Antonella Gonzalez
| Estudiante Psicología UNLP
militante de Tesis XI en el FilPsi
En un Consejo Directivo con más de 350 conexiones (y 2.003 totales) de estudiantes que fueron a expresar sus reclamos, en un segundo año de pandemia que agudizó la crisis social y económica, la respuesta del Xavier Oñativia fue negar la realidad que vivimos, acusándonos de tener prácticas duranbarbistas, “instalando escenarios que no son”.
La negativa de la gestión a extender el plazo de las materias requeridas para poder cursar en forma regular (correlativas) fue la gota que rebalsó el vaso. Por lo cual hace unas semanas desde el FILPsi (Frente Independiente y de Lucha) junto a estudiantes de todos los años de la carrera, agrupaciones de izquierda, la Comisión de Géneros y activistas de conflictos anteriores, nos estamos organizando en asambleas, desde donde votamos impulsar un relevamiento para saber la realidad económica y académica de nuestrxs compañerxs.
Encuestando al 10% de la carrera, saltó la ficha de que el 50% de lxs estudiantes cursan y rinden desde un celular, imposible llevar una carrera al día sin un dispositivo acorde, ni hablar del acceso a la conectividad. El 76% no accedió a ningún tipo de becas, no obtenemos ayudas económicas para comer, pagar el alquiler y mantenernos. Y todo esto empeora, cuando vemos que el 39% trabaja precarizadx con sueldos bajísimos y el 46% está desocupadx, buscando laburo urgente para paliar su situación, en un contexto donde a los empresarios con el aval del gobierno no les tiembla el pulso para dejarnos sin laburo. Es evidente que las condiciones materiales para poder llevar una carrera adelante no están dadas.
A todo esto, no sólo el gobierno recortó ayudas como el IFE o el descongelamiento de alquileres, sino que las autoridades de la UNLP, en sintonía, recortaron derechos como el comedor universitario, el albergue, el boleto educativo gratuito y becas de trabajo solo por mencionar algunas ¿a dónde se destinan todos esos recursos, si ni siquiera se garantiza la fantasmagórica beca “Tu PC”?.
Fueron muchxs lxs compañerxs de primer año que contaron que se inscribieron a la UNLP por la oferta de becas que se supone deben garantizar para poder cursar, pero la realidad los golpeó en la cara y las autoridades pretenden que engorden la cifra de la deserción. Solo el año pasado 45.000 estudiantes fueron expulsados de la UNLP, entonces, ¿de qué habla el decano cuando dice que inventamos escenarios que no son? Un nivel de cinismo al que la gestión de la facultad nos tiene acostumbradxs.
Lxs estudiantes de psicología de la UNLP sabemos que los intereses que el decano Xavier Oñativia representa nada tienen que ver con los nuestros y de nuestros docentes. Pero esta vez, se superó. “Hacen politiquería barata sobre la espalda de los docentes” nos dijo a quienes vemos a diario el esfuerzo sobrehumano que hacen nuestrxs profesorxs a costa de un salario que no alcanza, trabajando en muchos casos sin dispositivos ni conexión y teniendo más de un laburo porque no llegan a fin de mes.
¿Acaso el funcionario político a cargo del cogobierno de la facultad no tiene nada que ver con esta situación? ¿No es él quien debe encargarse de exigir a la universidad mayor presupuesto para abrir cargos públicos y así aumentar el plantel docente para paliar la sobrecarga? Lejos de esta visión que intenta dividir entre docentes y estudiantes, no somos ajenos a su realidad, sino al contrario presentamos propuestas para pelear con ellos por nuestras demandas e impulsamos debates en cada cursada para organizarnos en común.
Muchisimxs de nosotrxs somos además trabajadores de la salud y de educación y sabemos que nuestros enemigos no son los laburantes que viven lo mismo que nosotrxs, sino el gobierno junto a las autoridades que descargan sobre nuestras espaldas los platos rotos de esta crisis.
Esta pelea recién empieza
Ante los dichos del decano y las políticas de la UNLP que elitizan cada vez más la universidad que de pública tiene cada vez menos, no nos vamos a resignar. Impulsemos un Comité contra la deserción en nuestra facultad, porque no somos “excepciones” como dice la gestión, no queremos una universidad para pocos y estamos en contra de su política de que se salve quien pueda. Tenemos que redoblar nuestra fuerza y pelear por nuestros derechos, junto a lxs docentes y no docentes, retomando el ejemplo de lxs valientes trabajadorxs de la salud de Neuquén que nos muestran el camino para enfrentar el ajuste.
Un comité junto a todas las agrupaciones que se reivindican independientes, como Tesis XI, EPA! e Izquierda Universitaria que integramos el FILPsi, la Comisión de Géneros y todxs lxs estudiantes, que defienda con uñas y dientes la educación pública y coordine junto a lxs trabajadorxs que dan pelea como lxs residentes de salud que luchan en la provincia y están en la primera línea de la pandemia, lxs docentes combativxs que convocan a paro para preservar la salud de la comunidad y por sus condiciones laborales o los tercerizados de distintos sectores que no agachan más la cabeza.
La decisión sobre nuestro futuro no puede quedar en manos de una gestión que niega la realidad que vivimos lxs estudiantes y nos expulsa de la universidad pública, nuestro Centro de Estudiantes tiene que dejar de desoír nuestros reclamos y ponerse a la cabeza de organizar la bronca convocando a espacios democráticos y resolutivos. A las autoridades les decimos que si piensan que vamos a bajar los brazos, se equivocan, esto recién empieza.
