Tras más de un año de Gobierno “progresista” y de desastrosa gestión de la crisis pandémica por parte del ministro de Universidades de Unidas Podemos, Manuel Castells; nos encontramos con su propuesta de Real Decreto y su objetivo para final de año de una nueva Ley de Organización del Sistema Universitario (LOSU). Unas políticas de Castells que vienen a ser una continuación del Plan Bolonia y de los recortes educativos que se arrastran de gobiernos anteriores del PSOE y del PP, por eso mismo este 6M desde Contracorriente llamamos a participar de las movilizaciones.
El objetivo del Real Decreto de Castells está dirigido a establecer criterios más estrictos para mejorar las acreditaciones de las universidades y “recualificarlas”. Esto si bien puede generar oposición en intereses privados que hacen negocio con la educación superior ante la posibilidad de no cumplir los nuevos requisitos, simplemente es una lógica elitista que no cuestiona ni la privatización de la Universidad, ni la precariedad, ni el acceso cada vez más restringido a estudiantes que no tienen los medios para poder pagar las matrículas ni la manutención.
De hecho, esa misma acreditación de las universidades está en manos de una empresa privada y regida por una lógica de situarlas al servicio de las empresas, y que, por tanto, ese endurecimiento de las condiciones va en esa línea.
Castells no plantea revertir los recortes educativos, teniendo en cuenta además que con la crisis pandémica la necesidad de recursos es mucho mayor, ni tampoco cuestionar el modelo universitario de Bolonia enfocado a una educación cada vez más especializada y subordinada a los intereses de la empresa privada. Es la lógica del 3+2, que vuelve a plantearse con este ministro “progresista”, donde la especialización del máster adquiere mayor peso, siendo justamente lo que otorga títulos profesionalizantes, y que por sus desmesurados precios de matrícula son mucho más privativos.
¿De dónde sale la convocatoria?
La convocatoria de este 6M la han impulsado Estudiantes en Movimiento (EeM), organización estudiantil vinculada a las Juventudes Comunistas del PCE, y el Frente de Estudiantes (FdE), vinculada por su parte al PCTE. Exigen “la paralización inmediata del Real Decreto, así como la participación real, democrática y efectiva del estudiantado y trabajadores del ámbito en una nueva ley de universidades”. Así se plantea la necesidad de democratizar la Universidad, de sacar de ella a las empresas privadas y de combatir la precariedad laboral y de las prácticas académicas.
En este sentido tenemos que añadir que la reforma de Castells también apunta al sector de investigadoras, que no han recibido la propuesta con ningún entusiasmo, ya que sigue profundizando en la precariedad, inestabilidad y meritocracia hipercompetitiva del sector.
A su vez, la convocatoria también reivindica la gratuidad del sistema educativo a todos los niveles, mayor financiación, bajada de las ratios en las enseñanzas medias a veinte alumnos por clase, aumento generalizado de las plazas públicas en grados de FP, medidas para atajar el problema de la vivienda como alquileres sociales y una mayor y mejor atención de la sanidad pública a los problemas de salud mental.
Finalmente queremos decir que al resto de colectivos y organizaciones nos plantearon la política en la última semana, invitándonos a participar de la movilización. Ahora bien, con la convocatoria ya cerrada y poco margen para discutir el contenido. No ha sido por lo tanto resultado de reuniones abiertas de organizaciones y mucho menos de asambleas de estudiantes que hayamos discutido propuestas de movilización, como consideramos que hubiera sido lo apropiado. En cualquier caso, desde Contracorriente nos sumamos a la convocatoria y llamamos a salir a las calles.
¿Estudiantes en Movimiento contra “su” ministro?
Sin embargo, no podemos dejar de mencionar cómo constantemente Estudiantes en Movimiento lanzan sus críticas a Castells o a Celaá, ministras de un Gobierno “progresista” del que el propio PCE no sólo apoya, sino del que forma parte. Teniendo en cuenta además que, si bien Celaá es ministra del PSOE, Castells fue propuesto por Unidas Podemos para el cargo. Y aunque el PCE impulsa Estudiantes en Movimiento como una suerte de “marca blanca” y ocultan sistemáticamente las vinculaciones con el Partido, las dirigentes de la organización son miembros de las Juventudes Comunistas (UJCE). De esta manera, EeM cuestiona a Castells, pero es impulsado desde el PCE que está en Unidas Podemos que propuso al propio Castells. Un sin sentido que sin lugar a dudas debe chocar a muchas militantes tanto de EeM como de UJCE, o al menos debería chocarles.
