Sin embargo, los analistas advirtieron que es muy pronto para decir si la corrección ha terminado, y señalaron que el ritmo de desapalancamiento se está acelerando y el funcionamiento del mercado está distorsionado por el hecho de que más de la mitad de las firmas cotizadas del país detuvieron sus operaciones.
El índice compuesto de Shanghái saltó un 5,8 por ciento, a 3.709,33 puntos, su mayor alza desde marzo del 2009. El índice CSI300 de las principales acciones que cotizan en Shanghái y Shenzhen repuntó un 6,4 por ciento, a 3.897,63 puntos.
La mayor parte de las 1.401 acciones que aún cotizaban en Shanghái y Shenzhen subieron a su límite diario de un 10 por ciento. Sólo cuatro valores cayeron.
El mercado recibió el apoyo de unas medidas drásticas reveladas por el regulador de valores, que ordenó bajo amenazas a los tenedores de acciones con participaciones de más del 5 por ciento que no vendan acciones en los próximos seis meses.
Pero algunos analistas cuestionaron si el mercado realmente se está estabilizando tras caer un 30 por ciento desde mediados de junio.
"Está lejos de llamarlo una victoria para los rescatistas, ya que más de la mitad de las compañías cotizadas no están negociando en el mercado", dijo Du Changchun, analista de Northeast Securities en Shanghái.
Él agregó que el Gobierno aún tiene que anunciar nuevas medidas para contrarrestar la presión vendedora de los inversores que buscan reducir su exposición al riesgo.
A diferencia de los mercados de valores en otros países, dominados por grandes fondos y gestores profesionales, el 85% de las cuentas en China pertenecen a pequeños inversores, la gran mayoría de los cuales carece de conocimientos financieros. Muchos de ellos han llegado a la Bolsa estos últimos meses atraídos por la gran rentabilidad. El índice de Shanghái se había revalorizado más de un 150% en el último año y el de Shenzhen un 200% antes del desplome. El precio de las acciones de algunas firmas tecnológicas llegó a subir un 4.200%.
Muchos inversores se endeudaron para comprar más acciones, y ahora casi todos abandonan los parqués a un ritmo mucho más rápido del que entraron, independientemente de lo que hagan las autoridades. Con el valor de las acciones chinas todavía un 75% más alto que hace un año, los analistas anticipan nuevas caídas a corto plazo.
El dólar, el resto de las bolsas y los commodities
Las acciones estadounidenses cayeron abruptamente el miércoles por el temor a que la caída en picada de las acciones chinas podría desestabilizar a la segunda economía más grande del mundo.
Frente a la moneda japonesa, el dólar subía un 0,6 por ciento a 121,41 a yenes, alejándose de un mínimo en siete semanas de 120,41 unidades que tocó el día anterior cuando cayó un 1,5 por ciento.
El declive del miércoles de la moneda estadounidense frente al yen ayudaba al euro, que subía a 1,1082 dólares.
Las materias primas, que no han sido inmunes al retroceso en la renta variable mundial esta semana, también lograban un respiro.
Los futuros del petróleo en Estados Unidos avanzaban un 1,6 por ciento, a 52,48 dólares el barril, pero aún acumulan una caída de casi un 8 por ciento en lo que va de semana.
Los futuros del cobre en la Bolsa de Metales de Londres sumaban un 0,9 por ciento, a 5.569 dólares la tonelada, después de alcanzar el miércoles un mínimo en seis años de 5.240 dólares la tonelada.
Fuente: Reuters/Redacción La Izquierda Diario |