El viernes 14 de mayo iniciamos el taller sobre el rol de los sindicatos desde una visión marxista revolucionaria, intentando aportar a un debate estratégico para la clase trabajadora. Continúa el próximo viernes 28 de mayo con la reflexión de los referentes de sindicatos y juntas internas combativas de la región.

El encuentro estuvo a cargo de Héctor “Catoto” Penuto, delegado del Ministerio de producción (ATE) y referente del PTS en el Frente de Izquierda. Participaron trabajadores estatales organizados en ATE, docentes de Suteba, de la salud de Cicop, de Astillero Río Santiago y fábricas de la región y precarios. El taller tuvo el objetivo de actualizar la discusión y establecer cuál es la relación entre sindicato, comité de acción y partido revolucionario. Diferenciando el rol de los sindicatos en tiempos de “paz” política y en tiempos pre revolucionarios y revolucionarios, en el marco de los fenómenos políticos actuales como la rebelión del pueblo trabajador colombiano contra el presidente Duque y los fenómenos nacionales de lucha de clases más avanzados como la lucha de los/as trabajadores de la salud de Neuquén organizados en la interhospitalaria.

También la emergencia de una vanguardia de trabajadores/as precarios/as combativa como es el ejemplo de la lucha del citrus en Tucumán o los/as bodegueros/as y viñateros/as de Mendoza, junto con el surgimiento de la pelea por tierra y vivienda que demostró Guernica que tuvo al frente a mujeres con hijos que perdieron su trabajo durante el aislamiento obligatorio impuesto por el gobierno.

La burocracia sindical y su relación con el Estado cumplen la tarea de controlar al movimiento obrero y dividir al conjunto de la clase trabajadora entre ocupados, desocupados, precarios, mujeres, hombres, nativos, migrantes, etc. Por otro lado, el surgimiento de “nuevas” burocracias al calor de distintos movimientos (mujeres, diversidad, movimientos sociales, del medioambiente) también tienen el objetivo de contener, dividir y controlar cualquier lucha quetienda a unir a los trabajadores/as, complementándose ambas: una por la vía del corporativismo (sectores de trabajadores en blanco), y la otra separando las reivindicaciones sociales de las demandas de la clase trabajadora.

Surgimiento de los sindicatos

El taller comenzó con un somero recorrido sobre el surgimiento de los sindicatos en los inicios del siglo XIX con el movimiento Luddista (Inglaterra) marcando los primeros pasos de un movimiento obrero que intentaba frenar la voracidad de la burguesía en ascenso y recordó el famoso y brillante libro de Federico Engels, La situación de clase obrera en Inglaterra, en el que relata pormenorizadamente las condiciones en las que trabajaban y vivían las familias obreras de le época.

Luego, entrado el siglo XX el surgimiento de la aristocracia obrera en los países imperialistas, el surgimiento del sindicalismo revolucionario y a partir de la década de los ´30 la discusión sobre la relación entre el Estado y los sindicatos porque la burguesía no estaba dispuesta a aceptar que este tipo de organización actúe libremente. Necesitaba tener un estricto control social mediante la cooptación de sus dirigentes. Trotsky y Gramsci se refirieron a este aspecto; el primero haría referencia a la estatización y el segundo por medio de su definición sobre el Estado Integral, a las formas de la hegemonía que adopta la burguesía a través de éste, por medio de la coerción y el consenso, y la burocracia en su rol de policía dentro del movimiento obrero y “sociedad civil”. El Estado presente en todos los aspectos de la vida, tanto civil, como política.

De esta forma, los sindicatos se transformaron en lugares centrales para la estabilidad del capitalismo. En particular en países con enorme poder de los capitales internacionales, con burguesías nacionales débiles y poderosa clase obrera como el nuestro. Por eso no hay una militancia neutral en los sindicatos: o con gobiernos capitalistas o con los trabajadores y el pueblo pobre. El peronismo, que estatizó los sindicatos en nuestro país, luego de una tradición previa independiente de la burguesía, introdujo la conciencia de la conciliación de intereses con los patrones, intereses que como sabemos son irreconciliables, por eso la pelea por la independencia de la clase dominante es fundamental.

¿Desde qué perspectiva participar en la vida de los sindicatos?

Para los revolucionarios es una obligación participar activamente en estas instituciones porque son un frente único de masas, que organiza a miles de trabajadores de distintas características, orígenes y visiones políticas e ideológicas. Desde este punto de vista, polemizamos contra la presión de muchas organizaciones de la izquierda que ceden al “alternativismo” con respecto a la burocracia, al mismo tiempo que sabemos de los límites de quedarse en los marcos estrechos de un gremio y por eso, de acuerdo al momento, alentamos y somos parte activa del desarrollo de otras instituciones de la vanguardia: comité de fábrica, coordinadoras interfabriles, soviet.

En este sentido, es clave construir fuertes agrupaciones que levanten como programa la independencia política de todo partido patronal, e ir ganando fuerza para estar en mejores condiciones para enfrentar al Estado y sus instituciones cuando los tiempos políticos y de la lucha de clases se vuelvan más álgidos.

Teniendo en cuenta que la burocracia sindical y las corrientes reformistas son las predominantes en la dirección de los sindicatos, en el camino de que los/as trabajadores/as hagan una experiencia con ellas, impulsamos la pelea por el Frente Único Obrero (FUO) para la lucha y sin dar ningún apoyo político, de forma de sacar de la comodidad de sus sillones a los burócratas sindicales y ponerlos frente a frente con el movimiento obrero: movilizar juntos, pero con políticas opuestas de forma que los trabajadores/as puedan ir haciendo una experiencia activa con sus direcciones burocráticas.

A su vez pelear por la democracia dentro de los sindicatos para desarrollar la autoorganización de los trabajadores y la unidad de toda la clase obrera: sindicalizados, no sindicalizados, estables, precarios, desocupados, comunidad; sin perder de vista que todo sindicato por su composición agrupa solo a una porción de la clase obrera y que la propia burocracia promueve que prime el interés corporativo y que la lucha, cuando la hay, sea esencialmente económica. Por eso el ejemplo de la lucha de Neuquén, que sobrepaso los límites de una lucha económica y se transformó en una lucha política atacando el poder empresario (Vaca Muerta) y político (burocracias de ATE y gobierno de Gutiérrez), arroja importantes lecciones para el presente.