La drástica noticia de la renuncia de más de 50 médicos y médicas, pertenecientes a servicios neurálgicos, preocupó a toda la población de San Miguel, un partido con casi 300 mil habitantes, en donde el Larcade constituye el hospital de cabecera para las familias trabajadoras. Entendemos el desgaste de aquellos que tomaron una decisión tan drástica producto de las condiciones laborales y el hostigamiento del municipio en medio de la pandemia, pero no compartimos la decisión que no fue sometida a la votación en asamblea del conjunto del hospital y porque además, constituye un abandono a la lucha, mientras gran parte de las y los trabajadores estaban sosteniendo un paro durante 16 días, con una trabajadora despedida, en un marco donde el hostigamiento y persecución continuará hacia el resto de quienes reclaman el pasa el planta y por el salario. Creemos que hay que reorganizar las fuerzas para seguir peleando, las movilizaciones en el centro de San Miguel, contaron con un gran apoyo, no sólo de los trabajadores del hospital, sino también de la comunidad. Si esta lucha se coordina con otras, si el conflicto trasciende, con el apoyo del resto de los hospitales de la provincia de Bs As, se puede derrotar al municipio.
Desde La Izquierda Diario y el PTS, estuvimos desde el primer día apoyando la lucha y aportando al debate sobre cuál tenía que ser el rumbo del conflicto para estar en mejores condiciones de ganar. Creemos que la política de la “mesa chica”, donde participaron sindicatos como ATE Y CICOP, no bregó por una verdadera organización democrática asamblearia desde las bases y terminó aislando al conflicto ya que nunca se propuso hacer del Larcade un conflicto provincial.
Como decíamos, no compartimos la decisión de las renuncias masivas porque consideramos que es bajarse de una lucha que tenía la potencialidad de transformarse en un conflicto emblemático en la provincia y en el sector, que pudo haber puesto en jaque al gobierno de Mendez, y por la que muchos trabajadores hicieron un gran esfuerzo durante estos más de 4 meses. Consideramos que todas las decisiones, pero en especial esta, tan determinante para el conflicto, debería haber sido discutida por el conjunto de las y los trabajadores que le pusieron el cuerpo a la lucha durante este tiempo.
Tanto la decisión de la renuncia como otras importantes que hacían al curso del conflicto no se votaron porque existía la mencionada "mesa chica". Se trataba de un grupo de representantes, sobre todo de médicos, que se eligieron como dirección del conflicto - recordemos que no había delegados votados en asambleas de sector- y asi tomaban las decisiones.
A este espacio luego se fueron incorporando representantes de distintos servicios del hospital y delegados de Cicop, y también de ATE que fueron elegidos de manera poco clara, nuevamente sin que haya asambleas en cada uno de sus sectores. A pesar de la ampliación de la mesa chica, no se basó seriamente en la base, y tampoco quiso coordinarse con otros trabajadores en lucha, debilitando el conflicto.
Una parte de los médicos que ahora renuncian fue parte de la mesa chica. Dentro de las renuncias hay que diferenciar a los residentes que son los de los sectores que más padecen la precarización del hospital, jugaron un rol clave en la lucha pero lamentablemente luego de 4 meses, con el conflicto aislado, solicitaron el traslado de sede).
Esta decisión que han tomado expresa el enorme error que implicó poner una dirección justamente autodenominada "mesa chica", teniendo un poder desmedido sin un control soberano por parte de la base. Fueron los que no quisieron coordinarse con otros conflictos en lucha incluso poniendo actividades en paralelo cada vez que había una instancia de coordinación, enviando delegaciones simbólicas e impidiendo un aporte real del Hospital Larcade en pos de una coordinación efectiva de todos los que luchaban. Así ocurrió el 17 de abril cuando se llevó adelante el Encuentro de las luchas del AMBA en Madygraf o el mismo 27 cuando se desarrolló la movilización que salió votada del encuentro.
El rol de CICOP y ATE
Tenemos el propósito, además, de abrir un debate en relación al rol de los sindicatos que han intervenido (CICOP y ATE).
El gremio que nuclea a las y los profesionales de la salud, CICOP, está dirigido por un frente que va desde su presidencia abiertamente alineada con el gobierno, hasta el MST e IS, con quienes compartimos el Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad.
Las y los trabajadores de la salud hace más de un año de pandemia denunciamos las pésimas condiciones de trabajo, con salarios que rozan la línea de pobreza, sin licencias y con falta de insumos. Sin embargo, el gremio llamó a un solo paro en todo el 2020, y llegando a Junio no hay ningún plan de lucha en puerta. Estar junto al gobierno, no pasa desapercibido. Ni siquiera las luchas en el sector, como la del Larcade, llevaron a la conducción a tomar medidas. No alcanza con que algunos dirigentes se hagan presentes en el conflicto, es necesario para que triunfen rodearlos de las más amplia y fuerte solidaridad.
La conducción del CICOP, apostó y alimentó la estrategia de negociación con el municipio que perseguían los integrantes de la mesa chica, sin tomar medidas que obligarán a Jaime Méndez de juntos por el cambio a sentarse a negociar, sin jugarse a potenciar el conflicto, sin organizar ni convocar a una discusión amplia en los hospitales y centros de salud de la Provincia de Buenos Aires con el fin de definir un plan de lucha que pusiera en la agenda de la Provincia este conflicto, ni siquiera cuando despidieron a Soledad.
