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8 de julio de 2021 Twitter Faceboock

Series
Hacks ¿Adónde van las mujeres cuando envejecen?
Celeste Murillo | @rompe_teclas

Humor, drama y un diálogo entre mujeres que parece imposible.

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Hacks es una miniserie producida por HBO Max que no tiene muchas etiquetas marketineras. No es “la serie feminista que tenés que ver”, ni “la voz de la nueva generación”, pero en las historias que cuenta podemos encontrar ideas y reflexiones mucho más interesantes que series o películas con esa etiqueta.

Creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky (creadores de Broad City), está protagonizada por Jean Smart (que interpreta a Deborah Vance) y Hannah Einbinder (que interpreta a Ava). Jean Smart acaba de lucirse como Helen, la madre de la detective Mare Sheehan en Mare of Easttown y en Hacks brilla como protagonista.

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Dos mujeres en el desierto

Hacks es la historia de la comediante Deborah Vance, que fue una promesa de la televisión en los ‘70 y casi se convierte en la primera mujer en ser anfitriona de un late night show (un formato clásico y popular en la televisión estadounidense). Después de un divorcio complicado se reinventa como estrella de la comedia del stand up y está a punto de cumplir su show número 2500.

Hacks no sucede en los escenarios típicos de las series estadounidenses, no estamos en Nueva York ni en San Francisco sino en Las Vegas (un enclave de casinos literalmente en el medio del desierto de Mojave en Estados Unidos). La ubicación geográfica es una especie de declaración de la serie: va a hablar del humor que aparece poco en las producciones culturales mainstream y cuando lo hace es en clave de parodia.

Deborah Vance es una artista popular pero la están desplazando para incluir shows de artistas más jóvenes. Acá hay un tema muy interesante: qué pasa con las mujeres en la industria del espectáculo cuando envejecen. No es la única que se desactualiza, tiene un humor a veces rancio pero es la primera en ser descartada. Ya no es deseable, graciosa ni joven.

La otra protagonista es Ava, una guionista joven y talentosa pero pasa por un mal momento. La cancelaron por hacer un chiste que no gustó y, alienada por sus colegas, termina trabajando con Deborah Vance, aunque ninguna está conforme con la relación. El encuentro entre ambas es antológico y marca el tono de humor negro que define a Hacks.

Un diálogo que parecía imposible

A partir del abismo generacional, lleno de chistes sobre la corrección política, críticas muy ciertas de la nueva generación a las anteriores y viceversa, se construye una relación intergeneracional entre estas dos mujeres que comparten ser “las otras” en la industria del espectáculo, aunque ambas estén en extremos opuesto de la fama, la fortuna o el éxito. Esta alianza inesperada que nos permite recorrer muchos de los problemas de la industria del espectáculo, cómo el humor se mezcló con la segunda ola feminista en los ‘70, cómo es ser comediante y mujer, cómo lidiar con los prejuicios, el machismo y los machistas.

Algo interesante en Hacks es que ninguna de las dos partes de la alianza está idealizada. Deborah Vance no se transforma del día a l mañana en una comediante feminista emancipada, sigue siendo una excéntrica millonaria con muchos problemas para vincularse con su familia y sus colegas. Ava vive ensimismada en su pequeño mundo, agobiada por las deudas de una hipoteca que no puede pagar, la relación con sus padres y sus relaciones (presentes y pasadas).

A través del vínculo de Deborah y Ava vemos algo de las alianzas y la amistad entre mujeres, con el aditamento del diálogo intergeneracional, que parece imposible a priori. Ese diálogo plagado de humor negro y críticas caústicas funciona en ambos sentidos y dejan muchas risas pero también reflexiones posibles. La glorificación de la juventud (silenciando su descontento) y el desprecio de la vejez aparecen como dos caras de la cosificación en una sociedad que trata a las personas como una mercancía más, que se vende, se compra y se desecha cuando no es útil.

 
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