El presidente ruso Vladimir Putin aseguró este viernes que la vacuna Sputnik V es “una de las más eficientes del mundo” y “está registrada en 66 países”, al tiempo que pidió “dejar aparte las especulaciones políticas” cuando se trata de “la salud de las personas”. Lo hizo por videoconferencia ante el presidente Alberto Fernández en el marco del anuncio del comienzo de la fabricación de la vacuna en Argentina a través de un convenio con el laboratorio Richmond, propiedad del empresario ligado al Gobierno Marcelo Figueiras, quien también participó del anuncio.
Por su parte Fernández, a su turno, dijo que el Gobierno está "muy conforme" con el proceso de vacunación de la población argentina con la vacuna desarrollada en Rusia. "Siempre tuvimos confianza en esa capacidad rusa para el desarrollo de una vacuna que tanto esperaba el mundo", afirmó el presidente.
El mandatario argentino agregó que la pandemia les dio "una gran oportunidad" a las comunidades y los gobiernos de Argentina y Rusia "para que se profundice y afiance" el encuentro entre ambos.
Fernández afirmó que "el pueblo argentino y el Gobierno argentinos le están inmensamente agradecidos" a Vladimir Putin. "Decimos en Argentina que los amigos se conocen en los momentos difíciles, y cuando pasamos un momento difícil el gobierno de Rusia y el Instituto Gamaleya estuvieron al lado de los argentinos".
"El domingo, si Dios quiere, un avión estará partiendo de Moscú trayendo el principio activo para que empiece la producción en Argentina de inmediato", finalizó el presidente antes de darle pie a su empresario amigo Marcelo Figueiras,
Negocio jugoso
Agradeciendo tanto a Fernández como a Putin, el presidente de Richmond tomó la palabra y, muy contento, confirmó que la semana que viene su laboratorio ya estará comenzando a producir la Sputnik V.
Figueiras reiteró lo que ya había anticipado el jueves, cuando había anunciado que en su planta existe capacidad para la formular y envasar hasta 500.000 dosis por semana y unas 500 millones al año. Y agregó que pueden "producir vacunas de diferentes tipos de plataforma como, por ejemplo, la de Pfizer y la Sputnik, que usan diferente tecnología".
Algo que queda claro con este acuerdo, que el empresario Figueiras concretó con el Fondo ruso de Inversión Directa, a través de relaciones con un laboratorio indio y con el Gobierno de Alberto Fernández que ofició de gestor e invirtió $ 30 millones de las arcas públicas; es que en Argentina sí hay capacidad para envasar y para producir vacunas.
Pero durante meses, cuando la primera ola no cesaba y el sistema sanitario argentino comenzaba a demostrar su precariedad, las autoridades políticas y los empresarios de Argentina dijeron y aseguraron que en nuestro país no era posible ni fabricar ni envasar la vacuna contra el covid-19.
Sólo el Frente de Izquierda planteó en su momento que efectivamente en el país había suficiente capacidad para producir la vacuna tanto para aplicación local como para proveer a América Latina. Ahora los hechos le dan la razón. El problema siempre fue cómo ajustar esa capacidad a los intereses privados de los grandes laboratorios.
El Frente de Izquierda sigue insistiendo en que un paso elemental para mitigar las duras consecuencias que ya está dejando la segunda ola es la declaración de la "utilidad pública" de los laboratorios comprometidos con la producción de las vacunas contra el covid-19. Obviamente los mismos de siempre dicen que eso es imposible. Como decían con respecto a la producción de ese recurso y acaba de demostrarse, una vez más, falso. |