En el ya lejano 2011 y bajo la administración federal de Felipe Calderón, se anunció la inversión millonaria de la empresa estadounidense Energy Power Group específicamente en tres estados de la república: Baja California, Quintana Roo y Zacatecas.
Pero no fue hasta después de la Reforma Energética de 2013 (impulsada por Enrique Peña Nieto) que los empresarios norteamericanos arrendaron por medio de sus sub-empresas: México Power Group, Zacatecas Wind y Cannon Power Group cerca de 14 mil hectáreas de cultivo y pastoreo, pertenecientes a decenas de campesinos de tres ejidos como son: El Orito, El Visitador y San José de Tapias en el municipio de Zacatecas.
En septiembre de ese mismo año (2013) el gobierno estatal del priista Miguel Alonso intervino al ser testigo de la firma del contrato entre empresa privada y los ejidatarios. Cabe resaltar que dichos parques eólicos fueron provistos de inversión extranjera, no solo de estadounidenses, pues éstos también están asociados con la empresa Española Gamesa, quien instaló el Parque eólico en La Rumorosa, Baja California.
Lo que se anunció en 2011 y se firmó en 2013, finalmente se inauguró en noviembre de 2017. Año en que entró en operaciones el parque eólico La Bufa ubicado en el cerro de la Virgen y territorio de los tres ejidos mencionados al principio. El parque se construyó sobre una superficie de 11 mil hectáreas, en las que se instalaron turbinas de torres de 93 metros de altura.
Apenas el año pasado exactamente en el mes julio, campesinos pertenecientes al ejido El Orito en el municipio de Zacatecas, denunciaron y exigieron que se revisara el contrato que se hizo con la empresa extrajera Energy Power Group. Incluso pidieron la intervención de la actual administración del gobierno federal, pues denunciaban que el contrato es abusivo, ya que éste tiene una duración de 30 años y una cláusula de renovación automática por el mismo periodo al finalizar.
Además sostuvieron que la empresa privada ha incumplido los acuerdos, testificaron también que, en un principio, los inversionistas estadunidenses les dijeron que se harían millonarios con la renta de sus tierras, lo que solo los emocionó. Asimismo, el acuerdo fijaba desde el comienzo la renta en 15,000 pesos mensuales por cada 450 hectáreas, sin embargo, los campesinos han señalado que con la pandemia, les llegaban solo 450 pesos mensuales, el pretexto de la empresa privada fue que “ahorita no se estaba vendiendo energía”.
Debido al abuso de estas empresas extranjeras, mostrado mediante el pago raquítico a los campesinos, que más que un arrendamiento parece un despojo de sus tierras y una violación a sus derechos, denunciamos la explotación de las trasnacionales en el país. Negocios que se ampararon ante la pasada reforma energética. Cabe decir también que proyectos similares para construir más parques eólicos en el estado de Zacatecas desde la inversión privada han seguido desarrollándose con presencia en otros municipios del estado como Mazapil.
Lo que tampoco se dice de estos “proyectos ecológicos”, es que se devastan grandes latitudes de subsuelo y que con sus turbinas, se provocan la muerte de cientos de miles de aves. Además las turbinas distribuidas en los cerros que rodean a la ciudad de Zacatecas han dañado seriamente la estética de la ciudad y su entorno natural, pues esas estructuras de acero y sus intermitentes luces, es una contaminación visual y se ven bastante feas en los bellos cerros zacatecanos.
Las anteriores consecuencias permiten que cuestionemos si estos “proyectos ecológicos” realmente aportan al cuidado de la naturaleza como pregonan o si en realidad son un enemigo más que sigue sumando a la devastación del medio ambiente por medio del despojo, destrucción del suelo y muerte de especies animales.
Esta experiencia que se vive en Zacatecas, es otra muestra de las trampas del llamado “capitalismo verde”, misma propuesta que sostiene que el actual y devastador sistema económico puede ser “amable” con el medio ambiente, evidente incongruencia que se observa a partir de sus mismas prácticas capitalistas como el mercantilismo radical, el extractivismo y su falta total de ética.
No está demás señalar que los beneficios de dicho parque eólico en la entidad han sido solo para el sector privado, pues la población en general no ha gozado de los beneficios en lo más mínimo, por ejemplo, en reducciones de las cuotas del recibo de luz.
En suma, los parques eólicos de Zacatecas son un deshonesto negocio que únicamente beneficia a las empresas trasnacionales, que amparadas bajo la complicidad del estado mexicano en sus diferentes niveles, siguen explotando y despojando al pueblo de México, abusos y crímenes capitalistas que demuestran una inconsciente barbarie desde su accionar, misma que pone en peligro la vida en general de este planeta tierra |