En enero de 2020 me despidieron del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia CDMX (DIF CDMX). Mi despido tuvo causas políticas, la razón fue organizarme junto con compañeras y compañeros para exigir el cese a los despidos ejecutados por la llamada Austeridad Republicana, reinstalación, plenos derechos laborales y basificación a través de la agrupación Queremos Trabajo Digno.
Meses antes habían despedido a mis compañeras Flora Aco, Alejandra Sepúlveda y Ameyali Mancilla, después de meses de lucha y con evidencia de sobra sobre la persecución política que vivieron, se logró su reincorporporación a distintas Alcaldías de la CDMX.
Al momento de mi despido del DIF CDMX, el Gobierno de la CDMX había asumido el compromiso de no despedir a otro integrante de nuestra agrupación, condición que no cumplieron, sin embargo, a través de la movilización impusimos a las autoridades mi reincorporación en marzo del 2020 a la Alcaldía de Tlalpan, reiterando nuevamente el compromiso de que el hostigamiento cesara y se garantizara la estabilidad laboral, continuando con la exigencia de basificación.
Sin embargo, en los últimos 5 meses a pesar de cumplir cotidianamente con mis funciones se me planteó “problemas” administrativos para emitir mis pagos, situación que mis jefes directos se comprometieron a resolver con celeridad. Fue en recientes días que me fue notificado por la Jefa de Unidad Departamental de Infancia, Mónica Beatriz Pedroza Santo y el Jefe de Unidad Departamental de Atención a la Juventud, Raúl Castro Vieyra, que los pagos no se me serían otorgados y que al parecer, mi plaza estaba congelada.
Al ser trabajador bajo la modalidad de Nómina 8, una modalidad de contratación que continúa limitando el acceso a prestaciones básicas como la Seguridad Social, mi pago tendría que salir de forma quincenal, pero el compromiso continúo mes con mes por parte de mis superiores de pagarme de forma integra.
Estos 5 meses el ejercicio de mis funciones ha implicado exponerme al SARSCOVID19, sin que elementos de insumos de seguridad me sean garantizados. Esta condición es compartida por miles de trabajadores estatales.
Me expuse en el transporte público, atravesando la ciudad de norte a sur diario, para garantizar el impulso del programa social llamado "Juventudes Tlalpan, Cultivando raíces de identidad y comunidad", programa que tiene el objetivo de incentivar la creación de colectivos juveniles en el ámbito artístico, científico y deportivo, es decir, tuvimos una exposición en campo no solo al COVID19 sino a la violencia estructural que se vive en los pueblos, barrios y colonias de Tlalpan. Los traslados que podían ser hasta la salida a Cuernavaca y el costo por supuesto que corría por nuestra cuenta.
Los servicios y atención en las Alcaldías y las instituciones públicas, las sostenemos las y los trabajadores. En cambio de quienes están al frente de la dirección de Nóminas y Pagos (subdirector César Garcés Téllez) y de la dirección de Relaciones Laborales (subdirectora Maribel Nava Vázquez) recibimos promesas vacías, ya sea de pago o de mejorar nuestras condiciones laborales.
Sostenemos el trabajo pagando nuestros propios insumos y teniendo que garantizarnos condiciones mínimas, por ejemplo, en mi oficina no tenemos internet y ponemos materiales electrónicos. En la nueva oficina se puede observar a simple vista un hongo en la pared, en un momento en que la higiene y salud son elementales,
A los directivos les preocupa más el año electoral, que todo salga conforme lo planean en términos de votantes mientras que, a quienes ponemos todo por dar un buen servicio a la población, de la noche a la mañana nos dicen que no nos pagarán y que nos dejarán en la calle en plena crisis capitalista y sanitaria.
Frente a esto, junto a mis compañeras y compañeros de Queremos Trabajo Digno, exigimos los pagos inmediatos de los meses laborados y la continuidad en mi empleo, además reiteramos la exigencia del cese al hostigamiento y el respeto a nuestra lucha por plenos derechos laborales para todas y todos.
Estoy consciente de que no soy el único en esta situación, que hay cientos o miles de trabajadores y trabajadoras sin pago, despedidos, a quienes les redujeron su salario o con temor a denunciar las violaciones a los derechos humanos por parte del Estado mexicano que tiene el rol de patronal, por ello llamamos a organizarnos en nuestros centros de trabajo y sumarse a Queremos Trabajo Digno, porque consideramos que para frenar la actual situación de violación a derechos elementales solo podemos confiar en nuestras fuerzas, pues este gobierno a pesar de su discurso progresista ha agudizado la precarización en el sector estatal y ejecutado miles de despidos.
No permitamos ninguna violación a nuestros derechos, ni un despido injustificado más.
¡Reinstalación de todos los despedidos!
¡Pago íntegro de salarios!
¡Basificación ya! |