Ricardo Ferreyra, titular de la UATRE-Tucumán y las autoridades del ministerio de Salud de la provincia para determinar las “medidas preventivas” frente al Covid-19 para los trabajadores del citrus.
En esta reunión el gobernador junto a los funcionarios de Salud establecieron coloquialmente que los trabajadores rurales formarán parte de un "protocolo activo" en el cual serán sujetos de experimentación para estudiar la profilaxis con la Ivermectina. Además aseguraron con una sólida certeza de que los obreros rurales "van a poderse proteger de enfermarse eventualmente y si se enferman, el cuadro será leve", tras la administración del mencionado fármaco.
Recordamos que la Ivermectina —un antiparasitario de amplio espectro que está siendo utilizado de forma desmedida e irresponsable para el tratamiento y profilaxis del COVID-19— es un medicamento que no está avalado por la Organización Mundial de la Salud en el tratamiento y profilaxis para la infección por el nuevo coronavirus, ya que no existen evidencias científicas contundentes que soporten la recomendación de su uso en el tratamiento.
Sin embargo, desde el Ministerio de Salud de Tucumán se ha establecido una política de medicalización masiva para la profilaxis de covid-19, sustentado por un protocolo controversial realizado en la provincia. Sin evidencias científicas serias, el Ministerio a cargo de Rossana Chahla tomó la decisión de hacer de la Ivermectina un tratamiento contra el coronavirus, al mejor estilo de Bolsonaro en Brasil cuando utilizó políticamente a la Hidroxicloroquina.
Por otro lado, la FDA (agencia americana de regulación de medicamentos) es categórica a la hora de desaconsejar el uso de la Ivermectina como medicamento contra el coronavirus, ya que tiene potenciales efectos adversos. Como se mencionó, la OMS solo avala el uso de la Ivermectina en COVID-19 cómo tratamiento experimental en ensayos clínicos.
Estos hechos ponen en evidencia el intento del gobierno de Manzur por experimentar con los trabajadores rurales de la Uatre. Lejos de ofrecerles equipos de protección personal, testeos periódicos de control, mejores condiciones de trabajo, empleos en blanco y fortalecimiento de la debilitada obra social OSPRERA (garantizando que sea todo el año) y vacunación; les ofrece un medicamento sin aval científico para prevenir los contagios y las muertes de los trabajadores de una de las principales ramas de la actividad productiva de la provincia.
Esto se da en un marco donde los trabajadores rurales están dando una dura pelea con sucesivos cortes, por mejoras salariales y mejoras en la obra social. La burocracia sindical de UATRE en lugar de ponerse a la cabeza de la pelea en defensa de los trabajadores, decide avalar que el gobierno haga un experimento con los trabajadores. El sindicato no debe permitir que a los trabajadores del citrus los traten como cobayos de experimentación aceptando la distribución de un medicamento que sólo está aprobado para ese fin.
Para el gobierno de Manzur las ganancias de los magnates del agro tucumano valen más que las vidas de los obreros rurales. Sin embargo, estos obreros y obreras están dando una pelea ejemplar en la provincia, con sucesivos cortes en diversos lugares, y en este sentido es clave convocar a la unidad de los trabajadores en lucha, junto a los de la salud y los docentes. Porque en esta pandemia, al igual que en todas las crisis, está demostrado que los gobiernos y las patronales hacen todo en unidad para mantener sus ganancias y privilegios a costa de nuestras vidas.
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