El discípulo de Jaime Guzmán postula por tercera vez a la presidencia de Chile y si bien se proyecta como la carta más fuerte en la coalición de Chile Vamos, sigue sin convencer a los sectores de empresarios más conservadores.
Aun así esta semana presentó las bases programáticas de su candidatura presidencial, y agregó, en declaraciones, que "El detalle del programa lo vamos a entregar el fin de semana y obviamente que después será complementado con el aporte del resto de los candidatos cuando ya hayan terminado las primarias de Chile Vamos".
Entre los ejes de su programa se encuentran:
- Recuperar empleos potenciando la infraestructura y el emprendimiento mediante un subsidio al trabajo.
- Sueldo mínimo de $500.000. En el caso de las empresas grandes, esto se hará a través del sueldo mínimo y en el caso de las pymes, al sueldo mínimo el Estado le entregará un suplemento que le permita el ingreso mínimo de $500 mil.
- Reforzar la figura de un Estado Unitario aumentando recursos a los municipios y la nueva figura de gobiernos regionales.
- Fondo solidario de pensiones y de salud que termine con una parte de la lista de espera.
- Dotar a la policía de tecnología y equipamiento para enfrentar delincuencia y narcotráfico.
- No a la legalización de la marihuana.
- Educación de mercado.
- Mantener el agua como un bien de consumo.
- Economía verde con neoliberalismo.
Nada en el programa del pinochetista Lavín apunta a resolver los cuestionamientos al régimen de los 30 años y las demandas que ha levantado desde el estallido social la clase trabajadora y los sectores más precarizados e invisibilizados, presenta un programa que será subsidiado a costa del trabajo y explotación de la gran mayoría.
Por el contrario, presenta un programa presidencial que busca seguir manteniendo el modelo neoliberal, con medidas que decoran un sistema pro empresarial se mantendrá una estructura que sostiene miseria y precariedad para las grandes mayorías.
Si a esto le sumamos las definiciones de su agenda valórica “al estilo del papa Francisco” nos encontramos frente a una propuesta de gobierno de corte ultra conservador, pro violaciones a los derechos humanos, y contrario a los derechos de los cuerpos gestantes que desean decidir libremente sobre su condición.
Hoy y al más puro estilo de la dictadura, este defensor férreo de Pinochet cuando estuvo preso en Londres y cómplice de las violaciones a los derechos humanos desde hace casi 48 años, y que sigue en completa impunidad por esa defensa, no tiene problema en condenar a la y los presos del estallido social tratándolos de violentos, porque "él esta del lado de la paz", por lo que toda esa violencia debe ser condenada. Así de osado es el ex funcionario de la dictadura y que hoy busca obscenamente ser presidente de Chile.
Sólo una alternativa de las y los trabajadores, independiente a la derecha y a los partidos de los 30 años, en perspectiva de una huelga general, y que afecte las fortunas de los grandes empresarios podría dar una real respuesta estructural a las demandas planteadas en las calles: como educación, salud, vivienda y pensiones, podrá poner en jaque este régimen heredero de la dictadura y que Lavín quiere mantener. | 
