“Hoy (lunes 19) estoy manifestándome porque pienso que es una injusticia que se rebajen las becas, ya que la gran mayoría de estudiantes de la Universidad de Costa Rica, viven de esas becas, más que todo las personas de beca 5”. Esto nos comenta la estudiante de segundo año de Economía Agrícola, Tiffany Ramírez.
Para la Administración universitaria, e incluso para la Federación entrante, el problema que estamos atravesando con nuestros montos de beca no es una disminución, pues alegan a que simplemente volvemos a los montos de antes de la pandemia. Es decir, legalmente hablando, no es una disminución. Sin embargo, sí es una disminución en los hechos, y así como Tiffany lo expresa, es una rebaja que ninguna legalidad puede tapar con un dedo. Algunas personas estudiantes inclusive matricularon este semestre contando con los montos de conectividad, así como el porcentaje extra de alimentación y gastos por carrera que se venía otorgando.
“En mi caso, me disminuyó un poco el monto que me depositaron. Pero sí conozco mucha gente a la que le vino muy muy poco. Conozco gente a la que le llegó 6 mil, 7 mil, o hasta 3 mil colones para la alimentación, y creo que es algo imposible vivir con ese monto”, así termina de relatarnos Tiffany el motivo por el cual llegó el pasado lunes al pretil a manifestarse.
Asimismo, Asimismo, María Fernanda, estudiante madre de Imagenología, quien actualmente reside en Liberia, nos comenta nos comenta “yo soy parte de la Asociación de estudiantes de madres y padres y dentro de estos espacios uno puede observar más de cerca realidades que atraviesa una población que ha sido invisibilizada por la administración universitaria; y es que las y los estudiantes madres y padres nos vemos ante distintas realidades, sobre todo quienes tenemos beca y formamos parte de familia monoparentales; entonces tal vez no contamos con el apoyo del madre o padre del bebé y la responsabilidad económica recae totalmente sobre nosotros, entonces nos corresponde, además de lidiar con la carga universitaria, organizarnos para el cuido de nuestros hijos, que de pronto y en muchas ocasiones, es un rubro que se ve financiado por la beca universitaria aunque no haya ningún rubro dispuesto para ello, tomamos de esta para lograr financiarlo.
En mi caso, también soy extranjera entonces conseguir un trabajo en esta condición y con los horarios inflexibles de la universidad se torna complicado porque las escuelas no toman en cuenta que también hay estudiantes que deben trabajar, entonces los horarios no permiten que haya espacio para integrarse a un trabajo con jornada regular. Además, mi mamá, que es la que se ha encargado normalmente de mis gastos, trabaja como miscelánea, nosotras vivimos en Liberia y cuando entré a la UCR se me asignó beca 5 y con la situación de la pandemia mi mamá se quedó sin trabajo, por lo que tuvimos que acudir a la beca como el único ingreso familiar, monto que utilizamos para subsistir durante el año pasado y este, somos una familia de 4 personas y con esta reducción no avisada a la beca, uno se ve ante un impedimento nuevamente porque entonces tengo que escoger entre seguir con la universidad o salir a buscar trabajo, mi hija apenas tiene año y medio, y a pesar que mi mamá hace poco logró reincorporarse en medias jornadas ese salario no alcanza para cubrir todos los gastos. Honestamente si esta situación con becas no cambia yo sí debería revisar esta situación y probablemente tener que incorporarme al mercado laboral, viéndome obligada a ponerle una pausa a los estudios porque no podría asumir o solventar los gastos míos y de mi bebé.”
Asimismo la joven comentó no ser la única estudiante madre con una situación vulnerable, afirmó también conocer a dos personas que sufrían condiciones aún más extremas que las comentadas por ella, donde está en juego la alimentación y estudio de estas personas y sus hijos (as), siendo en este caso la beca el principal monto que se recibe.Denuncia también que cuando la OBAS solicita la actualización de documentos suspende la beca de manera temporal mientras el proceso burocrático se gestiona, dejando en este caso, a madres y padres vulnerables junto con sus hijos (as).
Las realidades existentes dentro de la comunidad universitaria resultan ser cada vez más complejas, debido a la situación de pandemia y crisis que atraviesa el territorio nacional, siendo en muchos casos la beca el único recurso económico estable que familias completas logran recibir para mantenerse a flote mientras la Asamblea Legislativa discute nuevos recortes y ataques para la clase trabajadora y estudiantil.
Una estudiante del Recinto de Paraíso, que se hizo presente en la manifestación el lunes, levantaba alto un cartel en el cual se leía: “No queremos una U corporativa y elitista”. Ella relata que tiene beca 5 y pobreza extrema, y tuvo un importante rebajo de 45 mil colones.
