La pandemia y la crisis económica vienen generando graves consecuencias para millones de familias trabajadoras, pero la situación no es igual para todos unos pocos dueños de grandes monopolios y CEO de empresas aprovechan la situación para aumentar sus ganancias millonarias. Este martes se reúne el Consejo del Salario para definir el aumento del salario mínimo vital y móvil que se encuentra en $21.600, más allá de la suba que resuelvan quedará muy lejos de la canasta básica del Indec que supera los $ 60.800.
Mientras 19 millones de personas en la Argentina vivían bajo la línea de pobreza, fruto del aumento de la desocupación, la escasa ayuda estatal y los salarios miserables, algunos ricos siguieron concentrando la riqueza. Según el Ranking Billionaires que elabora Forbes, Marcos Galperin, dueño de Mercado Libre, acumulaba una fortuna de US$ 6.100 millones, mostrando un incremento de USD 4.000 millones en su patrimonio en sólo un año. Una expresión local del fenómeno internacional encabezado por Jeff Bezos, propietario de Amazon que alcanzó un valor de 193.000 millones de dólares.
Además de hacer negocios con la necesidad de poder comprar desde casa, Galperin se vió beneficiado por el Estado, gracias a la Ley de conocimiento y otros beneficios impositivos. Un tratamiento distinto al que recibieron aquellos que perdieron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), debido al ajuste del Gobierno en el presupuesto 2021.
Otros de los argentinos que figuran en el listado de Forbes son los hermanos Paolo & Gianfelice Mario Rocca, la familia que dirige Techint, con una fortuna de US$ 3.700 millones. Comparado con 2020 su patrimonio creció 300 millones de dólares, un monto superior al que será destinado al subsidio de $ 15.000 para las que perciben la AUH y los registrados en las categorías bajas del monotributo. En concreto, una sola familia de empresarios ganó más que lo destinado a un millón personas que se encuentran en una situación crítica.
El magnate petrolero, Alejandro Bulgheroni, titular de Pan American Energy, quien el año pasado fue destacado por el ranking local como el más rico del país, ahora está registrado en Uruguay (para evadir impuestos), registró un patrimonio de US$ 3.300 millones. Alberto Roemmers, al frente de la industria farmacéutica, figura con una fortuna de US$ 2.200 millones.
Las cotizaciones de la soja y el maíz superaron, este lunes, en el mercado de Chicago los US$ 576 y US$ 267 la tonelada, respectivamente, los valores más altos en casi ocho años. Esto viene generando ganancias extraordinarias para los patrones rurales y los monopolios que concentran las exportaciones del agro. En referencia a esta realidad Pablo Andreani, titular de la consultora Agripac, afirmó: “Si descontamos lo que se quiera de costo de producción nos vamos a dar cuenta de que el ingreso por hectárea es uno de los más altos de la década”. Sin embargo, el ministro de economía Martín Guzmán ha otorgado grandes beneficios a este sector en el último tiempo, empezando por la baja de las retenciones.
David Gelles, del New York Times, publicó un informe mostrando los “estratosféricos” ingresos de los CEO de algunas de las compañías más afectadas por la pandemia. Allí expresa que la compañía hotelera Hilton que despidió a casi una cuarta parte del personal corporativo mientras los hoteles de todo el mundo se quedaban vacíos, le pagó a Chris Nassetta, su director ejecutivo, 55,9 millones de dólares en 2020. David Calhoun, CEO de Boeing fabricante de aviones, recibió unos 21,1 millones de dólares y Norwegian, empresa de cruceros, duplicó con creces el sueldo de Frank Del Río, su director general, hasta los 36,4 millones de dólares. El CEO de General Electric, Larry Culp, obtuvo 73 millones de dólares siendo que recibió la remuneración más alta.
Según las cifras oficiales del Indec, al tercer trimestre de 2020 (las últimas disponibles), el 70 % de los trabajadores recibió menos de $ 38 000. Una suba del salario mínimo a $ 50.000 no terminaría con la desigualdad, pero al menos sería una gran ayuda ante la grave emergencia en curso. Con un verdadero impuesto a las grandes fortunas se podría financiar un IFE de $ 40.000 para todos aquellos que lo necesiten. Medidas elementales para comenzar el camino de terminar con la acumulación de pobreza en un polo y riqueza en el otro.
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