"Hoy me levanté con el pie izquierdo", le oía a mi madre en mi infancia, cuando algo no salía como había esperado. Una forma de mencionar la "mala suerte" sin nombrarla, para varias generaciones y en muchísimas culturas. Por el contrario, entrar a un lugar con el pie derecho se cree que convoca a la buena suerte para que nos acompañe en aquella entrevista laboral, examen o cita amorosa que nos espera al cruzar la puerta.
Los templos griegos de la Antigüedad tenían gradas con un número impar de escalones, para poder empezar y terminar la subida con el pie derecho. Daban el saludo de bienvenida con la mano derecha, símbolo de confianza, que es la misma mano que levantaban para orar, como también lo hacían las civilizaciones antiguas de la Mesopotamia, en el cercano oriente. En los antiguos textos religiosos judíos también se encuentran significados similares atribuidos a los lados: mientras a la derecha de dios está la vida, a su izquierda está la muerte. Por eso también la Biblia narra que Jesús ascendió a los cielos y está sentado "a la derecha de dios padre". En la iconografía de la crucifixión, se podrá ver la inclinación de la cabeza hacia la derecha, donde estaría crucificado el buen ladrón, mientras el mal ladrón se encontraba a la izquierda.
En latín, izquierda se decía sinister y de allí proviene la palabra siniestro que significa que algo está "a la mano izquierda", pero también que es infeliz, funesto, malintencionado porque así entendían los adivinos de la antigüedad que eran los augurios que traían los pájaros cuando su vuelo era a la izquierda del observador. Estos adivinos formaban un consejo presidido por un "pontífice" que portaba un báculo. Figuras que, siglos más tarde, podemos entrever en el Papa y los cardenales de la Iglesia Católica.
Estaba tan arraigado en la cultura antigua esta asociación de la izquierda con el mal agüero que, en el castellano, lentamente se fue sustituyendo la palabra sinistra para referirse a la mano izquierda, por distintas transformaciones del vocablo vasco mucho más antiguo de ezkerra, que significa "la mano torcida" o "la mano torpe".
La desobediencia tiene género femenino
Esta asociación de la izquierda con lo maligno, que se encuentra en casi todas las creencias religiosas, cargó de significados toda la Historia de la humanidad.
Durante la Edad Media, se suponía que el diablo poseía a las mujeres, a las que convertía en brujas, cuando ellas le besaban su mano izquierda y éste, con una uña de esa mano le hacía una marca en algún lugar del cuerpo.
La figura de las brujas -esas mujeres horribles, viejas y malvadas, que provocan maleficios siniestros- aparece en todos los cuentos tradicionales medievales que se transmitieron de generación en generación, hasta llegar a la industria del cine con Walt Disney en el siglo XX. Pero ¿quiénes fueron, en realidad, estas mujeres, acusadas por la Iglesia de no ir por el camino derecho que señalan las sagradas escrituras, sino de desviarse hacia lo "siniestro"? ¿Quiénes fueron estas mujeres sometidas a brutales interrogatorios, a escarnios, torturas y finalmente quemadas en hogueras por la Inquisición?
En su mayoría eran mujeres que ya habían pasado su etapa reproductiva, viudas o solteras, sin hijos, campesinas que vivían apartadas de la comunidad, aisladas o con otras mujeres de su misma condición. Eran las que utilizaban su conocimiento de las hierbas y los ungüentos para ayudar a las mujeres jóvenes a curar enfermedades, regular la fertilidad, evitar la concepción, abortar o parir. Para la Inquisición, estas mujeres eran elementos perturbadores del orden social establecido. Lo más reprochable para el poder religioso era que se trataba de mujeres independientes, cuyas vidas transcurrían alejadas de los hombres y, por tanto, habían tenido que desarrollar capacidades y realizar actividades que sólo estaban permitidas para ellos. Mujeres que no cumplían con los mandatos de la maternidad y la domesticidad que les reservaba la Iglesia. Por eso se convirtieron en el blanco de ataque de la Iglesia católica que, estrechamente unida al poder de los señores feudales, era propietaria de la tercera parte de la tierra del mundo católico y se adueñaba de la décima parte de las cosechas de los campesinos.
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La desobediencia viene por izquierda
Si la religión impuso la valoración que a la derecha está la luz, lo bueno y piadoso, no es extraño que a quienes se rebelaron contra el orden establecido por la Iglesia y el poder feudal se las acusara de seguir el "camino izquierdo" guiadas por el diablo.
Una analogía interesante para pensar, metafóricamente, a la izquierda política que desafía la dominación de una clase parasitaria que vive a expensas de la explotación de millones de seres humanos. Sin embargo, las denominaciones de derecha e izquierda, en política, tienen un origen totalmente casual en la Revolución Francesa de 1789.
El 28 de agosto, los que estaban sentados a la derecha del presidente de la Asamblea Constituyente, propusieron un gobierno monárquico hereditario, la inviolabilidad del Rey y plena separación de poderes; una cámara baja compuesta por diputados elegidos por el pueblo y una cámara alta compuesta por senadores elegidos por el rey. También proponían que el rey tuviera poder de veto sobre la legislación, con el propósito de moderar el proceso revolucionario en curso. Quienes estaban sentados a la izquierda del presidente de la Asamblea, se opusieron a los anteriores, representando lo que el pueblo expresaba en las calles: ¡ningún poder al rey!
Desde la Revolución Francesa, la derecha quedó relacionada con el conservadurismo y la restauración de los valores del poder opresor; mientras la izquierda será vinculada a los derechos y libertades democráticas, la defensa de la educación y la ciencia contra la superstición y el oscurantismo clerical, la crítica radical al sistema social y político.
Por eso, en sus orígenes, el movimiento obrero en su lucha contra la explotación, se organizó alrededor de las ideas de la izquierda política, reuniendo el descontento de la clase trabajadora con la miseria social a la que se veían condenados, con las doctrinas de los socialistas y otros pensadores "de izquierda" que explicaban el origen de esos padecimientos en el funcionamiento del sistema capitalista.
Quienes hacemos La Izquierda Diario, te invitamos a levantarte todas las mañanas, con el pie izquierdo. Para que la "mala suerte" sea para los patrones, los burócratas sindicales y los políticos tradicionales que hacen que los poderosos conserven su dominio. Claro que sabemos que no dependerá del vuelo de los pájaros, ni de ninguna superstición, sino de que la enorme fuerza social de los explotados y oprimidos se organice para vencer y mande el capitalismo al basurero de la Historia, de una patada… con el pie izquierdo.