Quienes tenemos beca, sabemos que no suele alcanzarnos. Todos estos rebajos y estas disminuciones de los montos en los hechos, se agravan más teniendo en cuenta que una gran parte de estudiantes con becas provenimos de familias de clase trabajadora y sectores populares, y que en nuestras familias ha tenido gran impacto el desempleo y la reducción de salarios en medio de la crisis sanitaria y económica actual.
Además, este año CONARE tomó el acuerdo de declarar el 2021 como el año de las Universidades Públicas por la conectividad como derecho humano universal. Este mismo año, la Universidad de Costa Rica decidió dejar de otorgarnos el monto por conectividad, con el cual cientos de estudiantes contaban para poder llevar sus cursos virtuales.
Tiffany también nos relata que “hay varios compañeros de curso que no conozco personalmente, pero hemos estado hablando por chats de cursos y están bastante preocupados”. Esta dinámica que se ha venido gestando a lo largo de los últimos días, en la que son las mismas personas estudiantes quienes hablan sobre la situación con respecto a sus becas, pero también que se hacen consultas sobre las becas, tiene que ver con que la OBAS no es capaz de solucionar todas nuestras dudas. En algunos casos, no nos contestan.
Además, Yarol Álvarez, estudiante del recinto de San Ramón nos cuenta cómo esta medida de recortes parece ser cada vez más repetitiva: "el problema de los recortes presupuestarios para acción y ayuda social como becas, cursos libres y TCU, no es una problemática nueva, es un proceso que lleva así varios años y la educación pública superior atenta con convertirse en un modelo educativo donde se eliminen por completo los derechos que respaldan nuestras necesidades para que haya un acceso real al derecho de educación en el país; se niega prácticamente el acceso al estudio superior ya que las, mal llamadas autoridades de la Universidad, aclaran que las becas son solamente ayudas o beneficios y no un monto que cubra el costo real de la vida estudiantil."
A partir de esta queja este estudiante de Enseñanza de los Estudios Sociales y cívica también nos presenta el mayor problema ante el cual se enfrentan en este momento las personas estudiantes debido a estos recortes arbitrarios a becas: "Se vuelve una necesidad tener ingresos extra más allá del dinero de becas, pero los horarios de cursos son inflexibles, situación que suele ser más grave en Sedes y Recintos, y resulta prácticamente imposible buscar algún trabajo, teniendo en cuenta que esta es casi la única opción de permanencia en la U para estudiantes provenientes de familias de la clase trabajadora, siendo nosotros los que conformamos la mayoría de la población estudiantil de la Universidad de Costa Rica."
Ayer en horas de la noche, la Rectoría avisó mediante un oficio que se debía tomar una decisión con respecto a las dos propuestas excluyentes que brindaron el lunes. Nos ponen a elegir entre otorgarnos el monto de conectividad, u otorgarnos el monto extra de alimentación y gastos por carrera.
Ante esto, Gerald Alvarado, estudiante de Ingeniería civil, nos comenta que él cree “muy firmemente que lo que está haciendo la Rectoría y demás administración de la U es nada menos que un atropello a la persona estudiante y becaria. Es una burla con la poca anticipación que se están dando avisos tan importantes, como la reducción en el depósito. Y de más está decir que con las "soluciones" que se propusieron, lo único que busca la administración es provocar un conflicto entre nosotros mismos, lo que considero un acto poco ético, especialmente viniendo de una institución que predica tanto el humanismo. Fácil decir que necesitan una decisión del estudiantado con menos de un día plazo. Nos ponen a decidir en qué se nos recorta porque claro, no se puede decir: "Les pagamos a los funcionarios de becas o a los de vida estudiantil porque no hay presupuesto", no, ellos son "las autoridades universitarias" y están allá, en su estatus. Es preciso que más personas se sumen al movimiento, porque sin acuerpamiento nada se logra, es un tema que nos llama a todos los becarios a exigir esos derechos que llaman "beneficios". El movimiento estudiantil no se puede hacer esperar más, como bien dice el lema, con las becas no se juega, pero al no participar en esta lucha, las posibilidades se ven limitadas y por ende las becas también”.
Por todo lo anterior, es necesario que exista mayoría estudiantil, votada de manera democrática, en las decisiones que conciernen a nuestras becas, pues no pueden quedar en manos de administrativos de la Universidad que no están por velar por nuestros intereses.
Es necesario luchar desde la organización estudiantil una reforma al reglamento de becas que permita la participación mayoritaria del sector estudiantil en la toma de decisiones sobre la beca, y para pelear por el 5% de aumento en el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que nos permita cubrir nuestras necesidades más sentidas como estudiantes y como trabajadores precarizados en la Universidad. De igual forma hay que poner en pie un Comité permanente en defensa de la educación, y en defensa de nuestras becas y condiciones de estudio. Hacemos el llamado al Comité de Personas Interinas y al SINDEU a sumarse a esta pelea para dar un golpe de conjunto.
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