Un plan de lucha de los gremios de salud en la provincia, en todos los hospitales y centros de salud, en medio de la pandemia, cuando el personal de salud está en “la vidriera”, nos hubiera permitido que el conflicto trascienda, conquiste apoyo popular y avance de conjunto.
Desde la lista 5 en la CICOP “Unidad de Lxs Trabajadores”, hemos planteado reiteradas veces la necesidad de la coordinación de las luchas, de rodear al Larcade de solidaridad, de incorporar a la comunidad a la lucha, de provincializar el conflicto, ya que, si cada pelea se mantiene aislada, se debilita y es derrotada.
Además, venimos insistiendo a la dirección del sindicato, la necesidad de discutir en los hospitales y centros de salud de la Pcia de Bs As que este plan de lucha sirva de preparación de un verdadero paro provincial activo, con movilizaciones a la gobernación que impongan la agenda de los trabajadores de la salud, un paro provincial en solidaridad con todas las luchas en curso con el Hospital Larcade como emblema. Consideramos que desde el primero al último hospital tiene que saber lo que está pasando en el municipio de San Miguel y lo que están sufriendo sus trabajadores, ya que viene siendo el conflicto más importante de la provincia en materia de salud.
Otro de los sindicatos que intervino fue ATE, ligado al Frente de Todos, cuyo referente provincial Isasi integra las listas del gobierno de Axel Kicillof. ATE, que también tenía presencia en la mesa chica a través de distintos delegados, tampoco se jugó a desarrollar el conflicto para que trascienda San Miguel y se transforme en una pelea testigo de las y los trabajadores de la salud y los estatales. Toda su intervención se limitó a desgastar al intendente Jaime Méndez de cara a las próximas elecciones. Su interés siempre estuvo puesto en colocar al peronismo local en una mejor posición en las elecciones frente a un municipio de Juntos por el Cambio en detrimento de desarrollar una lucha por la salud pública de calidad en el distrito. Tan es así que ni siquiera se hicieron cargo de la situación de Soledad, trabajadora despedida, cuando se habían comprometido en hacerlo.
La asamblea y la coordinación como métodos de lucha
Sostuvimos desde el inicio la importancia de las asambleas, que sean permanentes, en diferentes turnos para garantizar la participación de la mayor cantidad de trabajadores posibles del hospital, y que las y los representantes de los distintos servicios sean elegidos de manera democrática en cada uno de ellos. Todo lo contrario a la forma de organización de la "mesa chica" qué además, siempre puso trabas a la coordinación con otros sectores.
En la Zona Norte hay un gran número de conflictos de salud, que, si se coordinan entre sí, en el marco de un plan de lucha provincial, podrían adquirir otra potencialidad: el Hospital Mercante (José C. Paz) y el de Trauma (Malvinas Argentinas) son los ejemplos más cercanos. También está el conflicto de la Clínica San Andrés en Caseros, cuyos trabajadores están luchando por la reapertura ante el cierre de la misma. ¿No hubiese sido un gran golpe para Jaime Méndez si todo el país se enteraba que estaba atacando a los trabajadores de la salud que en esta pandemia han estado en la primera línea salvando vidas y enfrentando al virus?
Planteando la necesidad de la coordinación, con el resto de las luchas en curso, también hemos propuesto participar el pasado 17 de abril en el encuentro de Madygraf, donde salió votada una importante movilización para el 27 de ese mes que logró poner en la agenda pública las demandas de los diferentes conflictos.
Sin embargo, la organización democrática desde abajo con asambleas y la coordinación de las luchas, no estuvieron en los planes de la dirección del conflicto, que sacaba reuniones el mismo día que el encuentro de luchas o la movilización del 27 como hemos mencionado con anterioridad. La "mesa chica" tomaba estas decisiones de manera previa y luego las informaba en asambleas, que eran en un sólo día (casi siempre el mismo) y un sólo turno (mañana). Esta forma de organización impedía generar mayor participación de parte de las y los trabajadores e involucrar a más compañeras y compañeros en la pelea.
Consideramos que estas conclusiones pueden servir para retomar esta gran lucha. Además, con este fin, creemos necesario poner en pie un Comité de Lucha que reagrupe a todas y todos los trabajadores que vean la necesidad de continuar la lucha, como un centro de organización permanente, para desde allí convocar a próximas asambleas y darle forma a todo lo que se vote en dichas asambleas.
Hasta que no se acabe con la precarización, hasta que no se reincorpore a Soledad, esta lucha debe continuar. Desde La Izquierda Diario continuaremos a disposición de las y los trabajadores del Hospital para retomar esta pelea.
Vayamos a un gran encuentro de todas las luchas
Para continuar el camino de unidad y coordinación que empezó en Madygraf el 17 de Abril, el próximo sábado 5 de junio, a las 17hs por zoom, tercerizados ferroviarios, los de EMA y otras empresas de servicio de energía, docentes, trabajadores del subte, de la salud, de la asamblea permanente de guernica, trabajadores de Mondelez, el sanatorio ocupado de San Andrés, las recuperadas Madygraf, WC, Gotan, colectiveros de varias líneas como 203 y 78, el frigorífico Arrebeef, los aeronáuticos de Latam entre otros, realizaremos un nuevo encuentro de luchas para impulsar acciones unificadas.
Si cada una de las luchas de salud como también la de otros sectores como el transporte, comienzan a unirse se puede ganar.
Necesitamos derrotar no solo a Jaime Mendez sino al plan de ajuste que desde el gobierno nacional y provincial quieren descargar sobre los trabajadores. Construyamos la unidad necesaria. |