Lo que se entiende por trabajo infantil son aquellas actividades laborales o productivas, sean o no remuneradas, que involucra a menores de 16 años. Es, en otras palabras, la explotación de menores de edad y una problemática que bajo el capitalismo lejos de terminar recrudece con cada crisis como la pandemia. Unicef estima que unos 150 millones de niñas y niños de entre 5 y 14 años —es decir, 1 de cada 6— son víctimas de esta realidad.
El informe de la Dirección Provincial de Promoción de Empleo Digno es una muestra de cómo la crisis económica impacta sobre las infancias. En una región donde la pobreza en la franja de los 0 a 14 años trepó del 56,3 por ciento en el primer semestre del 2020 al 57,7% el segundo la situación es crítica y agrava las condiciones de vulnerabilidad de estas infancias.
El 8,6% de los niños y niñas de la región pampeana realizan al menos una actividad productiva. En las zonas urbanas el número es del 6,6 por ciento y trepa al 19,3 por ciento en el ámbito rural. Las niñas sobre todo se desempeñan en actividades domésticas intensivas mientras que los varones se desarrollan en actividades mercantiles y de autoconsumo. A la explotación se suma una división sexual del trabajo.
El gobernador Omar Perotti lejos de dar una respuesta a las infancias y adolescencias de la provincia responde con recetas represivas. En los barrios los niños y adolescentes son víctimas de la persecución policial y la violencia institucional. En una semana la policía de Santa Fe desalojó dos asentamientos donde viven familias y niños: uno en Reconquista donde desalojaron violentamente un predio con 400 familias y esta mañana en Barrio Copello en Capitán Bermúdez. Por otra parte, no hay conectividad en los barrios para que todos puedan acceder a la educación.
En el Día Mundial Contra la Explotación Infantil desde La Izquierda Diario publicamos un dossier con una extenso análisis sobre la realidad de las infancias y adolescencias trabajadoras en gran parte de nuestro país. Un sistema donde la explotación y la opresión se llevan hasta las infancias y adolescencias merece perecer. Es necesario luchar por un sistema libre de estas cadenas y donde las niñas, los niños, los adolescentes puedan acceder plenamente a sus libertades y derechos como el ocio, a la educación, a la salud. |