Más allá de la referencia histórica sobre el Día del Periodista en Argentina, que en un dossier especial presentamos este 7 de junio en La Izquierda Diario, la realidad cotidiana de miles de trabajadoras y trabajadores de prensa no presenta demasiadas razones para "festejar" en el sentido estricto del término.
Año a año las condiciones laborales en el gremio de quienes sostienen los canales de televisión, las radios, los portales, las revistas y los diarios se deteriora. En el algunos casos, mucho más que otras disciplinas o áreas de producción económica y cultural. Un informe titulado Encuesta integral sobre la situación de les trabajadores
de prensa publicado este lunes por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) da cuenta de ello.
La Encuesta integral que realizó el Sipreba “fue respondida durante la segunda quincena de mayo y la primera semana de junio de 2021 por casi 900 trabajadoras y trabajadores de 95 medios de comunicación (Públicos, Privados y Autogestivos) de prensa escrita, oral y televisada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. En el informe presentan las respuestas bajo los apartados “Situación socioeconómica”, “Género”, “Juventud” y “Pandemia” con un anexo sobre “Condiciones y clima de trabajo”.
Situación socioeconómica
En cuanto a los salarios, se evidencia un retraso sufrido en las tres ramas de la actividad en los últimos años, con sucesivas paritarias a la baja en prensa oral y escrita que supusieron una pérdida del salario real de un 42 % en cuatro años. “El panorama es arrollador: más del 55% de les trabajadores de prensa de CABA cobra por debajo de los $ 62.958 que marcan la canasta básica total” que mide el Indec.
Si bien se aclara que “el promedio general del salario de abril de 2021 en las 3 ramas fue de $ 65.000, en prensa escrita este promedio cae a $ 56.187. En esta rama, el 69,1 % cobra por debajo de la línea de pobreza. No obstante, si tomamos como categoría testigo de prensa gráfica el puesto de “redactor/a”, el 80 % gana por debajo de la línea de pobreza”.
En el caso de las radios, “si se toman en su conjunto (públicas y privadas), el promedio salarial es de $ 56.000. Si bien en las radios privadas el promedio se mantiene en $ 55.000, hay una diferencia notable entre quienes tienen una relación laboral formal (efectivos/as) y quienes facturan mediante monotributo, muchas veces en una relación laboral encubierta. En este último grupo el promedio salarial cae a $ 51.000, encontrándose en varios casos por debajo de los $ 40.000”. Para Sipreba “el dato es preocupante teniendo en cuenta que, en esta rama, más de 6 de cada 10 trabajadores se encuentran en esa situación”.
En la rama televisiva, el promedio salarial ronda los $ 66.000, “pero más de la mitad cobra $ 100.000 o más. Esta mejora relativa de la situación respecto a las otras ramas se explica en parte por características económicas del mercado televisivo y en parte por la fuerte organización interna que se cristaliza en los resultados de las negociaciones salariales por empresa, pero principalmente por la ausencia de la Utpba en las mismas (organización que en prensa oral y escrita negocia paritarias a la baja año tras año)”.
El informe también menciona el “pluriempleo”, que se evidencia “como consecuencia de este contexto”. La precaria situación estructural provoca que “más de la mitad de les trabajadores de prensa escrita y oral tienen dos o más trabajos. Incluso, entre quienes no tienen otro trabajo, muchos/as manifiestan estar buscándolo.
De hecho, en estas ramas, el 44,4 % de quienes responden buscaron trabajo durante el último mes. Y el 86 % de quienes tienen otro trabajo afirmaron que la razón para tenerlo se debe a que el sueldo no les alcanza”.
Según el relevamiento, durante el último año la situación “se agravó aún más por problemas vinculados al cobro del salario en tiempo y forma. Del total de trabajadores respondentes sólo un 37,3 % afirmó no haber tenido problemas en el cobro. El 67,2% restante se reparte entre quienes sufrieron el fraccionamiento de su sueldo con el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y con el Programa de Recuperación Productiva (Repro), quienes cobraron su sueldo en cuotas, quienes sufrieron un recorte en sus ingresos y quienes sufrieron una combinación de las formas antes mencionadas”.
