Durante los años 20 en Chile se vivieron tiempos convulsionados, existía una crisis del régimen político parlamentarista, al igual que una gran deslegitimación del Congreso por ser considerado un nido de oligarcas que se repartían los beneficios de la renta salitrera y que estaban alejados de las verdaderas necesidades del pueblo. A esto se le sumó la crisis económica que atravesó el país debido a la debacle del salitre que bajó su producción y exportación en un 50%, precipitando el cierre de 91 oficinas y dejando miles de desempleados que debieron ser reubicados por el Estado en la zona central agudizando los problemas de hacinamiento en las ciudades, a lo que se sumó la caída de los salarios reales de manera que si en 1910 ocupaban el 65% en alimentación, hacia 1918 esto ocupaba un 75% de los salarios, lo que expresó también la crisis de la hegemonía británica en Chile y su sustitución por la de los capitales norteamericanos, es decir, cambia el principal capital extranjero que invierte en el país, el cual no cambia su situación semi colonial, lo que es un hecho importante para pensar los "poderes" que se desarrollan durante ese momento.
Es dentro de este marco, que una nueva corriente ideológica comienza a presentarse en medio de la cuestión social, impulsada incluso por los sectores liberales de la burguesía nacional, que en chile existía desde hace unas décadas, que significaba condiciones miserables para las mayorías populares que emigraban a la capital del país, en busca de trabajo y mejores oportunidades, estas condiciones se resumen en hacinamiento habitacionales, condiciones insalubres de higiene, falta de alimento y analfabetismo. Esta ideología se refería a una modernización del estado, es decir, que fuese garante de cosas básicas para la población que hasta ese momento siquiera se consideraban, como aspectos de salubridad pública, educación o un código del trabajo.
En este marco es que la candidatura de Alessandri se presenta como una alternativa viable para los sectores populares, "alejado" de los partidos políticos tradicionales y "preocupado" de las problemáticas sociales. Fue el primer ensayo de reformismo liberal y capitalista, apoyado por un sector de empresarios nacionales y el capital norteamericano contra otro sector, ligado a los viejos oligarcas apoyados por el imperialismo británico, donde la “modernización” del Estado tenía por contenido otorgar concesiones en la forma de derechos sociales para evitar su solución por una vía revolucionaria, desviando a las movilizaciones ascendentes que venían sucediendo anterior a su elección debido a la crisis social y económica que recae sobre los sectores populares.
La experiencia del movimiento obrero anterior a Arturo Alessandri.
En la previa a la llegada de los años 20’ del siglo pasado, en Chile comenzó a gestarse una gran organización obrera y popular, con el surgimiento de la FOCH (Federación Obrera de Chile) como la primera Central obrera del país, el surgimiento del Partido Comunista dirigido por Recabarren (anteriormente Partido Obrero Socialista), un movimiento estudiantil que comienza a organizarse en la FECh la cual tenía principalmente tendencias anarquistas en su interior, los anarcosindicalistas también eran fuertes afiliados a la IWW, organismos que tenían presencia importante en movilizaciones y diversas huelgas de trabajadores de la época, y también en las diferentes revueltas por el hambre debido a la crisis económica dando pie a la formación de la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional (AOAN), como un primer Frente Único de trabajadores y partidos obreros que se dedicaron a organizar los mítines del hambre entre 1918 y 1919 (reuniendo 100 mil personas en Santiago cuando tenía una población de poco más de 500 mil) y un pliego de demandas y exigencias que tiene el valor de ser la primera vez en Chile que los trabajadores le daban una solución obrera a una crisis, superando el mero sindicalismo y también enfrentar la represión que aparecía en cada movilización sino que también desarrolló un programa obrero de emergencia ante la crisis, que incluía la prohibición de exportaciones de cereales durante la crisis, la abolición del impuesto a la carne, establecimientos de “ferias libres” para que los campesinos pudieran vender directamente a la población y la creación de un Consejo Nacional de Subsistencia presidido por trabajadores para hacer cumplir estas regulaciones, superando de esta manera el sindicalismo y transformando al movimiento obrero en un actor político nacional independiente.
Sin embargo, este proceso de organización y ascenso obrero se vio interrumpido y desviado por las expectativas e ilusiones que generó la elección de Alessandri y la posibilidad de generar los cambios que demandaba el movimiento obrero y popular por la vía de la reforma.
