La política frente a la interrupción del embarazo, ha sido una constante contradicción en el gobierno de la 4T. Mientras personajes como Claudia Sheinbaum se posicionan por la despenalización del aborto -mas no por la legalización- y en un inicio López Obrador hablaba de una consulta popular, congresistas del Morena han votado en contra en los seis estados donde se han rechazado proyectos de ley para avanzar en la despenalización.
Uno de los ejemplos más claros es el de [Célida López-https://www.laizquierdadiario.mx/Celida-Lopez-contra-el-derecho-a-decidir-la-voz-del-privilegio], ex alcaldesa de Hermosillo por el Morena, calificó a las mujeres que luchan por el derecho a decidir de “taradas” y agregó “abres las piernas o las cierras, estás tomando absoluto control de tu cuerpo.” Tal vez otro de los casos que mejor expresan la heterogeneidad política al interior del Morena frente a los derechos reproductivos, es el de Lily Téllez, quien terminó por irse al derechista PAN.
En el 2019 diputados y diputadas en Colima llamaron a no votar a congresistas que estuvieran a favor del derecho al aborto. En el mismo año Celia Alonso Rodríguez y Juan Carlos Leal Segovia legisladores del Morena votaron contra el aborto. A ellos se suma Yasmín Esquivel Mossa, ministra de la Suprema Corte, quien se declara “a favor de la vida”, como cínicamente le gusta llamarse a los conservadores anti aborto.
La secretaria de gobierno no es ninguna excepción, pues en distintas ocasiones ha declarado estar “en contra del aborto y a favor de la vida” a pesar de estar contra la penalización.
La promesa de una ley a nivel nacional para avanzar con la despenalización del aborto, lleva desde el primer año de gobierno del Morena en el aire, lo único con lo que se ha avanzado es con la despenalización en Oaxaca y por el contrario. La propia secretaria declaró que ni siquiera habría consulta popular pues las mujeres decidirían a través de sus representantes en los congresos locales sobre esta ley.
El problema de esto es que los congresistas de los partidos del régimen, no representan a las mujeres y mucho menos somos tomadas en cuenta a la hora de votar leyes, pues estas las elaboran y votan a espaldas de las y los trabajadores.
A todo esto se suma que si bien la ley de despenalización es un avance frente a la situación de la mayoría de los estados, en realidad no garantiza el derecho al aborto, pues lo que se legisla es que las mujeres no vayan presas por interrumpir su embarazo, sin embargo el Estado no es quien asegura la posibilidad de hacerlo de manera gratuita pues en los hospitales y clínicas este procedimiento no existe. Además, para que cualquier mujer que lo desee o necesite pueda abortar, debe garantizarse que exista educación sexual en todos los niveles educativos.
De no ser así, las únicas mujeres que pueden abortar de manera segura son aquellas que pueden costearse una clínica privada o un viaje a la Ciudad de México y además el costo del ILE, teniendo que gastar por lo menos al rededor de 2,500 más el traslado.
¿Hasta cuándo Sánchez Cordero seguirá declarando hipócritamente su “apoyo al derecho a decidir” y apropiándose de las consignas del movimiento de mujeres siendo parte de un gobierno que por acción y omisión aporta a las muertes por aborto clandestino?
Las posiciones al interior del morena claramente no son homogéneas frente a la cuestión del aborto, pero lo que sí es homogéneo es dejar la decisión de legislar sobre este derecho básico y fundamental a lo congresos locales, donde sus propios miembros votan junto a los derechistas del PAN y el PRI, contra el derecho a decidir, mientras cínicamente hacen política con nuestras demandas.
Las mujeres y diversidad sexual de Pan y Rosas somos parte del movimiento de mujeres que históricamente ha peleado en el país y a nivel internacional por el aborto libre, legal, seguro y gratuito para todas las personas gestantes y que en los últimos años ha hecho retumbar el mundo con la marea verde.
Sabemos que no serán los partidos del régimen quienes nos otorguen este ni ningún derecho, o únicamente lo harán parcialmente votando la despenalización. No son ellos ni ellas nuestres aliades, por el contrario son el conjunto de las mujeres trabajadoras, quienes resentimos de mayor manera el peso del patriarcado y su alianza con el capitalismo, que nos impide a decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos, junto a nuestros compañeros varones de clase, quienes junto al resto del movimiento de mujeres, debemos pelear para que el aborto sea ley.
¡Que la marea verde no pare! |