Desde hace más de un año, desde La Izquierda Diario venimos dando cuenta del paulatino vaciamiento del Hospital Naval Puerto Belgrano (HNPB), enclavado en la Base homónima y que depende de la Armada Argentina y el Ministerio de Defensa, pero al cual acuden gran cantidad de pacientes civiles de Punta Alta, Bahía Blanca y distritos cercanos, a tal punto que es, junto al Interzonal José Penna de Bahía Blanca, uno de los hospitales nombrados “de referencia” por la Provincia de Buenos Aires durante la pandemia en curso.
Pero a pesar de esto último, la crisis, el desfinanciamiento, y el vaciamiento del centro de salud por parte de las FFAA es tan grande que faltan insumos básicos como la lavandina, el alcohol, los guantes descartables y los barbijos. En un caso extremo, les obligan al personal a lavar y reutilizar camisolines que fueron usados para tratar con pacientes con Covid.
Los propios trabajadores tuvieron que reclamar para conseguir que las autoridades dejen por escrito su compromiso a entregar estos recursos básicos para un hospital en el marco de una pandemia que en esta segunda ola está dejando, en el país, un promedio de 20.000 contagios diarios. Otra de las denuncias llevada adelante por personal del hospital es que los protocolos que bajó Nación para los hospitales de la Armada no se respetan. Por ejemplo, pese a que desde Nación instan a que el personal de hospitales no marque horario en los relojes biométricos, el autoritarismo y la necesidad de controlar a los trabajadores por parte del mando militar puede mas y desoyen esta normativa.
Saturación y colapso
Tanto las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) como las salas se encuentran al tope de ocupación con casos positivos de Covid19. Pero esto no termina acá. Una de las salas de cuidados generales, también sin camas disponibles, funciona de hecho como Unidad de Terapia Intermedia con pacientes a los cuales se les aplica oxígeno. Incluso los pabellones donde habitualmente se atendía a altos mandos militares (que entre los trabajadores llaman "vip"), se encuentran hoy abocados al tratamiento de pacientes con el virus.
También hay pacientes, con cuadros mas leves, en otras dependencias de la Base Naval por fuera del Hospital.
En resumidas cuentas, el hospital está completo, no hay por el momento una sola cama disponible y no se atienden otras afecciones. Atiende Solo emergencias mínimas, o muy urgentes. El paciente que ingresa a UTI o a intermedia, luego no pasa a sala porque no hay salas. Tiene que irse directamente a su casa.
Mientras el Ministro de Defensa Agustín Rossi dice que los hospitales de la Armada están a disposición de contener la pandemia, los trabajadores y profesionales del HNPB aseguran que no hay “con qué atender a más pacientes”. Sin ir mas lejos, las autoridades del naval se ofrecieron alquilar (por asi decirlo) las salas “si se trae gente y se trae insumos, porque lugar hay pero falta todo lo otro”. Es decir, hay disponibilidad de espacio en un Hospital de Alta Complejidad que no está siendo utilizada por el Estado.
Pese a que el discurso oficial señala a las responsabilidades individuales de las personas como causa y solución del colapso hospitalario, la alarmante situación sanitaria del Sudoeste Bonaerense en general y del HNPB en particular es una clara muestra de las consecuencias que trae reducir un 12% el presupuesto de Salud mientras el Estado Nacional paga la fraudulenta deuda externa que contrajo Macri y la Provincia al mando de Kicillof refuerza con recursos y aumentos salariales a la Policía Bonaerense en detrimento de las necesarias inversiones en los hospitales.
Ante este cuadro, los sindicatos que nuclean al personal del hospital ( ATE, UPCN, PECIFA Y UPCJ) han tomado la determinación (inconsulta y de espaldas a los trabajadores, desde ya), de “no interferir en la operatividad del hospital”, una manera elegante de garantizar que no van a mover un pelo para defender a sus afiliados ante el destrato, el autoritarismo y el riesgo para sus vidas que suponen las malas condiciones de trabajo.
Contratos basura y salarios de miseria para el personal de Salud
A principios de 2020, pocos días después de que Argentina ingresara en Emergencia Sanitaria debido a la propagación del Covid19, desde La Izquierda diario informábamos sobre la falta de personal en el HNPB, dando cuenta también de la precarización a la que estaba expuesto el personal activo.
Desde ahí a esta parte, fueron contratados nuevos enfermeros. Paradójicamente, muchos renunciaron ya que hacían turnos de 7 horas, de lunes a viernes, mas una guardia todos los fines de semana, por $24.000 al mes.
Para dar una idea del nivel bajísimo de ingresos del personal del nosocomio, muy por debajo de la línea de pobreza, un auxiliar con 11 años de antigüedad, en el tope de jerarquía gana no mas de $31.000.
Hubo más de 260 ingresos nuevos nuevos a raíz de la pandemia en sectores como enfermería, servicios y maestranza pero con contratos basura (que incluyen cláusulas como “disponibilidad irrestricta los 365 días del año” o el “secreto institucional”, que impide que los trabajadores puedan denunciar lo que pasa puertas adentro del hospital – y ni hablar del derecho a huelga-), que en muchas ocasiones se tornan inaguantables para trabajadoras y trabajadores que deciden buscar trabajo en otros centros de salud. Otro dato importante es que desde 2015 que nadie pasa a planta permanente, perpetuándose la precarización laboral y aumentando el porcentaje de contratados sobre los efectivos.
Por eso, cuando se habla con personal de la institución, hay una respuesta recurrente a las preguntas sobre la situación en El Naval: “Seguimos sin profesionales, seguimos sin insumos. Es una cascara vacía” son frases que se repiten entre quienes transitan sus pasillos día a día bancando como pueden una situación que está ausente en los largos discursos de diversos funcionarios sobre la importancia de “cuidarnos”. Pero, ¿Quién cuida a quien nos cuida?
Mientras a los miembros de las Fuerzas Armadas, luego del chantaje de septiembre del último año que tuvo epicentro en la Provincia de Buenos Aires con la “maldita bonaerense” a la cabeza, les aumentaron mas del 50%, a los trabajadores de la “primera línea”, los verdaderos esenciales, los mantienen con sueldos de miseria, algo que explica en parte la rabia que fue el puntapié de la organización de los “elefantes”, las y los trabajadores de la salud de Neuquén que con cortes de ruta que pusieron en jaque a las petroleras, asambleas y organización democrática contra la burocracia sindical de ATE Verde y Blanca, le arrancaron al gobierno Provincial una recomposición salarial mas cercana a lo que se viene perdiendo con la inflación.
Es por ese camino, el de la coordinación entre trabajadores y usuarios del sistema de salud público, creando lazos con el conjunto de la clase trabajadora y los sectores oprimidos que están poniendo el cuerpo y dejando la vida mientras los ricos se hacen más ricos, como podremos revertir el destrato que durante décadas azota al sector, que la pandemia desnudó sin piedad, y que la crisis la paguen quienes la generaron, los capitalistas. |
