Autora de novelas como El viento que arrasa, Ladrilleros, de crónicas como Chicas Muertas, que recorre los femicidios de tres jóvenes en los años ‘80 en Argentina, o El mono en el remolino, diario de filmación de la Zama de Lucrecia Martel. Su novela más reciente es No es un río, entre las finalistas del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.
Acá podés escuchar la entrevista completa:
· No es un río llega después de otros dos libros que están entrelazados de varias formas. ¿En qué se unen esas historias?
"Son tres relatos independientes con sus propios universos y personajes, tienen, jugando con el universo de No es un río, como un río subterráneo que las conectan que que tienen que ver con los universos masculinos. Básicamente que las tres novelas están un poco centradas en el personajes varones y en las relaciones que los varones establecen entre sí, con sus hijos o con sus amigos, con sus mujeres.
· Como en otras historias que escribiste, gran parte de la acción está disparada, menos por lo que se habla y más por lo que no se dice o se piensa. ¿hay una búsqueda de intimidad en ese lenguaje, en que los personajes nos cuenten de esa forma?
Sí, también tiene mucho que ver con el tipo de personaje y con los ambientes que se trabajan en cada novela. Yo me los imagino como personajes de pocas palabras y en todo caso, de vidas interiores turbulentas. Sobre todo No es un río, me parece que está trabajado todavía con más obsesión ese rasgo. Es una novela hecha de silencios más que de palabras. La verdad es que soy bastante narrativa a la hora de escribir. Entonces con esta novela me pasaba un poco que tenía que sacarme el vicio y narrar, narrar, narrar y después hacer un trabajo constante de recorte. O sea, narrar la escena completa y hasta con con detalles muy exhaustivos y después ir un poco a recortarla, y a que quede en su mínima expresión. Es un poco el trabajo que me propuse en esa novela.
· En No es un río algo que me llamó la atención es que el diálogo está narrado, es decir, alguien cuenta lo que dice Enero, lo que dice Negro, lo que dicen las chicas, ¿por qué decidiste hacerlo así?
Lo que buscaba con la novela es que tuviera la síntesis de la poesía, por eso me parece que es una novela más lírica que las otras. Un poco más escrita con el pulso de la poesía que con el pulso de la narrativa. Aunque soy poeta. Sí, me gusta mucho la poesía, leo poesía y las lecturas que me acompañaron en la escritura de la novela tenían más que ver con el universo de la poesía que con la narrativa.
No es un río, de Selva Almada (Penguin Random House).
También hay un verbo, que es el verbo decir, que aparece en presente o en pasado, según cuando esté transcurriendo la escena que se repite constantemente. Repetir esa palabra todo el tiempo tiene la intención de sonido, de música, como si fuera un verso que se repite en un poema, como el estribillo de una canción o el verso que se repite. No es cualquier verbo el que se repite, sino que es siempre el de decir. También me parece que tenía que ver con esas pocas palabras que pronuncian los personajes, le da una entidad. Yo me imaginaba que era como, "Escuchen, porque habló y él no habla nunca. Pero ahora habló y dijo esto". También porque son personajes que no suelen tener mucha voz, pensándolo desde un punto de vista social. Son pescadores, son en general de clase baja. Entonces anunciar cada vez que hablan me parecía que era como darle un peso y una intensidad a esa voz.
· En No es un río, como otros de tus libros, los protagonistas son varones y las relaciones entre ellos están en el centro, en un momento en el que hay varios debates sobre la masculinidad, aunque se trata de ficción y no tiene por qué tener una “bajada de línea” ¿te interesa que estas historias sean parte de la conversación?
Cuando escribo, más allá de que sea ficción, obviamente hay una gran curiosidad y un interés por temas que están dando vueltas y de los que no soy para nada ajena. No hay una intención de venir a decir nada nuevo sobre el asunto, ni sobre las masculinidades, el machismo o la misoginia. Pero en los universos de estas novelas, son moneda corriente, no puede no aparecer. De todas maneras, traté de que no sean personajes tan fácilmente e clasificables. Son tipos que pueden ser muy brutales, pero también son personajes que tienen sus vericuetos, sus complejidades y sus contradicciones.
Sobre el documental de Alberto Laiseca, conversamos acerca de la obra del escritor y su lugar en la literatura argentina.
· Para mí es uno de los autores más importantes de la literatura argentina del siglo XX y más novedoso. Lamentablemente, creo que no ha tenido nunca el reconocimiento que merece su obra. Es una obra compleja, pero yo creo que es uno de los escritores más originales de la literatura argentina contemporánea. Me gustaría que sus libros circularan más. La verdad que me gustaría que su obra tuviese más visibilidad. |