Como debería chocarle al Frente de Estudiantes que impulsa la convocatoria diciendo que “no existe ya margen de duda a la hora de caracterizar al Gobierno, a los Partidos que lo integran y los intereses de clase que en última instancia defienden y representan”, cuando lo hacen de la mano de una organización vinculada a uno de esos Partidos que tiene ministerios y sin cuestionárselo.
En este sentido, desde Contracorriente nos sumamos a la convocatoria de EeM y del FdE, porque plantean algunas reivindicaciones que son progresivas y cuestionan al Gobierno. Y de igual forma esperamos poder seguir movilizándonos en este sentido, sumando a más colectivos estudiantiles, pero también al resto de la comunidad educativa y sus sindicatos y organizaciones. Sin embargo, dejamos claro que esas contradicciones no son casuales, sino el resultado de no llevar hasta el final la crítica al Gobierno, precisamente porque una de las organizaciones convocantes lo apoya.
¡A la calle contra todos los gobiernos capitalistas y sus políticas neoliberales!
Si bien apoyamos la movilización como decíamos, porque si bien muchas de sus reivindicaciones son muy necesarias como el aumento de la financiación, la reducción de ratios o el tema de medidas enfocadas a la salud mental; no compartimos la lógica política de EeM ni del FdE. En primer lugar, porque no sólo hay que cuestionar el Real Decreto de Castells, sino al Gobierno en su totalidad. Porque la política de universidades como parte de la política educativa, no está desvinculada de la política presupuestaria, de la fiscal o de la laboral.
Estamos totalmente en contra de la lógica corporativa de EeM y del FdE que sistemáticamente reducen la lucha a cuestiones estrictamente estudiantiles y académicas. Pero más todavía cuando sirve de estrategia a EeM para ubicarse “por izquierda” cuestionado a Castells, pero callando que Yolanda Díaz es ministra de Trabajo del PCE y no ha derogado ni una sola de las reformas laborales que están detrás de la precariedad y el desempleo de la juventud y del resto de la clase obrera.
La precariedad que se vive en la educación y en la sanidad públicas, así como el desempleo y las malas condiciones de trabajo, la falta de vivienda o los problemas de salud mental, son el resultado de décadas de políticas neoliberales y de la gestión actual de la pandemia por parte de los distintos gobiernos capitalistas de turno.
Empezando por el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, que está aplicando las mismas políticas neoliberales que el resto de gobiernos capitalistas, como hacen Merkel o Macron. Pero también por los gobiernos autonómicos que tienen de hecho muchas competencias, de hecho, aplican las tasas y otras políticas universitarias. Y esto incluye a la Generalitat de ERC y JxCat que son sostenidos en el gobierno por la CUP.
Por eso desde Contracorriente nos organizamos en nuestros centros de estudio, llevando denuncias y reivindicaciones estudiantiles, pero con la perspectiva de enfrentar a estos gobiernos capitalistas y sus políticas en su totalidad. Porque la lógica corporativa limita el potencial político explosivo de las estudiantes y de la juventud que debe unirse a las luchas de una clase obrera que es esencial, que puede no sólo parar al capitalismo, sino también tumbarlo. “Obreras y estudiantes, unidas y adelante”, no puede ser sólo una consigna vacía, porque esa unidad política es estratégica si queremos realmente echar abajo al capitalismo y aspirar a transformaciones sociales profundas.
Medidas como la gratuidad educativa en todos los niveles o el reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial, para trabajar menos y todo el mundo, son medidas que hay que imponer con la lucha y no desmovilizando porque ahora gobiernan el “progresismo” de turno. Por ello estamos en contra de pensar simplemente movilizaciones estudiantiles aisladas, para luego negociar por arriba con los gobiernos migajas parciales o abiertas renuncias como paso con la lucha Anti-Bolonia.
Nuestra política tiene que ser la movilización y la lucha de clases, organizándonos desde nuestros puestos de estudio y de trabajo, frente al auge de la extrema derecha y los gobiernos capitalistas. Es preciso un plan de movilizaciones que pueda imponer las reivindicaciones, que tiene que hacerse extensivo y apoyado en la autoorganización de toda la comunidad educativa, no sólo de estudiantes, y en unidad con el resto de luchas de la sanidad pública o de la vivienda, las luchas antirracistas, las que enfrentan la precariedad laboral o los despidos o la lucha de las personas trans.
Es hora de organizar la rabia y levantar una juventud anticapitalista y revolucionaria que no se detenga ante ningún patrón ni ante ningún gobierno capitalista. ¡Este 6M salimos a las calles por la Universidad pública y contra todas las políticas neoliberales! |