Otro ítem es el referido al trabajo “freelance” y la condición de quienes son mal llamados “colaboradores/as”, que en promedio mensual, entre enero y abril, el 86 % cobró por debajo de la línea de pobreza. “Se trata del sector más precarizado del gremio”, afirma Sipreba.
“Como si esto fuera poco, durante el último semestre el 66 % no recibió actualización tarifaria alguna en sus colaboraciones y del tercio restante que sí lo hizo, éstas promedian el 16 % y en ningún caso relevado superan el 25 %. Esto abarca a la totalidad de los medios en los que colaboran, ya que la gran mayoría de les freelance lo hace en dos o más”, dice el informe.
A su vez destacan que “bajo estas modalidades de precarización hay al menos un 20 % de trabajadores que cobra a 60 días o más. Debido al atraso de los pagos y los valores de colaboraciones, el 66 % de les respondentes afirmó que durante el último mes buscó más trabajo. Por los mismos motivos, sólo un 31 % declaró trabajar exclusivamente en prensa. De hecho, el 66,7 % tiene otros trabajos fuera de la actividad”.
Género
Del total de quienes respodieron a la encuesta del Sipreba, “sólo el 38,59 % son mujeres o disidencias sexuales. La cifra asciende en la rama Radio, donde el 52 % de les respondentes son trabajadoras, pero baja considerablemente en TV, donde sólo hay 26.3 % de los puestos ocupados por mujeres y disidencias y en Prensa Escrita, con el 31,6 %. No es casual que en la rama donde hay mejores sueldos (TV) haya menor porcentaje de trabajadoras y que haya más en aquella con las condiciones más precarias (Radio)”.
Respecto a los salarios de las mujeres y las disidencias sexuales, “el 57.8 % cobra por debajo de la línea de pobreza. Esta situación agudiza la gravedad del cuadro que ya se vivía el año pasado, con la mitad (49,3 %) bajo esta línea. No obstante, el empobrecimiento salarial respecto al año pasado también se vio en el segmento de varones, que si en 2020 estaba por debajo de la canasta básica en un 37,5 %, este año lo hace en un 53 %”.
Entre las mujeres y disidencias que respondieron, “el 27,3 % manifestó tener ingresos inferiores a los de varones que realizan la misma tarea. Más de 8 de cada 10 cree que se trata de una discriminación por cuestiones de género”.
Y respecto a las “tareas de cuidado”, de las mujeres y disidencias con hijes o personas a cargo, “el 81 % afirmó que le dedica más tiempo que antes de la pandemia a las tareas de cuidado y el 93,5 % que su trabajo remunerado se vio afectado en alguna medida por esas tareas (trabajo no remunerado). Entre esa población, además, 3 de cada 10 afirmaron que se ocupan ellas solas de esas tareas”.
Sobre las violencias sufridas, el 9,4 % de las mujeres y disidencias sexuales que respondieron manifestó “haber sufrido alguna situación de violencia de género desde que comenzó la pandemia. El 28,57 % de las mujeres y disidencias que sufrieron violencia durante la pandemia la sufrieron en el hogar, mientras que el 71,42 % la sufrieron en el ámbito laboral. “Y, entre esa población, más de 6 de cada 10 la sufrió por parte de un superior”.
Pandemia
El informe de Sipreba recuerda que “desde el comienzo mismo de la pandemia el trabajo en Prensa fue declarado como ‘esencial’. Según registros de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, al 27 de mayo de este año en el sector de Información y Comunicación hubo 22 muertes por coronavirus y 3.349 contagios como resultado de la exposición durante la actividad laboral”.
Según la encuesta propia del sindicato, “en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 14,4 % de les respondentes del gremio tuvo covid. Esto supera a la media de casos de contagios de covid en general, que al 4 de junio correspondía al 8,7 % de la población nacional”.
Del total de personas contagiadas en el gremio, el 14,1 % cree que su contagio “se dio en el ámbito de trabajo”. Dentro de la rama TV, este porcentaje asciende al 20 %. Allí “el porcentaje total de contagiados también aumenta, ubicándose en el 18 %”, donde el 65 % de les trabajadores realiza tareas de forma presencial.