La discusión constituyente.
La Constituyente del año 1925, tuvo un carácter de desvío también precisamente porque , en concreto no hubo constituyente democrática como se presenta en algunas reflexiones o hechos historiográficos oficiales. Lo que ocurrió fue que Alessandri formó una comisión constituyente de no más de 12 miembros con asesores elegidos por el propio Alessandri de la propia burguesía nacional e incluso del propio parlamento que era completamente odiado por el pueblo,por negarse a aprobar proyectos en favor de mayores derechos para el pueblo que vivía en condiciones de miseria, a lo cual se sumaba un representante de la Asamblea Constituyente de Asalariados e Intelectuales que sesionó en marzo de ese año. ¿Por qué tomó esta forma?
Nosotros sostenemos que es un problema de correlación de fuerzas entre las clases sociales, el cual se encuentra atravesado por varios factores:, el primero es el carácter del propio gobierno de Alessandri, en donde su elección sembró ilusiones en amplias capas de sectores populares y medios, que a pesar de su carácter represivo, siendo responsable de matanzas en zonas de la pampa como San Gregorio y La Coruña pues el movimiento obrero no dejó de movilizarse por sus necesidades y reivindicaciones en el gobierno recién electo, conservó cierto apoyo frente al Parlamento que por otro lado era mucho más odiado por el bloqueo que mantuvo sobre las llamadas “leyes sociales” propuestas por el Ejecutivo.otro aspecto es el golpe que realizan los militares en 1925, con el llamado "ruido de sables" en donde las Fuerzas Armadas irrumpieron exigiendo que se aprobase la ley de aumento de sueldo para ellos y que el Parlamento dejara de bloquear las mencionadas “leyes sociales”. Este hecho es fundamental para comprender el surgimiento de la constitución de 1925, debido a que más allá del programa que reivindicaban las Fuerzas Armadas, contribuyeron a la bonapartizacion del régimen político y su estabilización.
Luego del golpe de estado Alessandri, donde fue exiliado en un primer momento por los mandos superiores ligados a la oligarquía parlamentaria pero luego es traído de vuelta por un segundo golpe protagonizado por la oficialidad reformista y entra al ruedo constituyente fortalecido, debido al rol de los militares que primero le piden que se vaya a Argentina, para luego volver a dirigir el proceso constituyente a la par de que la junta militar suprimió el parlamento. A su regreso Alessandri ingresó militares a su gobierno, siendo el conocido Carlos Ibañez del Campo ministro de guerra en ese momento (reconocido por su rol de dictador y asesino en los próximos años).
Finalmente está la situación del propio movimiento obrero y popular, que luego del ciclo de ascenso de 1916 - 1019 y la posterior contraofensiva patronal de 1920 - 1922 se encontraba debilitado, que si bien logró levantar la llamada Asamblea Constituyente de Asalariados e Intelectuales, no logró movilizarse por un programa propio, en parte por la política de sus direcciones (el Partido Democrático, el Radical, el Comunista y los anarquistas y anarcosindicalistas) que o bien prefirieron entrar a las comisiones convocadas por Alessandri para “incidir” o derechamente se marginaron de todo el proceso.
Todo esto posibilitó que Alessandri tuviera un amplio margen para actuar, de manera que se permitió pasar de convocar la Asamblea Constituyente para imponer una comisión elegida según sus gustos y reglas.
Este aspecto puede compararse con la actualidad en medio de un Chile con un proceso constituyente en marcha, que de la misma manera que el 25’, expresa la crisis política de todo un régimen y que también es un desvío de un importante proceso de movilizaciones, como lo fue la Rebelión de Octubre de 2019, pero con un Piñera que ni siquiera alcanza un 10% de aprobación y está profundamente deslegitimado y es odiado por casi la totalidad de la población, en donde a diferencia del proceso de Alessandri no tiene tanto margen para la bonapartización, lo que no quiere decir que no aplique medidas represivas, lo que u otras acciones bonapartistas como lo son el toque de queda y la prolongación del estado de emergencia. Por otro lado, hoy es el Parlamento quien se ubica como el poder “progresista” de la mano de la oposición, lo que le da a Piñera un margen estrecho para imponer su propia política, aunque lo suficientemente amplio como para lograr consolidar el desvío. Entonces ¿Era posible arrancarle a Piñera y al régimen de conjunto un proceso más democrático que la convención actual?¿Era posible, en otras palabras, una Asamblea Constituyente libre y soberana?
