Este viernes fueron llevados los restos de Ricardo “El Polaco” Muñoz, al Cementerio Parque de la ciudad de Mar de Plata pasado el mediodía. Quien se encontraba internado en el Hospital Housay. Hace varios años transitaba situaciones delicadas de salud, y este último periodo contrajo covid-19.
Con su partida se pierde un histórico militante del Puerto de Mar del Plata que siempre trató de transmitir a las nuevas generaciones como había sido la lucha de los setenta.
Oriundo de Nogoyá Entre Ríos, llegó a la ciudad siendo un adolescente. Alternó su trabajo del puerto con la construcción, porque a partir de su militancia pasó a estar dentro de las listas negras que circulaban entre los empresarios y los burócratas sindicales del puerto y por lo tanto le impedía el ingreso a las plantas de pescado.
El polaco fue parte de esa generación que se atrevió a enfrentarse tanto a la patronal portuaria como a la burocracia sindical del SOIP. El punto más alto de esa lucha fue la conquista del convenio del 75, que se discutió en el interior de las plantas, con reuniones ampliadas.
El convenio fue firmado por las partes el 19 de junio de 1975, con 4500 a 5000 obreras y obreros beneficiarios ante la delegación regional del Ministerio de Trabajo. Se reconoció la jornada laboral de ocho horas, garantía horaria y una rectificatoria de agosto de 1975, donde se añadió una clausula muy significativa para nuestro presente “el filetero no esta obligado a elaborar merluza menor a 0,30 m. de longitud total…”
Fue parte de los enfrentamientos que tuvieron los trabajadores de izquierda con las patotas de las UOCRA y la derecha peronista, en la construcción de las colonias de Chapadmalal. Sufrió la dictadura en carne propia.
Su testimonio formó parte de las audiencias de los Juicios por la Verdad, convocada por la Comisión “Verdad, Justicia y Memoria” Mar del Plata. En su testimonio fue claro en relación a la vinculación que existía entre el empresariado, la burocracia sindical y grupos de derecha, tanto en el ámbito de la pesca como de la construcción.
En el año 2005 formó parte de la fundación de la comisión de Memoria Portuaria con el propósito de homenajear a sus compañeros y compañeras que trabajan en el puerto y que fueron desaparecidos por el accionar genocida de la última dictadura cívico-militar.
En el 2007 fue detenido por formar parte de una de las tantas rebeliones de los obreros en negro del puerto.
Hace algunos años puso en funcionamiento el Centro Cultural Pancho Ramírez en su humilde casa del Barrio Cerrito, corazón del proletariado del puerto marplatense, haciendo actividades, talleres y peñas para los compañeros, los vecinos del barrio y especialmente para los chicos.
Para nosotros, los hijos de desaparecidos, fue siempre un tipo muy respetado y apreciado. En lo personal no puedo dejar de reconocer y valorar su gran gesto, una vez al ver una foto de mi viejo se preocupó en contactarme y contarme que él lo había conocido, que habían trabajado juntos en la construcción de las colonias de Chapadmalal, que era muy común en esos tiempos que los trabajadores hicieran tanto el trabajo de filetero como de la construcción, como lo hizo también mi viejo.
Si bien "El Polaco" pertenecía al Peronismo de Base y mi viejo a la JTP, el me remarcó que mas allá de el espacio donde cada uno militaba estaba claro que el enemigo común era la burocracia sindical y el empresariado. Con este gesto él me acercó a mi viejo como militante. Entendiendo lo importante que es para cada uno de nosotros ese pedacito de historia que nos devuelven los sobrevivientes.
El polaco reivindicaba el verdadero lugar que ocupó la clase trabajadora, concretamente decía: “la nuevas generaciones a veces creen que los desaparecidos fueron abogados, estudiantes e intelectuales, sin saber el rol preponderante que jugó la clase trabajadora en los setenta”.
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