Un nuevo peak de contagios se disparó, develando nuevamente la cara del desmantelamiento de la salud pública, donde hasta las clínicas privadas están al borde del colapso. Trabajadoras y trabajadores de la salud agobiados, con turnos extenuantes, condiciones precarias de trabajo, como contratos de honorarios sin acceso a ningún beneficio, como los miserables bonos del gobierno. Falta de insumos, elementos de protección personal e infraestructura, es la cara que enfrenta este nuevo peak.
Son más de 8.680 contagiados por covid-19 hasta el día de ayer, pasando a ser el quinto mes con más contagios, desde el comienzo de la pandemia. Llegando a las 37.244 muertes en todo el país. Con una positividad que no baja del 13%. Un escenario que marca la pauta, con hospitales y clínicas privadas al límite, donde recintos como el Hospital Clínico UC Marcoleta anunciaron que solo atenderán pacientes con riesgo vital, por alta ocupación del servicio de urgencias. Esto se repite de forma desastrosa en el sistema público de salud, en cada una de las regiones.
Todo esto en medio de que el gobierno anuncia medidas que implicarán mayor movilidad de las personas, a través del “carnet verde”, contando con ambas dosis de la vacuna. Generando esto por consecuencia, mayor reapertura de negocios y aumento de las grandes aglomeraciones, que se dan ya día a día en la locomoción colectiva, para los millones de trabajadores y trabajadoras, que a pesar de la pandemia, no han podido dejar de trabajar, aumentando considerablemente las probabilidades de contagios, expresado en estos últimos días con altas cifras.
Reflejo del profundo desinterés del gobierno en cuidar la vida de las familias trabajadoras, desde el principio de la pandemia. No siendo casualidad, sino más bien respondiendo a la lógica de resguardar las ganancias de los empresarios, por sobre la vida de los millones de trabajadores que sostienen y echan a andar el país. Sumando de esta forma, las condiciones ya precarias que tienen miles de trabajadores, con hacinamiento y falta elementos básicos para vivir, como el agua. Que también se han profundizado con las altas tasas de desempleo y suspensiones.
Tomando en consideración, las deplorables condiciones del sistema de salud público, que se encuentra profundamente desmantelado, a causa del negocio de la privatización del sistema de salud. Que durante esta pandemia, ha marcado de manera irrisoria la gran diferencia del acceso a la salud pública y privada. Donde los aportes del Estado, en el sistema público se fugan constantemente hacia los privados, ya que el sistema público al no contar con la infraestructura, personal e implementos suficientes para enfrentar la pandemia, le pagan constantemente a estos empresarios de la salud privada para dar abasto. Evidenciando nuevamente y de la forma más brutal, el negocio de la salud. Siendo todo esto impuesto desde la dictadura y perpetuado por los partidos tradicionales de la ex-concertación.
Hechos como que, ante la solicitud del Colegio de Médicos (COLMED), al gobierno para acceder a mayor detalles de toma de decisiones e implementación de estrategias y políticas sanitarias. La respuesta, a través de vía Ley de Transparencia, arrojó que “no existe un acto o resolución formal que constituya una instancia denominada “Mesa Covid-19”. Esto refleja que para el gobierno, nuestras vidas valen menos que las ganancias de los empresarios, que han sido los únicos beneficiados en medio de esta pandemia, a costa de las familias trabajadoras, duplicando en algunos casos sus fortunas, como el ya conocido empresario minero Andrónico Luksic.
Es central, que trabajadoras y trabajadores, nos organicemos y nos podamos coordinar para conquistar un impuesto extraordinario a las grandes fortunas del cobre y de los otros recursos naturales, para financiar un Plan de Emergencia Sanitario, que aumente de la manera que sea necesaria, el presupuesto de la salud pública, que otorgue mayores recursos para implementar infraestructura, insumos y mejores condiciones para las y los trabajadores de la salud. Y que de la misma forma, para enfrentar las altas cifras de desempleo y suspensiones, conquistar también un ingreso de emergencia para desempleados, trabajadores informales y dueñas de casa, de $550.000. Que los empresarios dupliquen sus fortunas en plena pandemia, expresa que, plata hay y todas esas ganancias son producidas por las y los trabajadores y debemos de ponerlas a disposición de sus necesidades, para que la crisis no la sigan pagando ellos y sus familias. |