Este fin de semana se desarrollaron las elecciones para convención constitucional, gobernadores y alcaldes. Los viejos partidos del régimen, la Derecha y la Concertación, son los principales perdedores. Se trata de las coaliciones que se alternaron en el poder durante los últimos 30 años de herencia neoliberal pinochetista, cuestionada por la rebelión que inició a fines de 2019.
La alta abstención es uno de los datos centrales: más bajo que en el plebiscito, expresó desde un amplio repudio y hartazgo con los viejos partidos del régimen, hasta la canalización a expresiones políticas de los "independientes" que obtuvieron casi el 40% de los votos.
Apruebo Dignidad. Con el PC-FA haciendo una buena elección con cerca del 19% y derrotando a Unidad Constituyente, no solo con un buen bloque en la convención sino ganando varias alcaldías a nivel nacional y en gobernadores quedando segundos en la Región Metropolitana pasando a segunda vuelta (y ganando directamente la gobernación de Valparaíso).
Qué expresan los resultados y qué hacer ahora
El resultado muestra un estado “por izquierda” en el país, expresión de lo que fue la rebelión popular y el intento de desvió para llevarlo a “canales institucionales”. Las candidaturas que se mostraban por fuera de los viejos partidos tradicionales, así como independientes, dieron la sorpresa con una importante elección. Sin embargo, el FA que sale fortalecido, fue uno de los “cocineros” del Acuerdo por la Paz e incluso llegaron a votar leyes de criminalización, sosteniendo a Piñera. El PC que denunció la cocina, terminó legitimando todas las trampas. El "fenómeno de los independientes" por ahora se trata de un programa de reformas sociales en los marcos del régimen.
La Convención Constitucional va a ser el centro de atención donde pase la política nacional y donde están puestas amplias expectativas e ilusiones en que se producirán cambios. Pero la convención no resuelve las contradicciones que se abrieron en la rebelión popular.
Se trata de un repudio a los partidos del régimen, con la ilusión en “ciudadanos” e independientes para que escriban una nueva constitución, mientras el poder de la presidencia, Carabineros y el poder económico seguirán gobernando día a día. Por eso la clase trabajadora y las poblaciones nos tenemos que organizar, retomando el camino que se abrió en octubre, por todas nuestras demandas.
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) participamos en estas elecciones para defender las banderas de la rebelión de octubre, la necesidad de sacar a este gobierno con la huelga general y planteando con claridad que la Convención Constitucional fue pactada en la “cocina” del Acuerdo por la Paz la Nueva Constitución” desde la derecha de la UDI hasta el Frente Amplio para salvar a Piñera, que no hubiese sido posible si el Partido Comunista desde la CUT no le hubiese declarado una tregua en las calles. Un programa totalmente independiente de los grandes empresarios y sus partidos, para terminar de raíz con este régimen y toda la herencia de la dictadura. Planteamos la necesidad de acabar con el saqueo de estos 30 años, poner fin a las AFP, la educación y salud de mercado, nacionalizar el cobre, el agua y el litio bajo gestión de los trabajadores.
Para esto llamamos a impulsar un frente político de lucha común para agitar un programa de independencia de clase, socialista y revolucionario, como una herramienta política para la movilización y la organización de la clase trabajadora y el pueblo. Llamado al cual organizaciones como el Movimiento Internacional de Trabajadores (sección chilena de la LIT) lamentablemente se negaron, sumándose oportunistamente a la marea "independiente" y "contra los partidos", finalmente entrando a la Lista del Pueblo con un programa sin delimitación de clase, ni socialista, que a pesar de las importantes expectativas que este atrae, no se diferencia en sus propuestas programáticas a las planteadas por la lista “Apruebo Dignidad” (del PC y el Frente Amplio). Esta conveniente adaptación también se expresó grupos como Movimiento Anticapitalista que después de discusiones para el impulso común de un frente de independencia de clase, se limitaron a último minuto a presentar 2 candidaturas independientes.
Ir a la elección con banderas claras y sin ocultar nuestra perspectiva de la construcción de un partido revolucionario de la clase trabajadora es clave para preparar las peleas que se vienen.
Presentamos listas en 8 distritos del país. Con 50 mil votos presentándonos como partido, pese a no obtener constituyentes, hicimos una buena elección presentando candidaturas obreras y socialistas. En Antofagasta, capital minera del país y uno de los centros de concentración de la clase trabajadora chilena, en Gobernador Regional Lester Calderón emergió como uno de los principales referentes políticos del movimiento obrero en la región, superando al Federación Regionalista Verde (parte de Apruebo Dignidad) y ubicándonos como cuarta fuerza con cerca del 13%, a pocos puntos de la candidata del Frente Amplio. A nivel de convencionales constituyentes, nuestra lista encabezada por Daniel Vargas, obtuvo cerca de un 7%, a pocos puntos de la lista de la ex Concertación “Lista del Apruebo”, que obtuvo poco más de 9%, e incluso superó a varios partidos individualmente como el PS y el PC. En las poblaciones obreras y combativas del norte de la ciudad sacamos miles de votos. En la elección de concejales, al cierre de esta edición la compañera Natalia Sánchez, con el 67% de las mesas escrutadas, lograba ingresar como concejal en Antofa.
A nivel nacional, como partido estamos obteniendo 50 mil votos y superamos a partidos como el Partido Humanista de Pamela Jiles y la Unión Patriótica. Agradecemos a los cerca de 50 mil votos de obreros, estudiantes, mujeres y pobladores/as que confiaron en nuestras candidaturas a nivel nacional. Desde el PTR participamos de estas elecciones con un gran esfuerzo militante, sin el dinero dado por los grandes empresarios a sus partidos, reuniendo miles de firmas en plena pandemia para conseguir la legalidad y con solo 1 segundo en la franja electoral, tenemos el orgullo de haber llegado con nuestro programa a cientos de miles de trabajadores, de haber organizado a cientos de compañeros y compañeras que colaboraron con nosotros en fábricas, en las minas y puertos, escuelas y en poblaciones, para defender en este terreno la única perspectiva realista para terminar con el régimen de los 30 años, retomar la lucha del 2019 para terminar con este régimen que llevó a los peores padecimientos a millones de trabajadores y trabajadoras.
El nuevo escenario que se abre con la fuerte derrota de los partidos que gobernaron Chile durante 30 años, plantean que será fundamental retomar la movilización y auto-organización de la clase trabajadora y el pueblo. Debemos aprovechar la derrota de los partidos de los treinta años para organizar la lucha por nuestras demandas: para conquistar el fin de las AFP, asegurar una educación y salud pública y acabar el negocio de los privados con nuestros derechos elementales, por la libertad a los presos, por acabar con la impunidad y lograr el juicio y castigo de los represores, como también nacionalizar los recursos como el cobre, el agua y el litio bajo gestión de trabajadores y comunidades, la devolución de las tierras al pueblo mapuche y el derecho a la auto-determinación de los pueblos originarios.
Piñera no puede gobernar un día más. Debemos retomar el camino de la organización y coordinación. Tal como lo hicimos con el impulso de Comité de Emergencia y Resguardo en Antofagasta que organizó la huelga general el 12 de noviembre imponiéndole a la burocracia de la CUT una movilización unitaria de mas de 20 mil personas en la ciudad. Como lo hemos hecho con el impulso de comités de salud y seguridad durante la pandemia, las coordinaciones contra la represión en Puente Alto y la coordinadora de sindicatos portuarios, de la industria, de la salud y educación, familiares de presos, organizaciones de DD.HH con la que organizamos el paro nacional del 30 de abril. Una necesidad que llamamos a impulsar en común.