El cobre no para. Su precio anotó un nuevo récord, llegando a US$ 4,865 por libra, equivalente a más de US$ 10.724,50 por tonelada. Con la cotización de hoy, el valor promedio de 2021 alcanza los US$ 3,987 la libra.
En este momento, de altos precios del cobre, está en discusión en el Congreso el proyecto de royalty a las ventas del cobre extraído, una iniciativa rechazada por la gran minería privada que acusa una campaña del terror del fin de la producción del cobre en Chile y del Gobierno, que nuevamente acusa a otro proyecto de “inconstitucional”.
El proyecto de ley establece un impuesto sobre las ventas brutas de cobre y litio, con un piso del 3% de impuesto y el cobro extra cuando el precio del cobre sobrepase los US$2 la libra (la compensación tendrá distintos destinos. Uno será un fondo de desarrollo regional y comunal, otro para financiar medidas de reparación, o mitigación de los impactos ambientales; y otra parte iría a renta básica universal de emergencia o ingresos generales del Estado).
Por supuesto de la sociedad nacional de minería, el poderoso gremio de las multinacionales junto a los Luksic, están haciendo una campaña del terror contra ella, poco menos que quebrarían decenas de mineras. Señalan que es inconstitucional, dicen que el royalty a las ventas destruirá las utilidades. No quieren que les toquen ni un peso su gallina de los huevos de oro.
El royalty es una medida mínima básica que habría que tomar ante la emergencia sanitaria. Pero esa medida no ataca el problema, que es distribuir migajas para planes sociales que son bajos la línea de la pobreza o rondan en ellos, mientras los dueños de las minas se enriquecen por ganancias enormes que se apropian. Mientras crece el precio del cobre a niveles históricos, las familias se trasladan a campamentos como no pasaba en décadas (las cifras hablan del mayor aumento de campamentos desde 1982), hay un millón de desempleados sin recuperar; se desvanece la "clase media" donde millones pasan a ser "vulnerables" a los ojos de los sociólogos; crece la pobreza y miseria e incluso en Chile volvió la desnutrición infantil después de décadas de haberse superado.
Mientras en cobre crece a precios históricos, en la misma medida crece la ruina del pueblo. El cobre por el cielo, y la vida, la salud, los sueldos, pensiones e ingresos, por el suelo.
Ya no se trata de tener una tajada más de la enorme torta que se lleven, como lo plantea el "regionalismo o el reformismo PC. De lo que se trata es de recuperar el control y gestión de todos los recursos naturales estratégicos para las mayorías y poner esos recursos en beneficios del pueblo. Podría ser una palanca para conquistar condiciones básicas de vida para el pueblo trabajador. Pero hoy es una palanca para el desarrollo de las ganancias de multinacionales y grandes empresas.
El cobre es el recurso natural más estratégico que tiene el país. Constituye casi la mitad de las exportaciones, y es responsable de los mayores ingresos fiscales (o sea de recursos para montón de planes estatales) después del IVA. Sin embargo, es una enorme riqueza que está en manos de grandes multinacionales y grandes fortunas, como los BHP Billiton o los Luksic, que saquean nuestros recursos, contaminan el medio ambiente y explotan a los trabajadores.
¿Por qué no poner toda esa riqueza en manos del pueblo entero, y gestionado por trabajadores y comunidades, sus recursos fueran en función de un plan en beneficio de toda la población? ¿Por qué seguir manteniendo este saqueo?
Julián Alcayaga muestra la “dimensión extraordinaria” del saqueo: “Según los Anuarios de Cochilco, las mineras extranjeras han sacado de Chile, entre 1990 y 2019, la friolera de 85.818 T. del equivalente de cobre fino, lo que al precio promedio de los últimos meses (3 dólares la libra) equivale a alrededor de US$ 567.760 millones. Pero esa es la exportación declarada por las mismas empresas, pero es de conocimiento público que la exportación real debe ser a lo menos un 20 a 25% superior a la cifra oficial, lo que daría que la exportación de cobre por parte de las mineras extranjeras alcanzaría las 100 mil toneladas y su valor debería superar de US$ 680.000 millones, a lo cual habría que agregar un 30% más por el oro, la plata, el molibdeno, el renio, cobalto, etc., contenido en la exportación de concentrados de cobre, lo que sumando todo nos arroja que las mineras extranjeras, se han llevado de nuestro país alrededor de 900.000 millones de dólares. Esa es la dimensión de la extraordinaria riqueza que significa el cobre para Chile.”
El cobre debe ser nacionalizado, sin pago a quienes lo han saqueado, gestionado por sus trabajadores junto a las comunidades y profesionales. Sus enormes recursos podrían ir en ayuda de la población y resolver las necesidades sociales de salud, educación y vivienda. La dictadura privatizó el cobre. La "transición" de la Concertación y la Derecha la profundizaron (del 30% privado al 70% en la actualidad). Corresponde a las y los trabajadores junto al pueblo, protagonista de la rebelión popular del 2019, recuperar todas nuestras riquezas, lo que exigirá una lucha y movilización independiente. Los mineros pueden jugar un rol central en esta pelea, agrupando las fuerzas de la clase trabajadora junto al pueblo. Hay que fortalecer la lucha para un movimiento de estas características. |