El día de hoy, Burger King lanzó una promoción de $10 la hamburguesa denominada Whopper. Sus anuncios decían “sin letras chicas”, sin embargo, para poder acceder a la promoción se tiene que instalar la aplicación, el cual sólo otorga un cupón.
Este primer obstáculo ya esconde problemas, pues los clientes reportan en redes sociales las dificultades para acceder a la aplicación.
Es poco creíble que a esta transnacional se le pueda “caer” su sitio por el tráfico de personas que lo están usando. Es más verosímil suponer que la misma empresa puede, convenientemente, autosabotearse por periodos de tiempo para lograr más ventas (se sabe, por ejemplo, que las páginas se pueden “tirar” saturando el tráfico a propósito, con las famosas granjas de bots). Veamos qué maniobra puede esconderse detrás.
1. Ya formado en fila, el cliente se entera que se necesita instalar la aplicación, lo cual le lleva entre 5 y 10 minutos pues la red está “saturada”.
2. Sin poder acceder a la aplicación, y bajo la presión de una fila inmensa (con todos en la misma situación), el cliente opta por elegir otro paquete. El más barato es de 2 diminutas hamburguesas en $35, con papas y refresco sube a $65.
Fácil y sencillo, sin letras chicas Burger King sextuplicará sus ventas el día de hoy, con un marketing engañoso y una estrategia de ventas que recaerá en la mayor intensidad a la que estarán sometidos sus trabajadores, los cuales reciben un salario que rondan el mínimo y con extenuantes jornadas de trabajo.
Aunado a eso, se suma la cantidad de gente conglomerada en un espacio cerrado y con poca ventilación en un contexto de pandemia de COVID-19, lo cual aumenta los riesgos de contagio a clientes y trabajadores.
Estas franquicias de comida rápida no solo desgastan prematuramente la vida de las y los trabajadores, muchos de ellos jóvenes, sino también contribuyen a los problemas de sobrepeso y obesidad de la población mexicana. |