Dialogamos con los trabajadores de los Centros de Convivencia Barrial, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Humano y Habitat para que nos cuenten cómo viene la pelea que comenzó hace unos meses por mejores condiciones sanitarias y por la inclusión en el cronograma de vacunación.
¿Cómo viene la pelea por la vacunación para los trabajadores de los Centros de Convivencia Barrial?
Viene muy bien, quedan pocos compañeros sin vacunarse. Se nos dice que las vacunas estaban pedidas pero nosotros confiamos en que se consiguieron gracias a la organización y la lucha. Aunque se nos diga que la nueva gestión tiene como plan jerarquizar la Secretaría, hasta que no veamos cambios no lo creemos. Esta demora en nuestras vacunas habla claramente de eso. Consideramos que ni siquiera deberíamos haber tenido que solicitarlas. Es un área de la municipalidad históricamente dejada de lado, con los peores sueldos, los contratos más precarios y el presupuesto más bajo. Como trabajadores creemos que es hora que el ejecutivo municipal ponga sus ojos –y también su presupuesto y sus políticas- en los barrios para trabajar seriamente con las poblaciones más vulneradas de la ciudad. Todos sabemos que se aproximan tiempos difíciles para todos, pero sobre todo para los que menos tienen.
Llegó el momento de priorizar honestamente a las poblaciones más empobrecidas de Rosario y eso es muy difícil con trabajadores empobrecidos.
¿Qué opinan del paro de la FESTRAM del jueves pasado?
En nuestra asamblea participamos trabajadores del Sindicato de Trabajadores Municipales (STMR), de ATE, hay compañeros con doble afiliación y compañeros no afiliados. Es muy heterogénea sindicalmente y la idea principal es el respeto por esa mixtura y la construcción desde allí. El paro es la herramienta de lucha más clásica de los trabajadores desde hace décadas y las vacunas se volvieron fundamentales en estos tiempos. Compartimos con la gestión municipal que la política de vacunación a nivel nacional no ha sido de las mejores y por eso actuamos a favor de la lucha para que los trabajadores seamos vacunados.
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¿La municipalidad respondió al pedido de sanitizantes para el trabajo que desarrollan ustedes?
Si. Luego de dialogar con el Secretario Nicolás Gianelloni, el 18 de marzo de este año, se agilizó la entrega de recursos necesarios para el trabajo presencial en contexto de pandemia. El alcohol se envió a la mayoría de los CCBs cuando comenzó la pandemia. Nuestro reclamo tuvo que ver con barbijos (sobre todo para atender a población que se acerca a las instituciones sin usarlo), termómetros, máscaras, un protocolo específico para nuestras instituciones y sobre todo vacunas.
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¿Cómo fue el trabajo el trabajo en estos dos últimos meses de pandemia estricta?
Los CCBs son instituciones muy diferentes entre sí. Hay multiplicidad de edificios, multiplicidad de cantidades de recursos (teléfono, internet, impresora), algunos tienen muy pocos recursos. Los equipos están constituidos de diferentes maneras y con diversa cantidad de trabajadores. En algunos se acompaña muy de cerca al equipo del Centro de Salud cercano, en todos se atienden situaciones, se entregan cajas de alimento, se hacen visitas a familias del barrio, se trabaja en conjunto con otras instituciones (escuelas, otras direcciones dentro de la municipalidad, compañeros de los Centros de Salud), se acompaña a algunos niños en situaciones complejas, particularmente en este contexto se imprimen tareas escolares, se ayuda con tareas escolares, en muchos se tramitan turnos de DNI, IFE, ANSES, bancos, etc. Siempre seguimos trabajando, igual que el año pasado. Nuestra medida de fuerza tiene que ver con las actividades grupales, consideramos que la situación no está dada para llevarlas adelante. Todo lo otro se siguió adelante. Eso otro que quizás sea la parte de nuestro trabajo más cotidiana. Es un parte muy importante ese “estar ahí” y la que más les cuesta ver a los jefes y directivos que no han tenido experiencia de trabajo en los barrios (la mayoría de ellos). |