Después de varias jornadas de lucha y asambleas, la población estudiantil logró que la administración brinde un 30% de reintegro de los beneficios complementarios y de alimentación, al igual que el monto de conectividad.Sin embargo, esto cubre a una pequeña parte de la población becada y sigue siendo insuficiente. |
Después de que el día 9 de abril del presente año la rectoría anunciara que no podrían seguir manteniendo los aumentos temporales del 30% en alimentación y el 15% en beneficios complementarios, ni tampoco el apoyo mensual por motivos de conectividad. La población estudiantil no tardó en hacerse escuchar, pronto el revuelo en redes sociales se transformó en coordinación y se convocó a una reunión de emergencia.
Estudiantes como Fernanda Quiros, del partido Organizate, se ponen al frente de la coalición. Se establece una manifestación la misma semana, haciéndole saber a los altos jerarcas de la universidad que se daría una lucha por la beca. Sin embargo responden con un comunicado en el cual posiciona al estudiantado en la vulnerabilidad, al hacerles elegir entre alimentación o conectividad. Sabiendo que esta no es una decisión democrática, se decide hacerle saber a la Rectoría que la beca no es negociable.
Posterior a esta semana de movilizaciones y asambleas, la Oficina de Becas (OBAS) emite un nuevo comunicado donde establece que se continuarán brindando los beneficios complementarios y de alimentación, al igual que el monto de conectividad. Sin embargo, desde Organizate sabemos que ésta es una victoria a medias, pues si bien no redujeron alimentación y otros gastos, con el monto de conectividad sí fueron excluyentes ya que sólo se le brindaría a las personas que no tuvieran el beneficio de reubicación geográfica ni a los que se le haya cedido una tableta electrónica.
Estos recortes, a lo interno de la universidad, responden a la política que han llevado adelante todos los partidos burgueses del país, desde el gobierno del PAC a las fuerzas representadas en la Asamblea Legislativa. Específicamente desde el Ministerio de Hacienda, donde se emiten las directrices presupuestarias hacia las instituciones del Estado, incluyendo a las universidades públicas, que a su vez responde a una agenda neoliberal establecida por el FMI.
Desde Organizate repudiamos las políticas de ajuste del gobierno de Carlos Alvarado y su gabinete quiénes pretenden que la clase trabajadora, los estudiantes y el pueblo pobre paguen la crisis económica. También la orientación de la Rectoría, que funge como enclave del mismo gobierno, al establecerse sobre el elitismo y potenciar recortes económicos. A su vez, hacemos un llamado a conformar un Comité de Defensa de la Educación junto a organizaciones de trabajadores y trabajadoras como lo el Comité de Personas Interinas, el SINDEU, Asociaciones y Consejos Estudiantiles, organizaciones de izquierda y el activismo en general, para impulsar la articulación de todas y todos los estudiantes y enfrentar los recortes y ataques a la universidad.
¡Con los estudiantes y las mujeres al frente, haremos el cámbio radical en la U!
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