Entrevistamos a un joven afroargentino, miembro de laComunidad de La Izquierda Diario, sobre los dichos racistas de Alberto Fernández. Alexander tiene 31 años, es comunicador, músico y docente en una escuela pública en la villa 21-24, en Ciudad de Buenos Aires y en otra de la Matanza, González Catán.
"Mi primera impresión cuando escuché el discurso del presidente fue indignación y negación de mi propia identidad. Cuando escucho sentidos comunes instalados como ese, siento que desaparezco, siento que las millones de personas que son afrodescendientes, las millones de personas que son descendientes de pueblos originarios, desaparecen", comienza Alex.
"Luego pidió disculpas e hizo referencia a los pueblos originarios por twitter", continúa, "pero el discurso fue bastante interesado, frente al Presidente de España: lo entiendo completamente funcional al contexto económico y político de presión del FMI, con lo que no estoy de acuerdo". Y agrega: "Lo encuentro muy parecido a cosas que hemos visto en Mauricio Macri. Es una expresión fiel del colonialismo, seguimos siendo un país dependiente, y cultural, política y socialmente, colonizado".
De la "selva" y los "barcos"
"Viendo que hubieron pronunciamientos especialmente de pueblos originarios, me quiero concentrar en visibilizar la identidad afroargentina", abre Alexander.
"Ciertamente venimos de los barcos, esclavizadores. Siempre se habla de la parte europea y poco se habla de la cantidad de barcos que secuestraron personas de África y las trajeron a trabajar explotadas acá", contesta a la frase presidencial.
"Es importante saber que este país, que este Estado Nación, fue fundado gracias a la explotación de las personas de pueblos originarios y que cuando consideraron que no eran lo suficiente fuertes, fueron a buscar a África a personas para continuar con la explotación de los recursos de este continente", explica. "La mitad de las personas morían en viaje, luego llegaban a diferentes puntos: Río de Janeiro, Río Grande, Montevideo, Buenos Aires"
El mito de la desaparición
"Parte del sentido común habla de que las personas afrodescendientes desaparecieron por la fiebre amarilla o que murieron en las guerras de la independencia. Esta idea fue promovida por el Estado Nación argentino, para sostener ante todo la identidad blanca europea, por sobre cualquier otra identidad. Esta lógica la podemos leer en Mitre, en Sarmiento, fue parte de una política. Esa fue la idea que se quiso instalar y que se logró instalar, por algo el presidente la reproduce", explica Alexander.
Desde la abolición de la esclavitud, la fuerte presión racista continuó siendo una política de Estado que llevó a que las personas negras decidieran formar familia con personas blancas, buscando que sus hijos tuvieran mejores posibilidades de acceso a la educación o al trabajo.
En el último censo del año 2010, al rededor 150 mil personas se identificaron con afrodescendientes, pero según explica Alexander, podrían ser muchísimas más: "Lo que ocurrió es que fenotípicamente o físicamente, al pasar los años y al haber mestizaje entre las personas, se fueron perdiendo los rasgos, lo cual no significa que hoy día no haya cantidad de personas de tez clara o con rasgos caucásicos, que son personas afrodescendientes también". Y agrega: "Conozco muchas personas que toda la vida se identificaron como descendientes de europeos, pero que mirando álbumes familiares, encontraron algún tatarabuelo, algún bisabuelo negro o negra".
Para Alexander, esto es importante para la recuperación histórica de la identidad negra argentina, ya que los documentos oficiales sobre la trata y gran parte del registro sobre las primeras comunidades afroargentinas "han sido adrede desaparecidos". "Asumir que hay ciertos rasgos característicos y únicos que expresan la identidad afrodescendiente, es una lógica colorista y colonialista", sentencia.
Raíces afro en la cultura
"Bombo, mambo, son palabras y creaciones afro. Los quilombos eran espacios donde se organizaron políticamente como un gesto de resistencia, también en alianza con pueblos originarios. La lógica colonial estigmatizó estas formas de organización y le dio un valor negativo y hoy es sinónimo de desorden o caos, también fue usada de manera peyorativa frente a la prostitución. Podemos ver la influencia afro en expresiones musicales como el folclore y el tango en su forma musical misma, además de los instrumentos o en expresiones como el carnaval", amplía Alexander, sobre el aporte de la población afro en la cultura argentina.
En las aulas
Al cerrar la entrevista, Alexander habla la realidad que viven las familias en los barrios donde él da clases.
"La situación es bien grave. Por un lado porque la situación económica es tremenda, el aumento de precios, la inflación, estamos hablando de familias trabajadores. Y con respecto a los chicos y a mi rol docente, vemos dos situaciones: por un lado, lo falso de la pretensión de virtualidad para los chicos y chicas siendo que no hay computadoras que no hay dispositivos, que no hay conectividad ni servicio. Y por otro lado también, lo que pasa en relación a las canastas alimentarias que no son suficientes, que caen en nosotros y nosotras como docentes, la tarea de avisar que no hay suficientes leches para entregar, entonces es bien difícil la situación de verdad. Es una realidad que ya estaba, pero en este contexto se acentuó", relata, aclarando que es una situación que se vive en todos los colegios.
Para finalizar, Alexander nos cuenta cómo trata la temática afro con los jóvenes: "Como docente intento tratar el tema del racismo de manera cotidiana porque hay sentidos comunes automáticos que llevan a la extranjerización o a la negación de la identidad de los pueblos originarios y afrodescendientes, argentina. Es necesario que la educación de nuestro país incluya estos temas, que se visibilicen las identidades subalternizadas. Es una manera de reparar, a pequeña escala, pero es una manera de reparar". |