Este martes asumió Daniel Funes de Rioja, el hombre elegido por la Unión Industrial Argentina (UIA) para representar los intereses empresarios.
Su llegada no sorprende. Es un hombre de la UIA desde siempre. Actualmente es el titular de la COPAL, que nuclea a las grandes alimenticias y la agroindustria. Pero sus servicios comenzaron mucho antes. En 1976, durante la dictadura, ya era representante de las patronales en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ya llegaremos a su currículum. Primero veamos cuáles fueron sus primeras definiciones.
Fiel a su estilo, Funes de Rioja marcó la cancha desde el arranque. En la conferencia de prensa virtual luego de la reunión del Consejo General Ordinario de la UIA que lo eligió, dejó claro el pensamiento empresario. Tres frases lo simbolizan.
“Estamos en contra del ‘triple cepo laboral’: la prohibición de despedir, la de suspender trabajadores y la doble indemnización”.
"Desde septiembre tenemos un dato positivo en términos de empleo austero, modesto, pero que se genera empleo en vez de destruirse".
“Queremos productividad desde el punto de vista laboral".
Ese es el plan “pospandemia” de la UIA. Tener más libertad y “menores costos” para descartar trabajadores (que igual se han seguido despidiendo), que los empleos que se generen sean más precarios y baratos, y que aumente la productividad a como dé lugar. No son los únicos lineamientos, pero son la base de un plan de guerra contra la clase trabajadora.
Algunos medios oficialistas quisieron ver una fuerte interna en la UIA y algunos roces con el Gobierno. Funes de Rioja vendría a ser una vuelta de tuerca a la gestión de Miguel Acevedo. Además toda la prensa económica promocionó un debate entre el empresario Ignacio De Mendiguren, actual funcionario, y la nueva directiva.
¿Cuál es la verdad?
Lo cierto es que la nueva conducción surgió de una lista de unidad entre las distintas cámaras empresarias. Para la UIA es un buen "lobbista" que pega duro pero negocia con todos los gobiernos.
Además, el nuevo presidente intentó mostrar un mensaje conciliador. "Creemos profundamente en el diálogo como mecanismo hacia las tres “C”, credibilidad, confianza y concertación, y para llegar a esa concertación, que no significa que todos piensen igual, sino desde visiones distintas, construir un modelo compatible” dijo el nuevo capo patronal.
Se ve que a Funes le gusta el número tres: el triple cepo, las “tres C”...
Lo cierto es que hasta ahora el Frente de Todos ha mostrado su disposición a “las tres C”. Ha concertado con los empresarios y centrales sindicales un ajuste que le ha dado credibilidad ante los poderosos de que los platos rotos se los cobrarán al pueblo trabajador; además ha viene generando confianza en el FMI de que seguirá pagando la deuda “cueste lo que cueste”.
Pero los empresarios siempre quieren más. Hay que ver cuánto se pueden sostener esos pactos con el malestar que crece.
Breve currículum de un pasado pesado
En La Izquierda Diario ya nos hemos encargado del hombre. Es que ha sido un defensor tan enfervorizado de los intereses de su clase, que dos por tres da la nota.
Como decíamos en ocasión de un cruce que tuvo con la diputada del PTS-Frente de Izquierda Unidad, Myriam Bregman, Funes es “el abogado del diablo”. ¿Por qué?
Entró a la UIA en 1967. Fue consejero y delegado por el sector empresario ante la Organización Internacional del Trabajo desde 1976. Mientras Funes de Rioja era representante patronal ante la OIT, eran asesinados y desaparecidos miles de delegados y activistas obreros, se intervenían sindicatos a punta de pistola y se prohibían las huelgas.
Fue, durante el gobierno de Videla, asesor del Ministerio de Planeamiento de la Nación, desde donde se hacían millonarios negociados con las obras públicas y los amigos de la patria contratista.
Es miembro honorario de la Academia Nacional de la Empresa. Lo han acompañado en ese proyecto Eduardo Zavalía, Eduardo Roca y Alejandro Estrada, referentes de lo más rancio de los patrones locales y funcionarios de la dictadura.
Fue uno de los grandes ideólogo de las reformas laborales, como dirigente de la UIA, y también como funcionario del gobierno de Menem. Desde la COPAL, además, cobijó una buena relación con Rodolfo Daer. Juntos fueron precursores de la flexibilización laboral, con el convenio de la alimentación 244/94 que lleva estampadas sus firmas.
Fue condecorado por Alvaro Uribe, el derechsta presidente colombiano. Al entregarle el premio le dijo: “usted ha hecho lo difícil, lo que necesitamos en Colombia, que es creer en nuestra empresa privada, en nuestros empleadores, en sus principios cristianos y democráticos”. Los empresarios y el Estado colombianos - cristianos y democráticos - ya llevan asesinados 3200 sindicalistas desde 1980. Las más acusadas son las empresas alimenticias, como Nestlé y Coca-Cola, que también integran la COPAL en Argentina.
No solo es abogado. También es empresario. Fundador de Task Solutions, que en su momento tercerizaba el servicio de call centers de las grandes empresas telefónicas, en Córdoba y Buenos Aires. En su momento el abogado-patrón fue denunciado por tener a sus 2000 empleados enrolados en el sindicato... metalúrgico.
En sus apariciones mediáticos o como columnista asiduo de La Nación, nos ha dejado frases memorables: “el piqueterismo sindical es un abuso" (para criticar cortes), “si se reconociera en forma indeterminada, podrían generarse fórmulas anárquicas” (para reclamar límites para el derecho de huelga), aunque su hit de cada año es: “se necesita racionalidad en las paritarias”).
Por todo eso, malvenido señor Funes de Rioja. |