El avance del cambio climático acelerado por la voracidad de la producción capitalista cobró un nuevo tributo: el glaciar Ayoloco, que coronaba el volcán Iztaccíhuatl, conocido como la mujer dormida.
Varios vulcanólogos y montañistas de la UNAM escalaron al volcán inactivo para colocar una placa que alerte sobre la crisis climática actual. Entre ellos se cuentan Hugo Delgado Granados y Anel Pérez Martínez, integrantes del Instituto de Geofísica de la máxima casa de estudios.
En la placa se puede ver un contundente mensaje: “A las generaciones futuras: Aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas los glaciares mexicanos desaparecerán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia de que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Solo ustedes sabrán si lo hicimos”.
Perdimos el glaciar que parecía un manto blanco sobre la mujer dormida de la leyenda del Iztaccíhuatl y el Popocatépetl. Fue mermando durante el siglo XX, y este proceso se agudizó durante las dos últimas décadas.
Los glaciares concentran el 90% del agua dulce de la Tierra, contribuyen a regular las lluvias y el clima. Con el paulatino aumento de las temperaturas, producto del cambio climático, se están perdiendo. La matriz energética que predomina en el modo de producción capitalista, los hidrocarburos, y las ganancias capitalistas como eje rector de la producción, dejando de lado las necesidades sociales, son las causas de la actual crisis ambiental.
José María Velasco, "Popocatépetl e Iztaccíhuatl" (1899)