Nilda, estudiante de Lengua y Literatura del ISFDyT N°88 cuenta que su beca continúa en “evaluación” a pesar de que se anotó en marzo: "Con el tema de la virtualidad la voy a necesitar más que nada para poder imprimir las cosas, pagar internet y en caso de volver a la presencialidad, para cargar la sube. También para poder ayudar un poco en casa, ya que somos 10 personas de los cuales 8 estudiamos entre la primaria, secundaria y nivel superior. Y los que nos sustentan son mi mamá, que trabaja por hora de limpieza, y mi padrastro, que trabaja de changas".
En situación similar está Belén, también estudiante del 88 que plantea: "Dicen que llame a atención al cliente, pero siempre te dejan como dos horas esperando. ¿Qué tanto tienen que evaluar? Sabía que se iba a demorar un poco más porque estuvimos cursando hasta abril, pero no pensé que tanto. Yo vivo con mi abuela que cobra la jubilación así que no me la tendrían que rechazar, pero ahora estoy como en el limbo del ANSES".
Por otro lado, Matías, estudiante de Letras del ISFD 45, está desocupado y volvió a anotarse, sin lograr percibirla. Nos decía que "cuanto menos becas haya, menos pibes podrán estudiar y a ellos no les favorece que la gente piense. La misma plata que le dan a los curas por no hacer nada, nos niegan a los pibes que estudiamos y a las familias con hambre". Lo mismo le pasó a Brisa, estudiante del 88: “Me la terminaron rechazando por eso de que se supera el monto de tres salarios mínimos en mi casa, pero solo mi viejo tiene sueldo y no alcanza para llegar a fin de mes. El año pasado me la otorgaron y mi situación económica ahora es la misma, tengo una bronca.”
Casi el 50% de los jóvenes nos encontramos por debajo de la línea de pobreza. Necesitamos organizarnos para que las becas se garanticen a todos los que la solicitaron, de manera irrestricta y que aumente su monto, que actualmente no alcanza ni siquiera para cubrir los gastos de la cursada.
La deserción aumenta al ritmo de las ganancias de los empresarios
Florencia es estudiante de Economía del ISFD 45 y su solicitud de beca sigue apareciendo "en evaluación". Su pareja trabaja informalmente, sin ingresos estables y ambos comparten una sola computadora. Nos decía: "Tengo un sueldo de $30.000 que compartimos, y estudiar es un gasto más. Hablan de las becas Progresar para que uno piense que el Estado está presente y ayuda. Pero las tarifas que estaban congeladas, aumentaron mucho más y mientras nosotros nos endeudamos para pagar, los empresarios nunca pierden".
Miles de estudiantes aún tienen la beca en evaluación cuando las clases ya comenzaron, mientras el gobierno permitió que las empresas de internet aumenten sus tarifas en plena cursada virtual en todos los niveles educativos. La conectividad, hoy requisito necesario, debería ser libre y gratuita, como plantea el proyecto que presentó el legislador por el PTS-FIT Claudio Dellecarbonara, para estudiantes y docentes.
Laura es estudiante de Física del ISFD 45, madre y actualmente está desocupada. Ella fue parte del programa ATR que lanzó Kicillof donde cobraba un salario de $8.000, por debajo de la línea de indigencia, mientras que en otros casos ni siquiera cobraron la totalidad o muy tarde. Como Laura, muchos, se organizan en la Comisión de Docentes precarizados del SUTEBA Matanza para pelear por "trabajo con derechos para todos".
Nos contaba: “Desde el 2018 me anoto en el Progresar y siempre me aparece en evaluación. Sólo cobro la AUH, por eso decidí anotarme en la beca de nuevo porque necesito la plata para materiales. Tuve que arreglar el celular y me prestó plata mi familia. Nos quedamos sin wifi el año pasado y necesité datos móviles, sino te quedás afuera. Y este año la situación es más difícil que el anterior, está todo más caro y apenas alcanza para comer. Además sale dinero de acá y de allá para la deuda y la educación es el último orejón del tarro. Es nuestro derecho".
Muchos de los estudiantes terciarios al superar el 50% de la carrera buscan horas para empezar a dar clases. Por esto, la realidad de los docentes, sobre todo los que recién comienzan a dar clases, es muy similar a la de los estudiantes terciarios: no cuentan con la plata para pagar internet, no poseen los dispositivos necesarios para dar clases e incluso quienes tuvieron que comprarlos, lo hicieron con plata de sus bolsillos. El sindicato provincial SUTEBA debería pelear por estas demandas.
Como dice Laura, la plata está, pero las prioridades son otras. Mientras el gobierno sigue destinando millones al FMI, la desocupación llega al 29% en los jóvenes de hasta 29 años y se dejó de brindar la IFE. Es necesaria su restitución y que sea de $40.000, para todos los que están desocupados o trabajan en la informalidad.
Invertir las prioridades con lucha y organización
Tatiana, estudiante del ISFDyT 88 y parte de No Pasarán, en la vicepresidencia del Centro de Estudiantes contaba: “los estudiantes terciarios somos mayormente trabajadores precarizados, desocupados o hijos de trabajadores, golpeados por la inflación que dejó los ingresos muy reducidos frente al aumento del costo de vida. Por eso la pelea porque la Progresar sea irrestricta y aumente su monto, por conectividad y dispositivos es urgente. Muchos estudiantes la necesitamos para sostener la cursada, no puede ser que muchos sigan quedando en el camino, es una educación cada vez es más expulsiva.
Los centros estudiantiles deben ponerse al frente de esta pelea para terminar con la deserción estudiantil, convocando asambleas para empezar a organizarnos contra el ajuste educativo y en las condiciones de vida, y definir los pasos a seguir.”
Los invitamos a completar este formulario para conocer la situación de los estudiantes que nos presentamos a La beca Progresar en todo el país y presentar una exigencia al Estado de conjunto. | 
