Izquierda Diario / EFE
27/08/2014
El Gobierno alemán presentó un informe y paquete legislativo con el que quiere impedir que los inmigrantes de la Unión Europea "abusen" de su sistema de seguridad social y ratificó que limitará a seis meses la estancia para quienes llegan al país buscando empleo.
Los ministros de Interior, Thomas de Maizière, y de Trabajo y Asuntos Sociales, Andrea Nahles, presentaron en rueda de prensa el documento y aseguraron que su objetivo es luchar contra el fraude y los abusos.
Sin embargo, las medidas afectaran a todos las personas sin nacionalidad alemana, limitando el permiso de residencia de los inmigrantes comunitarios que buscan empleo y prohibiendo temporalmente que vuelvan a entrar en el país aquellos que cometan fraude con ese permiso o con las prestaciones sociales, prácticas que serán penalizadas.
El Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas presentó en marzo un avance del proyecto ante su extendido temor a que el país se convierta en destino de importantes flujos de rumanos y búlgaros, la que en Alemania se denomina "inmigración de la pobreza".
Si el inmigrante europeo no tiene expectativas de encontrar un empleo, explicó el ministro, se cancelará su permiso de residencia a los seis meses y estará "obligado" a abandonar el país.
Las consecuencias prácticas si no lo hace, precisó ante las dudas planteadas, será que perderá los derechos inherentes a ese permiso, como la asistencia sanitaria u otras prestaciones sociales.
En el documento se apuesta asimismo por endurecer las condiciones para acceder a determinadas prestaciones, como las que se cobran por los hijos a cargo.
El informe fue criticado por la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) y por los Verdes, en la oposición parlamentaria, que acusaron al Gobierno de reaccionar ante un problema inexistente y de no aportar datos que demuestren que haya un fraude masivo o relevante en el país.
El informe presentado muestra el importante incremento del número de inmigrantes que ha acogido Alemania en los últimos años procedentes del este de Europa.
De los poco más de 35.000 ciudadanos rumanos y búlgaros que llegaron al país en 2004, se pasó en 2012, últimas cifras presentadas por el Gobierno, a más de 180.000.
A finales de 2013 residían en Alemania 3,1 millones de ciudadanos procedentes de otros países de la UE, algo más de 414.000 originarios de Rumanía y Bulgaria, los países con más rápido crecimiento.
El número de españoles residentes en Alemania se situaba en diciembre de 2013 en 135.539, frente a los 108.278 que se registraban en 2004.
Más allá de las justificaciones de los responsables del gobierno alemán, estas medidas contrarían todo el discurso de la “libre circulación” y la “unidad europea”. Ante la crisis, todos los gobiernos europeos están aumentando las restricciones para el ingreso de inmigrantes, especialmente aquellos provenientes de fuera de Europa. Pero también se endurecen las medidas contra la migración procedente de los países más pobres de Europa como Rumania y Bulgaria y de aquellos que están en crisis, como el Estado español y Portugal. |