Ayer en Madrid y arrasó la derecha trumpista. El PP podrá gobernar en solitario y la extrema derecha de VOX ya anunció que va a votar a favor de ese gobierno.
Una de las lecciones que podemos sacar es que el bloque de la izquierda institucional ha pagado el hecho de ser, ya sin lugar a dudas, una izquierda del régimen que prometió mucho, pero gobierna para los ricos como lleva demostrando más de año y medio el gobierno del PSOE con Unidas Podemos.
Y es que para los barrios obreros el "gobierno más progresista de la historia" no ha mejorado nada en su vida. ¿Por qué? Porque no han derogado ninguna de las dos reformas laborales, ni la ley mordaza, ni la ley de extranjería, no han revertido las contrarreformas de pensiones (y de hecho planean una nueva), no pararon los desahucios totalmente en lo peor de la pandemia, ni impidieron la subida de la luz, abrieron un nuevo CIE. Y además han dirigido la mayor parte de los esfuerzos en salvar a las empresas, no a las trabajadoras, la salud o la educación.
Y es que cuando la supuesta izquierda hace política de derecha y decepciona profundamente, pues entonces gana la derecha. Y esa es la lógica del mal menor.
Ante esta catástrofe, Pablo Iglesias, que dijo que venía a frenar el fascismo, deja la política. Después, eso sí de haber hecho, no lo olvidemos, una valiosa contribución para rescatar a un PSOE que venía en decadencia.
Queda más que claro que hay que superar el experimento fallido del neorreformismo que ya de “neo” tiene poco, totalmente integrado en el régimen, que solo apuesta por gestionar el capitalismo.
Por eso desde la CRT, junto a nuestras compañeras de Contracorriente y Pan y Rosas, planteamos la necesidad de construir urgentemente una izquierda anticapitalista y de clase que combata a la derecha y la extrema derecha, pero también al conjunto del régimen monárquico para ricos del que además es hijo legítimo esta misma extrema derecha, que combata el régimen que ahora pretende que paguemos la crisis la clase trabajadora y los sectores populares. Una izquierda que combata contra la pasividad que imponen las burocracias sindicales, para recuperar las calles y poner en el centro la lucha de clases y no darle tregua a esta derecha y sus políticas.
Es momento de avanzar en la construcción de esta alternativa, ya está bien de limitarse, como mucho, a mover ficha, ahora es el momento de romper el tablero. |