La ministra de Salud de la nación, Carla Vizzotti y el ministro del interior, Wado de Pedro llegaron a Córdoba ayer por la tarde para traer “equipamiento, vacunas, e insumos médicos para fortalecer y acompañar la gestión de la pandemia en Córdoba”, según informaron. Junto a ellos también estuvo la directora Ejecutiva del PAMI, Luana Volnovich.
El aporte que hace el Frente de Todos para fortalecer el sistema de salud, según dijeron, son 10 respiradores, 124.800 dosis de vacuna contra el coronavirus, 28.800 test de antígenos y 18.800 barbijos y equipos de protección personal para toda la provincia. Un aporte mas que insuficiente en una provincia que tiene hospitales llenos y personal de salud agotado.
Para los trabajadores de la salud este aporte de la nación es un chiste, “¿que hacemos con 10 respiradores? hace una semana que tenemos un 83% de camas ocupadas pero es chamuyo porque tenemos pacientes con pedido de cama de terapia intensiva hace 10 días”. Y aseguran “estamos laburando muchísimo, estamos quemados”.
Además, hay que contabilizar cuatro trabajadores de salud fallecidos en la segunda ola. Claudia Juárez era técnica en hemoterapia en el Hospital de Niños y a pesar de encontrarse de licencia por ser persona de riesgo, contrajo el virus y falleció. Santiago Gerónimo, médico y jefe de la guardia del Hospital Regional Arturo U. Illia de Alta Gracia, Gustavo Brizuela, médico en el Hospital San Roque y Claudia García, enfermera del Hospital Misericordia dejaron la vida trabajando en un sistema de salud empachado y colapsado, con escasez de insumos como respiradores de alto flujo, o equipos de protección mal administrados.
Tanto el Frente de Todos como el PJ del gobernador Schiaretti insisten en que no hay mas del 80% de las camas críticas ocupadas, que el colapso sanitario no llegó, sin embargo los hospitales siguen improvisando lugares para atender a pacientes covid porque ya no hay salas disponibles.
Esta semana se viralizó un video en el que una mujer cuenta que gracias a la voluntad de dos médicos su papá pudo ser internado en la sala de anestesias del hospital Misericordia. En el video dirigido al ministro Diego Cardozo, la mujer dice “usted ministro que juega con la salud de todos los cordobeses, como puede decir por todos lados que hay un 85% de ocupación y mi papá no tiene una cama... Por generosidad de un médico del hospital mi papá está siendo atendido en una sala de anestesia porque es en el único lugar donde hay un respirador artificial”. Además responsabilizó al ministro por la salud de su padre y denunció la falta de médicos, “hay solo dos pediatras para atender a todos los internados del hospital Misericordia”.
Estos testimonios desnudan la realidad que se vive adentro de los hospitales, lejos del discurso oficial que insiste en culpabilizar de manera individual la falta de cuidados y la propagación de contagios. A esto mismo se refirió Vizzotti, ministra de salud de la nación, ayer por la tarde, “convocamos a las cordobesas y cordobeses a que se sumen a ese rol individual que tiene impacto colectivo y acelerar el descenso de los casos”.
A pesar de estos dichos, las y los trabajadores saben que la mayoría de los contagios suceden en las fábricas y empresas que implementan protocolos insuficientes o inexistentes, en los colectivos llenos de gente, que deben tomar para ir a trabajar, exponiéndose al contagio por la avaricia de unos pocos millonarios que especulan con las vidas trabajadoras para aumentar sus ganancias.
Con una provincia que cuenta con una fábrica de respiradores de las más importantes del país, exportadora a nivel mundial, es increíble que estemos en una situación de colapso sanitario donde las camas con respiradores sean un bien escaso o nulo.
Por eso es necesario presupuesto de emergencia ya, que se declaren de interés público todas aquellas fábricas y laboratorios que pueden producir vacunas e insumos hospitalarios. Ya es momento de reordenar las prioridades, porque la vida de los trabajadores importa. | 
