Mientras los residentes del hospital se organizaban en asamblea, comenzaron a recibir notificaciones del gobierno que daba marcha atrás con los traslados compulsivos anunciados ayer.
Los residentes se plantaron ante el intento de tapar la negligencia estatal con su trabajo, con sus cuerpos. Es la vida de los trabajadores y de la comunidad que asiste a los hospitales públicos la que está en juego.
Queda claro que hay fuerza para luchar en contra de la precarización en el sistema de salud que pretende imponer el gobierno de Schiaretti. Los trabajadores de la salud gritan fuerte ¡sin residentes no hay hospital!
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