“Respecto a los protocolos, sólo un 38 % del total de les trabajadores afirmó que en su lugar de trabajo se cumplen de manera total, lo que ha generado diversos reclamos por parte de las comisiones internas y asambleas de trabajadores”, afirma el Sipreba.
También se consultó a les 900 trabajadoras y trabajaores de prensa sobre el “teletrabajo”. Del total que realizan sus tareas en la Ciudad de Buenos Aires (donde se concentra la mayor parte del trabajo de prensa del país), “el 67 % hace teletrabajo, el 14,6 % un régimen mixto y sólo el 18 % sigue haciendo su trabajo en forma totalmente presencial”.
En prensa escrita teletrabaja el 92 % de les encuestades. “Por el contrario, en la rama de prensa televisada se da el caso inverso: el 65,3 % sigue trabajando de manera presencial”.
Y se hace una referencia específica a “los costos del teletrabajo”, ya que a más de un año de la implementación del teletrabajo “y habiéndose legislado la ley que enmarca esta modalidad, las empresas siguen sin reconocer los gastos que tienen que afrontar les teletrabajadores para poder trabajar. La excepción es Págin|12, única empresa del sector que tras una larga serie de medidas de fuerza por parte de sus trabajadores accedió a pagar un plus de $ 720, equivalente a un tercio del costo del internet promedio”.
Para poder trabajar desde sus casas, “les trabajadores se ven en la obligación de pagar servicios de internet que merman su ya empobrecido salario. En este marco, el 68 % de les teletrabajadores paga servicios de más de $ 2.000. En cuanto a herramientas laborales, sólo a menos de 4 de cada 10 personas que realizan teletrabajo en prensa (el 38 %) la empresa les provee una computadora para teletrabajar”, denuncia Sipreba.
Además, afirma el sindicato, “durante el último año el 60 % de les respondentes que hacen teletrabajo tuvo que hacer una inversión para poder trabajar desde su hogar”.
Y sobre las “enfermedades laborales vinculadas al teletrabajo” se agrega que el 73 % de quienes lo hacen “tuvieron una patología vinculada a esta modalidad, como dolores musculares o contracturas (en dedos, cuello, espalda u hombros) por la falta de mobiliario adecuado, cansancio en la vista, dolor de cabeza, depresión, estrés, etc”.
“Según lo relevado en respuestas abiertas a la pregunta sobre ventajas y desventajas del teletrabajo, esta modalidad que se presenta como ventajosa por el ‘ahorro de tiempo de viaje’ y el ‘tiempo compartido por la familia’ encuentra entre sus principales desventajas el ‘desgaste de equipos propios’, el ‘aumento de la jornada laboral’, los ‘dolores corporales por la cantidad de horas frente a la PC en sillas no preparadas’ y otras cuestiones como la ‘falta de comunicación y contacto con los compañeros y compañeras’”, sentencia el Sipreba.
Conclusiones
El informe del Sindicato de Prensa de Buenos Aires concluye en que, “tras años de precarización, paritarias a la baja y despidos, el gremio de prensa se encuentra en estado crítico. En el último año y medio, con la pandemia del Covid-19 en primer plano, lejos de revertirse, la situación que alcanzó sus peores niveles en el período en que gobernó la alianza Cambiemos tendió a consolidarse”.
A su vez agregan que hay “otras problemáticas” importantes. “Por un lado, la generación de un empleo cada vez más precario y por fuera de los márgenes de los convenios colectivos de trabajo y leyes laborales vigentes. Por otro, la situación de la actividad en el marco de la pandemia. Desde el primero día fue declarada como ‘esencial’, lo que implicó que muchos trabajadores y trabajadoras tuvieran que realizar sus funciones de manera presencial”.
Desde Sipreba consideran que, “además de esencial, la actividad debe ser considerada estratégica en el plan de vacunación para evitar más contagios (e incluso muertes) de los que ya hubo en Prensa”.
A su vez destacan que es las empresas donde “continúan o comienzan a organizarse sindicalmente son los lugares donde los trabajadores y trabajadoras pudieron conservar y ampliar los derechos”.
Para ver el informe completo del Sipreba, hacé clic acá. |