Este domingo el viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, sorprendió al anunciar que escasea el oxígeno. “Si tenemos respiradores, pero no tenemos oxígeno, no sirve de nada”. Además, sostuvo que en los últimos diez días “se triplicó el consumo de oxígeno en cada uno de los hospitales” y pidió -como si no fueran parte del gobierno- que haya mayor producción.
Este martes, la ministra de Salud Carla Vizzotti, durante una conferencia de prensa se refirió a la escasez de oxígeno y volvió a cargar responsabilidades sobre la actuación individual de las personas y, en particular, del personal de salud.
"El sistema de salud sigue con una demanda de respiradores y UTIs, y necesita usar shock room y terapia intensiva para dar abasto a la demanda", señaló la ministra. En ese marco, afirmó que "cada aporte de cada trabajador y trabajadora de salud para racionalizar el uso de oxígeno es muy importante para poder dar respuesta en esta situación".
Vizzotti le reclama a los trabajadores de la salud que “racionalicen el insumo”. Un pedido para amortiguar la irracionalidad capitalista. A un año de la pandemia el Gobierno priorizó las ganancias de los monopolios, no centralizó el sistema de salud, no declaró de utilidad pública los laboratorios, y menos se liberó las patentes de las vacunas, para desacelerar la propagación del virus.
La ministra de Salud no tiene la menor consideración con el personal de salud, que se encuentra sobreexigidos por atender, desde el comienzo de la pandemia a pacientes con complicaciones severas por haber contraído covid-19. Así como encontrarse diariamente cara a cara con la muerte.
El oxígeno es un insumo básico para los pacientes que, contagiados por covid-19, no pueden por sí mismos bombear aire a sus pulmones. Una de las afecciones más graves cuando los cuadros se complica.
Son tres las empresas que producen oxígeno -Linde, Indura y Air Liquide- pero los gobiernos nacional y provincial, no garantizaron la producción de este insumo básico. Para esto cuenta con una capacidad ociosa y mano de obra disponible, que podían haber acondicionado y capacitado respectivamente.
Un dato demuestra lo improvisado de la “preparación del sistema sanitario”, que anunciaba el Gobierno hace un año atrás. En marzo de 2020 el consumo de oxígeno medicinal era de 126 toneladas por día. En abril de este año se incrementó a 383 toneladas diarias. Un 203% más que hace un año. Estas tres plantas no solo abastecen de oxígeno de uso medicinal, sino a las industrias que utilizan el insumo para su producción.
Que el Estado argentino no haya tomado medidas de fondo para enfrentar la pandemia, no solo genera la escasez de insumos básicos, sino que los laboratorios están haciendo fabulosos negocios a costa de la salud de las mayorías. Los medicamentos para terapia intensiva aumentaron hasta un 1.300 % desde 2020. Las subas de precios de analgésicos, sedantes y relajantes musculares en el contexto de la pandemia es denunciada hasta por los empresarios de las clínicas y entidades de salud privada.
Ante la crisis sanitaria y social el Frente de Izquierda Unidad -como te lo contamos en otro artículo que publicamos-, planteas la liberación internacional de las patentes para la producción de vacunas, por la declaración de utilidad pública del laboratorio mAbxience que ya produce el principio activo en Argentina de vacunas que no llegan a la población, por la centralización del sistema de salud y el aumento de su presupuesto, por invertir en mayores testeos, personal y camas de terapia intensiva, o por medidas de emergencia como un IFE de $ 40.000, licencias para adultos con chicos en edad escolar, conectividad, entre otras, parten de una lógica diametralmente opuesta: ni la propiedad privada, ni la subordinación al FMI, son prioridad antes que la catástrofe social y sanitaria.
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