Se trata de por lo menos nueve personas. Así lo detalló la organización internacional Oxfam luego de una investigación. La negativa a liberar las patentes tiene como resultado un brutal salto en el enriquecimiento de sectores capitalistas.

El grito de “liberen las patentes” recorre el mundo. No solo lo planteas organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos y políticas de izquierda. También lo plantean organizaciones como Médicos sin Fronteras y hasta la misma OMS ha llegado a hablar del tema.

Hace pocas semanas, de manera demagógica, el Gobierno de Joe Biden habló de “apoyar” esa medida. Lo mismo se replicó al otro lado del Atlántico, en el viejo continente. Sin embargo, esos Estados imperialistas son los garantes de los grandes negociados de los laboratorios y el Bigpharma. A lo largo de las últimas décadas han sido los impulsores de todas las medidas que permitieron la expansión de un restrictivo y limitado sistema de patentes, que hoy parece intocable.

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Detrás de la negativa a liberar las patentes están las gigantescas fortunas que amasan grandes multinacionales y empresarios asociados o dueños de las mismas. Según acaba de informar la ONG Oxfam, por lo menos nueve personas se convirtieron en multimillonarias “gracias a las ganancias descomunales de los grupos farmacéuticos que tienen el monopolio sobre la producción de vacunas contra el covid-19".

En el informe se enlistan las fortunas del presidente de Moderna, Stéphane Bancel (USD 4.300 millones); del presidente y cofundador de BioNTech, Ugur Sahin (USD 4.000 millones); Timothy Springer (USD 2.200 millones) Robert Langer (USD 1.600 millones), ambos inversores de Moderna; Noubar Afeyan (USD 1.900 millones de dólares) y presidente de esta compañía. A ellos se suma Juan López-Belmonte (USD 1.800 millones), director general de una empresa con un acuerdo para fabricar y envasar la vacuna de Moderna. Los tres últimos multimillonarios de la tabla son cofundadores de la empresa china CanSino Biologics: se trata de Zhu Tao (USD 1.300 millones) cofundador y director científico de la empresa, Qiu Dongxu (USD 1.200 millones), cofundador y vicepresidente senior y Mao Huihua (USD 1.000 millones), también cofundador y vicepresidente senior.

La irracionalidad del sistema capitalista se hace patente una vez más. La negativa a liberar las patentes es una defensa cerrada de la propiedad privada capitalista. Esa defensa implica dejar a un lado la vida y la salud de miles de millones de personas en todo el mundo.