Ciertamente la debilidad del gobierno de Piñera no es el único factor, pues al ser resultado de la correlación de fuerzas en las clases sociales, debemos también observar lo que ocurre en el movimiento obrero y popular. Si bien la rebelión marcó la intervención política de amplios sectores, la clase trabajadora no actuó como tal y se diluyó en el movimiento a causa de la política de sus direcciones (PC - FA) quienes se rehusaron a organizar cualquier acción desde los grandes sindicatos y organizaciones de masas como la CUT, el Colegio de Profesores, la Confusam o la Confech y fueron presionados desde la base a convocar la Huelga General del 12 de noviembre ante la cual el gobierno y los empresarios se sentaron rápidamente a negociar, una tendencia que se podría haber profundizado para obtener mucho más que una convención constituyente llena de trabas y limitaciones. La actuación es aún más criminal pues posteriormente sectores del Frente Amplio aprobaron leyes represivas como la ley anti protestas y la ley anti barricadas y en el caso del PC una traición total con su abstención frente a estas propuestas del gobierno, que solo buscan criminalizar a quienes se movilizan y que hoy tienen a decenas de presos políticos en las cárceles del país, o por otro lado la votación favorable a la mal llamada Ley de Protección al Empleo que contrariamente a lo que dice su nombre permitió el despido y la suspensión laboral de miles de trabajadores arrojando 2 millones de personas a la desocupación, aprobada desde la UDI hasta el PC, todas medidas que contribuyeron a fortalecer a Piñera, estabilizar el régimen y el desvío de la convención.
La constitución del 25’ fue el resultado de un importante ciclo de luchas desviado por las ilusiones de que era posible lograr una igualdad reformando el Estado capitalista desde adentro y se escribió a puertas cerradas, gracias al fortalecimiento del gobierno de Alessandri, hoy nos encontramos ante esta convención que prohíbe tocar tratados internacionales como una forma de garantizar millonarios negocios como el de las AFP, la educación, la salud y el saqueo de los recursos naturales por lo que será necesario enfrentar directamente a los empresarios y transnacionales para hacer realidad estas demandas sentidas de la rebelión ¿Qué harán las fuerzas que hoy tienen una mayoría relativa frente a la Derecha y que plantearon estas demandas en su campaña, como el Partido Comunista, el Frente Amplio o la Lista del Pueblo? Porque ante el escenario actual, con una Derecha que apenas pasa el 20% de representación sin capacidad de hacer uso por sí sola del veto del ⅓ mientras que el conjunto de las listas Apruebo Dignidad y del Pueblo más independientes suman un 42% pareciera posible llevar adelante estas demandas, partiendo por la libertad de todos los presos de la rebelión antes de iniciar las sesiones de la convención, entonces ¿Por qué ceñirse a las restricciones que impiden estas discusiones? ¿Y si los empresarios se niegan a acatar estos puntos que afectan directamente su bolsillo? sin duda la fuerza que fue demostrada en la rebelión y que se ha vuelto a expresar en el paro portuario por el tercer retiro del 10% o las coordinaciones que surgieron el 30 de abril en Antofagasta con trabajadores de diferentes sectores, estudiantes y pobladores, en el marco del paro nacional, demuestran que nuestra fuerza no fue derrotada y que se puede ir mucho más allá que lo actual, donde sea una verdadera asamblea constituyente libre y soberana, sin ninguna traba e independiente de los poderes ejecutivo con una mínima aprobación, el legislativo y judicial, que además obedecen a los poderes reales de los empresarios que no quieren ningún cambio que afecte sus ganancias, a diferencia de los millones que luchamos en la rebelión por acabar con la herencia de la dictadura. Para esto es necesario organizarse y levantar comités de acción en cada lugar de trabajo y estudio que exija tanto a quienes hoy son constituyentes como a las organizaciones de masas y los grandes sindicatos, que se movilicen por estos puntos partiendo por la libertad de los presos de la rebelión y sobrepasan a la convención y sus actuales limitaciones en caso de que sesione sin cumplir con esta demanda mínima. |